TENDENCIAS CLIMÁTICAS

Los restos de la señales sobre la circulación atmosférica que a mediados de mayo aún se observaban asociados al enfriamiento oceánico provocado por el fenómeno La Niña, se han diluido por completo. La neutralidad instalada no se modificará durante el trimestre frío.

Si bien esta es una época donde la eventual presencia de La Niña no tiene un efecto definitivo sobre el campo de precipitaciones, tendríamos otro panorama para el inicio de la primavera si este forzante de escala planetaria se hubiese mantenido activo. Algunos de los veinticuatro modelos (dinámicos y estadísticos) de otras tantas instituciones nucleadas en el IRI, anticipan un cierto rebote frío para la primavera. Sin embargo, al presente los pronósticos muestran que la neutralidad prevalece, con una posición equidistante de las otras dos opciones, con lo cual, no hay una evidencia seria para dar entidad al riesgo de reaparición de La Niña. Habrá que seguir monitoreando la situación, pero nos inclinamos a pensar que es razonable dar mayor probabilidad a la continuidad del escenario neutral para la primavera.


En el mapa se ven dos situaciones interesantes. La primera bastante obvia que es la retracción de la anomalía fría sobre el Pacifico Ecuatorial central, notándose sobre esta cuenca algunos enfriamientos residuales, no asociados ya a un patrón La Niña. El otro punto a destacar, es la prevalencia de la corriente cálida de Brasil sobre la fría de Malvinas, lo cual deviene en un desvío positivo de las temperaturas superficiales del mar Argentino. Esto puede tener injerencia tanto como moderador de las entradas de aire frío desde el sudeste, como proveedor de mayor humedad para el núcleo triguero del sur. Con el Pacifico sur, normal o ligeramente cálido, solo las irrupciones de aire polar estarían en condiciones de provocar enfriamientos rigurosos. Por lo general las irrupciones directas, en un eje sur-norte, desde la península antártica, son las menos frecuentes.

El primer evento pluvial de junio presentó una distribución de lluvias típica del trimestre frío. Esto es, con una clara tendencia a marcar diferencias entre el este y el oeste, en ocasiones con epicentros sobre áreas de la Mesopotamia, otras más hacia el sur sobre la provincia de BA. Estas diferencias, hacen tan valiosas las reservas acopiadas en el otoño para zonas trigueras mediterráneas de CB y LP, incluso la franja oeste de SF y oeste de BA.

El indicador que monitorea la oscilación antártica AAO-SAM (la contracción y expansión del vórtice polar) está evolucionando hacia una fase positiva, con lo cual se esperan frentes débiles o con baja recurrencia. Esto puede definir un mes de junio con baja frecuencia de lluvias o lluvias modestas, esto dicho independientemente del sistema que se estará concretando por estas horas. Este indicador junto a la posición del sistema de alta presión son prácticamente los elementos de mayor peso a la hora de definir las perspectivas pluviales para el invierno.

Durante el trimestre frío es muy probable que sobre gran parte de la región pampeana, a lo sumo se alcancen los valores medios de lluvia, incluso el NEA y el centro norte de la Mesopotamia, pueden mostrar deficiencias más marcadas. El NOA ya ingreso en su estación seca.

Teniendo en cuenta que las zonas agrícolas principales -al menos las que van a la fina- entran al invierno bien provistas de humedad, las lluvias pueden presentar ciertos faltantes sin tener un impacto negativo. En términos generales se espera un invierno algo más generoso que el del año pasado, sin que podamos argumentar acerca de la posibilidad de desvíos positivos de las lluvias al considerar todo el trimestre. Esto no quita que dentro del mismo puedan darse algunos eventos destacados para los niveles de lluvias habitualmente esperados para el trimestre frío.

Es preocupante el panorama que este contexto pluvial impone sobre la potencial recuperación del caudal de los ríos del Plata. Es improbable que los mismos se recuperen en forma destacada este año. Recién en el último bimestre podrían darse señales positivas, dependiendo como se recomponga el patrón pluvial en la cuenca alta de los ríos. Es un panorama severo, de excepción.

CONCLUSIONES

De acuerdo al diagnóstico climático del último período y al análisis de los principales indicadores de escala global y regional, proyectamos el siguiente comportamiento pluvial y térmico para el próximo bimestre:

1. El indicador ENSO (El Niño/La Niña) ya se encuentra en posición neutral. Por lo que puede analizarse a partir de las soluciones que arrojan los modelos actualmente, la neutralidad tiene altas chances de dominar todo el invierno e incluso mantener esa posición para el semestre cálido. Esto requiere validación a partir del mes de agosto.

2. A gran escala es posible que el trimestre frío transite con una señal deficitaria en gran parte del litoral, acentuada sobre Corrientes y Misiones, anexando el NEA, con menor impacto sobre ER y el centro de SF. Las provincias de CB y LP, pueden tener un régimen más cercano al normal, el cual ya es naturalmente modesto. El sur bonaerense tiene buenas chances de mantenerse con un régimen cercano al normal, más generoso que el de la franja mediterránea.

3. Por lo pronto no hay señales negativas para la salida a la primavera, pero esto será materia de un monitoreo subestacional continuo dentro del trimestre frío.

4. Si bien se esperan irrupciones de aire polar que produzcan enfriamientos marcados y rigurosos a lo largo del trimestre, los mismos serán esporádicos. En este sentido, si prevalecen masas de aire frío con fuentes en los mares cercanos, el patrón térmico del invierno puede ser moderado, incluso con promedios que tiendan a mostrar desvíos positivos.