Una vez más aumentan las presiones sobre el mercado blue del dólar, el riesgo país sobrepasa los 1600 puntos básicos y el BCRA tiene que hacer piruetas para poder pagar importaciones y deuda externa.

¿Por qué razón la economía argentina cae continuamente en estas crisis cambiarias con tensiones inflacionarias? ¿Es esperable un nuevo desborde cambiario e inflacionario?

El primer dato a considerar en materia inflacionaria es que el gobierno de Alberto Fernández está llevando adelante una política económica que, no solo espanta las inversiones, sino que, además, ya tiene una inflación anual similar a la que dejó Macri al final DE su mandato.

El último mes completo de Macri como presidente dio una inflación interanual del 51% y en junio pasado la inflación anual fue del 50,2%, con el tipo de cambio pisado y las tarifas de los servicios públicos pisados. O sea, Fernández está haciendo una peor gestión en materia inflacionaria que Macri.

Pero la razón para que continuamente haya saltos cambiarios es doble: 1) faltan dólares y 2) sobran pesos.

La falta de dólares se debe a varios factores. En primer lugar, el Estado se apropia de los dólares de los que exportan y, encima, lo hace a un tipo de cambio artificialmente bajo.

Gobiernos populistas como el actual suelen argumentar que el gobierno necesita los dólares de las exportaciones. En rigor el que exporta un producto es alguien del sector privado que produce a su riesgo y exporta. Entrega carne, soja o tornillos a cambio de dólares. Pero cuando recibe esos dólares que son la contrapartida de la soja, la carne o los tornillos que produjo, aparece el estado y dice: esos dólares son míos, tome estos pesos devaluados a cambio de los dólares que le pagaron por lo que Ud. produjo y, además, le doy menos pesos por cada dólar exportado de lo que cotiza en el mercado de cambios porque fijé el tipo de cambio por debajo del mercado.

O sea, no solo el Estado le confisca los dólares al que produce y exporta, sino que además le confisca parte de su ganancia porque le entrega menos pesos de los que corresponde.

Esta política, junto a la carga tributaria, regulaciones absurdas que encarecen la producción, una legislación laboral que no beneficia ni al trabajador ni al empresario que lo contrata, más la inseguridad jurídica y vivir con una economía cerrada, hace que la economía argentina tenga muy baja competitividad para competir en el mundo y su volumen de exportaciones sea mínimo.

A modo de ejemplo, las exportaciones desde Argentina al mundo suman US$ 60.000 a US$ 70.000 millones al año, cuando llueve y los precios de las commodities son buenos. Irlanda, habiendo hecho las reformas estructurales necesarias, sin la pampa húmeda, Vaca Muerta, etc. exporta US$ 400.000 millones al año y tiene un territorio más chico que el de la provincia de Formosa.

La misma limitación en el ingreso de divisas por exportaciones fruto del saqueo estatal a quien produce y exporta, limita la disponibilidad de dólares para poder importar insumos, máquinas y accesorios. Esto genera una restricción a la producción que se traduce en nueva falta de productividad por escaso volumen de producción.

El primer problema para que falten dólares es que se castiga la exportación y eso impacta la importación, por proteccionismo y por falta de dólares que se apropia el BCRA.

Pero ahí no termina la cosa. Un país no recibe dólares solo por el comercio exterior, también recibe dólares por la inversión extranjera directa (IED). En 2019, año anterior al de la pandemia, Argentina recibió solo el 4% de los US$ 160.721 millones de IED que recibió América Latina y el Caribe de acuerdo a los datos de CEPAL. Es más, el promedio anual de IED sobre el total de LATAM y el Caribe estuvo en el 5,4% en el período 2003-2019. Se estima que en 2020 la IED para la región debe haber caído a la mitad.

Pero lo cierto es que Argentina no recibe dólares por IED porque es un país sin reglas de juego previsibles. Es más, hoy día espanta a quien quiera hundir una inversión en el país. De manera que, por ese lado, no cabe esperar ingreso de divisas.

Tampoco por préstamos dado que ya hemos defaulteado varias veces la deuda y nadie tiene interés en prestarle al gobierno ni comprar acciones o papeles de empresas argentinas porque fuimos calificados algo así como que no existimos.

De manera que el ingreso de dólares está restringido a las escasas exportaciones que realizan los productores argentinos y no ingresan dólares por otros conceptos o ingresan marginalmente.

Pero salen dólares, además del pago de las exportaciones, por turismo, por pago de intereses de la deuda, por el giro de dividendos y utilidades de las empresas, y por la fuga de capitales.

La fuga de capitales se debe a varios factores, pero pueden resumirse en la inseguridad jurídica que impera en el país, incluida la carga impositiva y las reiteradas confiscaciones de ahorros.

Paralelamente, la expansión monetaria que siempre hace el BCRA para financiar el déficit fiscal ha llevado a que la inflación acumulada entre 1935, cuando se creó el BCRA y 2020, llegue a la friolera de 398.209 billones por ciento de inflación. Un promedio del 52,6% anual.

Argentina destruyó 5 signos monetarios y la gente no quiere el peso como reserva de valor. Eso significa que se refugia en el dólar u otras monedas.

O sea, que sobran pesos y faltan dólares en el mercado por las razones mencionadas anteriormente. Lo que hacen que los gobiernos traten de postergar el desenlace de las presiones cambiarias e inflacionarias con controles de cambio, cepos cambiarios, controles de precios, atrasos tarifarios y toda una artillería de restricciones que terminas estallando en algún momento.

Como el argentino adoptó como moneda el dólar, al menos como forma de ahorro y refugio de valor, cuando se producen los estallidos todos corren a subirse al arca de Noé qué es el dólar cuando llega el diluvio.

Como todos estos ingredientes se dan en el caso argentino, no debería sorprender que tengamos un nuevo diluvio y la gente se suba al Arca de Noé verde.

Fuente: Economía para Todos