UN FRENTE Y UN CICLÓN

Dos mecanismos dinámicos muy habituales para el desarrollo de sistemas precipitantes sobre las zonas productivas de Argentina, se acoplaron durante los primeros diez días de septiembre, mejorando oportunamente el paso pluvial en vastos sectores del país, principalmente en zonas donde la fina tiene gran protagonismo y que con estas lluvias tiene una proyección de rendimientos muy optimista.

En la última jornada de agosto se observó un frente con muy buena oferta de agua en gran parte de la provincia de BA (estas lluvias ya quedaron incluidas en el informe mensual de agosto). El mismo avanzó sobre las provincias del centro durante los primeros días de septiembre generando una excelente oferta de agua sobre ER, centro de SF y este de CB, salteando o dejando milimetrajes modestos en la parte central del norte de BA y el sur de SF.

La sucesión de los días no presentó un cambio de masa de aire, es más la circulación del sector noreste se potenció y para el lunes la carga de humedad atmosférica era muy significativa. Sobre este escenario con tanta disponibilidad de humead, se observó el desarrollo de una zona de baja presión (ciclón extratropical). La misma comenzó a desplegar intensas precipitaciones cambiando del lunes para el martes sobre gran parte del sur de Corrientes y las vecindades de Brasil y norte de Uruguay. Conforme fue transcurriendo el día martes, el desarrollo del ciclón comenzó a desplazarse hacia el sur, tomando principalmente la franja este de la provincia de ER, con mucha actividad sobre la provincia de BA. El oeste entrerriano recibió precipitaciones, pero en general de menores milimetrajes. En tanto, las lluvias sobre las provincias de CB y SF, fueron significativamente más modestas.

Con el transcurso del miércoles 8 las lluvias fueron perdiendo peso en la provincia de ER y la franja central en general, pero lograron continuidad en gran parte del centro sur de BA, LP y sectores del sur de CB. Para entonces y con el sistema de baja presión ya instalado en la costa bonaerense, los vientos comenzaron a ganar protagonismo. Aun durante la madrugada y la primera parte de la mañana del jueves, todo el sur entrerriano y sur de SF se mantenía bajo alerta por los intensos vientos del sur. Estos vientos evidentemente forzaron el cambio de ambiente en gran parte del centro norte del país, pero favorablemente no causaron los daños que se observaron en sectores del este de BA, fundamentalmente en la costa, donde la intensidad de la circulación del ciclón fue máxima.

Como mencionamos, tanto los sistemas frontales como los ciclones extratropicales, son corrientes en la dinámica atmosférica del centro este y noreste del país, sin embargo, se destaca la lenta evolución que tuvo este último sistema de baja presión en su formación y traslado desde el centro del litoral hacia el este bonaerense. Este lento devenir, favoreció la persistencia de los vientos intensos, lo cual sumado a la caída de agua, potenció la capacidad de daño de esta perturbación atmosférica. En definitiva son mecanismos necesarios para lograr buenas lluvias a gran escala, pero ya con mucha frecuencia están resultando en condiciones meteorológicas más severas (basta recordar el ciclón de principios de año en la costa bonaerense).

Al observar el mapa y dejando de lado el mínimo pluvial en el sur de SF y las vecindades de BA –claramente desfavorable para la zona, pero justificado por haber quedado en el centro de rotación del ciclón-, debemos destacar la escasa oferta de agua que tanto el sistema frontal de los primeros días del mes y el ciclón dejaron sobre el NEA y el norte de la Mesopotamia. Evidentemente, los sistemas frontales aun no encuentran la humedad suficiente en las zonas mediterránea del NEA y por otra parte el ciclón desde su posición de origen se movió hacia el sur, con lo cual difícilmente las lluvias iban a ser destacadas hacia el oeste. Dentro de este contexto, el noreste santafesino fue una zona perjudicada, dado que debió haber logrado una performance pluvial más generosa.

Si bien no se puede garantizar que estos dos eventos definan un cambio hacia un patrón húmedo consistente y sostenido, sin dudas son parte de una dinámica que deben leerse como buena señal para la transición estacional. No es posible esperar que un productor del oeste del NEA, de SdE, del norte u oeste cordobés puedan consolarse con este comentario, sin embargo, hay que decir que para estas zonas es aun temprano para esperar un buen nivel de precipitaciones. Mientras se afiancen las lluvias en el este, el patrón pluvial progresivamente mejorará sobre el oeste, pero septiembre quizá aún no tenga grandes respuestas para estas últimas zonas más mediterráneas.

Por lo pronto los principales forzantes de escala planetaria se mantienen neutros, es decir la escala regional está mandando y esto implica que estadísticamente a lo largo de septiembre las lluvias se irán moviendo hacia el oeste. Por lo pronto las áreas trigueras principales están muy bien provistas, salvando áreas reducidas en el sur de SF y las vecindades de BA, donde los buenos suelos pueden compensar entregando reservas más profundas.