EL SEGUNDO EN QUINCE DÍAS

Cerrando el mes de junio un muy intenso sistema de baja presión se segregó de su sistema de frontal (termino técnico para describir la separación del brazo frontal). El mismo se intensificó como ciclón subtropical frente a las costas uruguayas y del sur de Brasil, generando vientos muy intensos en todo el litoral costero y causando graves daños, incluso afectando fuertemente la costa del este bonaerense. Aquel fenómeno inusual provocó un fuerte debate en la comunidad meteorológica, básicamente porque las imágenes satelitales evidenciaban características de ciclón tropical, más que la típica formación de una baja subtropical para estas latitudes del Atlántico sur, algo que puede considerarse usual aun en pleno invierno (son menos frecuentes).

Apenas pasando un poco más de dos semanas de aquella situación, la configuración de presión en superficie durante la tarde noche del sábado reprodujo una situación muy similar. En el mapa de la madrugada del domingo, se destaca muy bien formado, el sistema de baja presión frente a las costas del este de BA. Como consecuencia del fuerte gradiente bárico, máximo sobre la zona costera del sudeste y este bonaerense, nuevamente se transitó, una situación de mucho cuidado, inusual en pleno invierno.

Más allá del fuerte impacto que los vientos tuvieron sobre el litoral bonaerense, la circulación del sudoeste se fortaleció y con ella la entrada de aire frío. No hace falta aclarar demasiado que estas circunstancias garantizaron un enfriamiento importante durante el domingo y lunes, alcanzando incluso el norte de la Mesopotamia.

El golpe de viento que sufrió el sudeste y este bonaerense, se trasladó el domingo y lunes al litoral uruguayo, con características similares.

En el mapa es posible observar la intensidad de los vientos costeros durante la madrugada del domingo. Observemos que incluso zonas del interior de la provincia de BA, sur de SF y centro sur de ER, sintieron el fuerte accionar de los vientos del oeste sudoeste, claramente moderados respecto de lo sucedido en la costa.

Como puede observarse, hubo intensidades de vientos superiores a los 80 km/h (colores azules más intensos). Notemos como la influencia se sintió hacia el interior, sobre la zona antes mencionada, con vientos por encima de los 40 km/h.

Claramente es una situación meteorológica complicada, la que debió transitar la costa bonaerense y uruguaya entre el sábado y el lunes. Por otra parte habrá que monitorear con mucha atención la frecuencia de estos fenómenos en los próximos años, ya que los mismos son típicos de aguas mucho más cálidas.

Sin dudas este tipo de eventos, es otra señal de los efectos que el cambio climático impone sobre la circulación planetaria, con mayor frecuencia de sistemas de mal tiempo cada vez más severos, en este caso un ciclón en áreas costeras.

La gran pregunta que subyace, es saber cuánto estamos dispuestos a trabajar para mitigar las consecuencias de fenómenos que creíamos previstos para escenarios muy lejanos, discutidos en ámbitos académicos y que ya son una realidad. No se trata de alarmar, sino de generar conciencia, para adaptarnos a condiciones climáticas que seguirán incrementando su hostilidad.