¿Qué valor tendrán los toros en esta zafra? Sin dudas es la pregunta del millón si esto fuera un concurso de preguntas y respuestas. Claro, como en todo negocio de oferta y demanda hacer ese tipo de predicciones nunca es acertado. Y quizás ni siquiera correcto.

Pero, siempre hay un pero en Uruguay, se podría inducir cómo estará la zafra en base a datos ciertos y hasta proyectar un valor que podrían, o deberían, tener los reproductores en estos dos meses en los que comienza a definirse el futuro de la ganadería y de la producción de carnes en el país.

Antecedentes

Empecemos recordando. El año pasado, según datos de Rurales El País, fueron 6.672 toros los comercializados y el valor promedio se ubicó en US$ 2.880,01. Esto reflejó que hubo una inversión total, en la compra venta de toros, de más de US$ 19 millones, a los que habría que agregarle la comercialización de semen y de vientres.

Este promedio general tuvo un incremento al alza de 10,8% frente a la zafra del año 2019. Y en la relación con terneros, tomando como valor de referencia de la categoría de US$ 403,07 (promedio de las ventas por pantalla), se necesitaron 7,15 terneros para adquirir un toro.

Esto son datos que sirven sólo como referencia para tratar de proyectar qué puede pasar este año.

¿Y qué puede pasar?

Empecemos a “tildar” elementos, en una especie de análisis FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) de cara a la zafra de toros.

Fortalezas

Entre las fortalezas, hay muchos ítems para incluir.

El valor de los terneros es uno (si bien es la categoría que ha corregido menos). Históricamente se hablaba que un toro valía el equivalente a más de 8 terneros (hace mucho se decía una decena). Ese dato del año pasado marcó que con 7,15 terneros se compró un toro. Hace un año en las pantallas el valor promedio de la categoría más joven de la ganadería estaba en US$ 403,07. Si extrapolamos esa relación de 7/1, y actualizamos el valor de los terneros que se pagaron en los últimos remates de pantalla en torno a los US$ 500, los toros deberían valer entonces unos US$ 700 más, en promedio, que los US$ 2.880 de hace un año. ¿Entonces los toros deberían valer más de US$ 3.500? Según las matemáticas sí. Si bien esto es biología y el mercado de toros no se rige por las normas estrictamente estadísticas, va un “tick”.

Seguimos con las fortalezas. En materia climática, transcurrimos una primavera “soñada”, al decir de un reconocido consignatario, a diferencia de años anteriores. Las lluvias cayeron cuando debían hacerlo, y Uruguay en general tiene “una alfombra verde”, si bien es cierto que en muchos casos más allá del color hay, aún, escasez de volumen de pasto. Pero esa combinación de agua y calor de esta estación del año seguramente hará “explotar” a los conocidos como “pastos baratos” de primavera. Otro “tick”.

La tercera fortaleza bien puede ser el estado de ánimo del mercado. Además del clima (un “cambiador” de ánimos), con el país funcionando muy parecido a la “vieja normalidad”. Gracias a las esperanzas y confianza que generaron las vacunas, el sector mira hacia adelante. Entonces, la agropecuaria que nunca paró, ni en las peores circunstancias, se “afirma en los pedales”, para dar razón a la frase pronunciada por el presidente Luis Lacalle Pou sobre el “malla oro” que sacará al país adelante. Y en eso está. Tercer “tick”.

En la zafra pasada, sobre 6.672 reproductores que se vendieron, el promedio se ubicó en US$ 2.880

Oportunidades

Hablemos ahora de las oportunidades. No hay dudas que este país, reconocido productor de carnes de calidad, tiene mercado asegurado para su producción en el corto, mediano y, de no pasar nada raro, largo plazo. Las virtudes de las carnes uruguayas: genética, trazabilidad, seriedad, inocuidad y cuidado ambiental, las hacen apetecibles en todos los mercados. Entonces, con la salida asegurada para lo que se produce, quienes piensan en invertir en reproductores, sin dudas tienen una visión más tranquilizadora. Va un “tick” en este rubro.

Otra oportunidad es contar con todas las condiciones que se disponen en el mercado para la adquisición de reproductores en esta zafra. Comenzando con la rigurosa información genética que se brinda en cada remate de cabaña sobre datos objetivos de cada uno de los toros (y vientres) que se ofrecen a venta que hacen que sea “más difícil errar” en la definición de la inversión. Pero además están las condiciones financieras de las instituciones bancarias en la mayoría de los casos y de las propias cabañas, con plazos, fletes, etc., que hacen que invertir en un reproductor se haga más accesible. ¿Ya le puso el “tick”?

Y una tercera oportunidad es a futuro, pues es fácilmente comprobable cómo se valoriza la genética luego en las distintas ventas de las pantallas, donde los ganados de calidad reconocida hacen un plus en el valor, dando la razón a la inversión que se realiza en estos días de primavera. Va este otro “tick” entonces.

Debilidades y amenazas

Claro, si hacemos un FODA, hay que incluir debilidades y amenazas. Y no es por ser “positivista” de más, pero claramente estos rubros cuentan con menos “ticks” para hacer. Se podría incluir el riesgo que cambie abruptamente el clima entre “niños” y “niñas”; o que pasara algo, que no se vislumbra, en China u otro mercado, pero sería “tirar por tirar” elementos que hoy no están en el horizonte.

Quizás una debilidad podría estar por la “acumulación” de remates concentrados en una misma fecha. Pero para eso el mercado es sabio y hay demanda para los distintos tipos de oferta y en las diferentes zonas del país.

Entonces, realmente el análisis FODA da favorable, con muchos más “ticks” positivos para la inversión en reproductores en esta zafra que está comenzando y en la cual en los próximos dos meses empieza a jugarse el futuro de la ganadería, de la producción de carnes… Y de la economía de todo el país.