De acuerdo a la carta pública que hizo la vicepresidente Cristina Fernández, una de las causas del resultado adverso de las PASO para el Frente de Todos fue el ajuste fiscal que hizo el gobierno que ella ayudó a formar.

No se entiende muy bien qué quiere decir con que hubo un ajuste fiscal, porque si bien hubo algunos ítems del presupuesto que cayeron en términos reales, otros subieron muy por encima de la tasa de inflación.

En primer lugar, no es comparable el gasto de este año con el del año pasado, cuando su gobierno mantuvo encerrado durante meses a todo el país, paralizando la economía y generando una fenomenal caída del PBI.

Lo concreto es que el año pasado los gastos destinados a COVID 19 sumaron $ 1,76 billones entre programas de subsidios a personas como los IFE, ATP, Bono a Jubilados y Pensionados, etc., postergación de pagos de impuestos, créditos a empresas y apoyo a las provincias que, al paralizarse la economía, no recaudaban impuestos provinciales ni recibían recursos por coparticipación porque la recaudación nacional caía como piano de piso once.

El presupuesto de este año tiene previsto destinar al COVID 19 recursos por $ 417.187 millones donde solo $ 91.034 millones son para comprar vacunas, el resto son programas sociales ligados al COVID 19. Es decir, mucho menos que el año pasado.

Por otro lado, cuando uno mira la evolución del gasto público primario, sin incluir los intereses de la deuda, en los primeros 7 meses del año, se va a encontrar con un aumento interanual del gasto del 34%, es o sea, por debajo de la tasa de inflación. La vicepresidente podría argumentar que ahí está el famoso ajuste al que hace mención. Pero ojo que hubo rubros que aumentaron bien por arriba de la tasa de inflación como son los subsidios económicos que crecieron casi el 75% comparando los primeros 7 meses de 2021 versus el mismo período de 2020.

Gráfico 1


Entre el 2006 y el 2015 el kirchnerismo gasto la friolera de US$ 161.000 millones en subsidios económicos para tener tarifas artificialmente bajas. En 2014 Cristina Fernández llegó a gastar 5,13% del PBI en subsidios económicos generando un fenomenal despilfarro de recursos, al punto tal que de ser Argentina un exportador de gas, terminó importando barcos con gas licuado para abastecer el mercado interno a un costo mucho mayor que si se hubiese permitido seguir produciendo y exportando gas.

Gráfico 2


Dejando de lado los precios internacionales, si uno observa las exportaciones de combustibles y energía en volúmenes, se puede observar el fenomenal crecimiento que tuvieron a partir de las privatizaciones, sector que tuvo uno de los mejores marcos jurídicos para operar.

Pero como puede verse en el gráfico 2, en 2003 llegó el kirchnerismo y con sus políticas populistas hizo retroceder las exportaciones de combustibles y energía hasta los niveles de principios de los 90, y encima hubo que importar energía. Peor no lo podrían haber hecho.

Agreguemos a este dato los 10 millones de cabeza de ganado que se consumieron por las restricciones a las exportaciones, equivalentes a una pérdida de US$ 30.000 millones, y el destrozo productivo que hizo el kirchnerismo es de proporciones bíblicas.

Ella cree que estas son políticas expansivas, cuando en realidad son generadoras de pobreza porque destruyen stock de capital, reducen los puestos de trabajo, la productividad de la economía y hacen caer el salario real.

Volviendo brevemente a gasto de este año, también hay que descontar el apoyo a las provincias que el año pasado le dio el gobierno nacional. Claro que todo eso fue fruto de una fenomenal expansión monetaria que empezó a tener impacto ni bien se comenzó a flexibilizar la brutal cuarentena que impuso el gobierno al que pertenece Cristina Fernández.

Sí caen los ingresos reales de los jubilados, pensionados y planes sociales. El ajuste pasó por esos rubros. Pero ella pretende que no haya ningún ajuste en ningún rubro y se emita moneda como si nada fuera a pasar.

La tasa de inflación ya supera el 51% anual aun con las tarifas de los servicios públicos pisados y el tipo de cambio oficial aumentando solo el 1% mensual contra una inflación promedio del 3,6% promedio mensual entre enero y agosto de este año.

Encima la deuda del BCRA ya supera los $ 4 billones generando un déficit cuasifiscal de casi 5 puntos del PBI.

Sobre estos datos de altísima inflación, atraso de las tarifas de los servicios públicos y del tipo de cambio y un cuasifiscal desbordado, pretende hacer política fiscal expansiva financiada con expansión monetaria. En el medio de un BCRA que agoniza de reservas y un peso que nadie quiere tener como reserva de valor.

Cristina Kirchner pretende apagar el incendio con un balde de nafta y no parece interesarle que se incendie el país. Su prioridad se limitaría dar vuelta el resultado de las PASO para solucionar los problemas judiciales que tiene el kirchnerismo.

En otras palabras, todo parece indicar que está dispuesta a incendiar el país con tal de dar vuelta un resultado electoral que, aparentemente, ya es irreversible.

Todo este destrozo económico posiblemente la gente lo termine pagando pague luego de las elecciones, sino no es que todo vuela antes por los aires.

En definitiva, han puesto la economía al servicio de un resultado electoral. Si falla no importa, porque lo importante es dar vuelta las PASO, en vez poner el país en la senda del crecimiento.

Todo el país bailando al son de los problemas judiciales de un grupo de personas que pretenden tener el poder absoluto para salvarse ellas, aunque queden hilachas de Argentina.

Fuente: Economía para Todos