Al momento los únicos beneficiados por esta gran pérdida de valor de la hacienda son esta clase de políticos que buscan generar simpatía y posibles votantes con estas gestas y mostraran a su facción otra batalla ganada contra los productores, comerciantes, exportadores y la economía real en su conjunto. Los mercados representan el enemigo a combatir para alcanzar oscuros destinos para nuestra sociedad.

Los exportadores con planta propia pensaron que en toda crisis hay una oportunidad e intentaron salvarse individualmente dándole al gobierno lo que supuestamente quería a cambio de sacarse de encima la competencia de los usuarios exportadores y de paso comprar materia prima a menor costo. No se percataron que el que negocia con un ladrón siempre termina mal. Nunca les cumplieron con lo acordado en las múltiples y frenéticas reuniones que se sucedieron sin agenda ni detalle previo de participantes durante todas estas semanas desde el cierre intempestivo de las ventas al exterior. No cumplieron siquiera con el decreto 408 que ellos mismo habían redactado, y hoy les están rechazados los permisos de embarque a todos los destinos y cuotas.

Los beneficios para los consumidores aún no se ven, se vende menos carne que hace unos meses cuando la demanda sobre todo en AMBA había generado nuevas subas por cierta escases de carne “chica” de alta calidad hasta que los corrales que encerraron en la zafra de terneros comenzasen a vender fluidamente.

En estos días veremos súper ofertas en cortes de menor valor por la importante caída del precio de la vaca y el novillo y el ingreso de los miles de toneladas que están siendo sacadas de los contenedores para volver al mercado doméstico antes que sea demasiado tarde. Básicamente los supermercados y cadenas importantes de carnicerías van a trabajar con esta realidad y quizás mejoren en algo los volúmenes de ventas.

Por el lado de las carnicerías de barrio, que representan cerca del 70% de la oferta y son el canal de acceso de los ciudadanos con menores ingresos, difícilmente puedan tocar los precios porque “bajan” medias reses livianas y jóvenes terminadas a corral. Aunque compren con algún descuento moderado se van a ocupar de defender márgenes ya que están vendiendo menor volumen hace varios meses y los come la inflación de servicios públicos y privados, impuestos, salarios y necesidades propias y familiares.

Al momento entre los más perjudicados está el productor, especialmente las 85.000 familias de ganaderos de menos de 250 cabezas que representan el 65% del total de establecimientos (censo 2019) y transitan una economía de subsistencia. Esta situación les genera una reducción de un millón y medio de pesos en su ingreso anual solo por la caída de precios de vaca refugo (-$30 x kilo) y novillo (-$ 20 x kilo). En muchos casos los podría estar ubicando por debajo de la línea de pobreza, aunque tengan tierras propias.

Otros perjudicados severamente son los empleados de las plantas frigoríficas, dentro de los cuales podemos estimar entre 5.000 y 10.000 familias que también son candidatos a pasar a esa situación
de deterioro. La exportación por tener que elaborar el producto emplea 3 a 5 operarios más por cada empleado de un matadero solo faena.

Frente al festejo de la campora hay un país que se desangra y en lo profundo pienso que quizás sea una señal el hecho que nos hayan atacado a los ganaderos en forma directa y contundente, quizás sea el mensaje que necesitábamos para convertirnos en ciudadanos y ejercer nuestros derechos a partir de hoy.

Por Belisario Castillo