Argentina es líder mundial en la utilización de silobolsa. Se almacenan más de 40 millones de toneladas de granos, alrededor del 40% de la producción. Además, es proveedor de silobolsas para 32 países de todo el mundo.


El almacenaje de granos no debe tomarse como un proceso en el que simplemente guardamos los granos en un depósito, sin preocuparse de lo que sucede durante ese tiempo. Los granos se deben almacenar al menor costo posible, asegurando la conservación de la calidad y evitando pérdidas. El principio fundamental para el mayor éxito en el almacenamiento es guardar los granos secos, sanos y limpios. Cuando los granos se guardan sin alteraciones físicas y fisiológicas, mantienen todos los sistemas propios de autodefensa y se conservan mejor, evitando pérdidas en calidad y cantidad.


El silobolsa es una tecnología que utilizada adecuadamente representa un sistema prácticamente hermético. Los granos almacenados en su interior, junto con los hongos e insectos que forman el granel, consumen el oxígeno producto de la respiración liberando dióxido de carbono, calor y agua. Como consecuencia de esto se va reduciendo lentamente la actividad aeróbica favoreciendo los procesos de conservación.


Los insectos pueden crearnos un importante problema en la poscosecha. Estos se alimentan de granos enteros o de restos de los mismos, deteriorando su calidad, generando aumentos de temperatura en el granel, olores indeseables y dispersión de micotoxinas. Soportan un amplio rango de humedad relativa, aunque requieren condiciones atmosféricas y de temperatura más específicas.

Es importante entender cómo y en qué momento estos pueden infestar el grano:

- Durante las últimas etapas del cultivo: la mayoría de las especies tienen la capacidad de migrar desde instalaciones de acopio, o fuentes de refugio a cultivos en pie. Normalmente la infestación se produce durante las últimas semanas de cultivo.

- Durante el transporte: se considera la infestación residual en los vehículos de transporte. En general su importancia es baja, más aún si se trata de almacenaje a campo, donde el transporte es mínimo.

- Infestación residual en la instalación de almacenaje: en estructuras fijas esta es una de las principales fuentes de infestación. En el caso del silobolsa esto no es un problema, ya que no son reutilizables.

- Durante el almacenaje: el grano almacenado es un atrayente natural de insectos. Si la bolsa está debidamente confeccionada, no presenta vías de entrada salvo situaciones de un cierre deficiente o la aparición de roturas.

La hermeticidad de la bolsa permite que por la respiración aeróbica del granel (granos, hongos, insectos) comience un proceso de modificación atmosférica, reduciendo los niveles normales de oxígeno y aumentando la concentración de dióxido de carbono. Para un control total se requieren valores de O2 por debajo del 2% y valores de CO2 superiores al 20% durante varios días.


Alcanzar las condiciones adversas para los insectos dentro del silobolsa, supone una actividad respiratoria extrema por hongos o insectos que producirán un deterioro del grano antes de lograr esta atmósfera restrictiva.


La sobrevivencia de insectos en la bolsa bajo se convierte en un hecho de relevancia al momento de la venta del grano, ya que los estándares de comercialización prohíben la venta insectos vivos. Por lo que para garantizar que la mercadería embolsada tenga una baja infestación de insectos, esta deba ser tratada con agroquímicos para evitar problemas en la comercialización.

 

Monitoreo

El monitoreo y detección de insectos plaga en la bolsa puede realizarse mediante la extracción de muestras de grano con calador sonda y/o mediante la inserción de trampas de caída de insectos tipo pitfall. Este tipo de trampa consta de un tubo de malla perforada que permite la caída del insecto a un receptáculo de captura que imposibilita que este salga de la trampa.

Control de insectos en silobolsas

Gracias a la hermeticidad del silobolsa, el uso de fumigantes se presenta como la mejor alternativa al momento de realizar el control de insectos. Fumigantes como la fosfina son relativamente económicos y tienen un alto poder de volteo necesitando que una concentración mínima (normalmente 200 ppm) perdure durante al menos 5 días en el sistema. Esto permite que el fumigante, logre ingresar al grano causando el envenenamiento de estadíos inmaduros (huevo, larva, pupa).

Cuando se realiza una aplicación debe considerarse que una parte de la dosis quedará retenida en el grano, por un proceso que es en gran parte reversible, llamado adsorción. La adsorción es mayor en las oleaginosas que en los cereales. No considerar los niveles de adsorción para estos granos puede llevar a errores graves de concentración de fosfina. En forma secundaria, la adsorción de fosfina está directamente relacionada con la temperatura y la humedad del grano. Granos más húmedos y con mayor temperatura presentarán mayores niveles de adsorción.

Métodos de aplicación

Normalmente existen dos métodos de aplicación, durante el embolsado y durante el almacenaje.

Durante el embolsado: Aquí se aplica la formulación (generalmente pastillas de fosfuro de aluminio) por el sector superior de la tolva en la máquina embolsadora. Las principales ventajas de este momento de aplicación son que permite una distribución casi continua de las pastillas, además de no producir roturas en la bolsa.

La aplicación durante el almacenaje: se realiza mediante la distribución de pastillas en puntos equidistantes dentro de la bolsa. El distanciamiento entre puntos no debería ser mayor a 5 metros para una correcta difusión del gas. En cada punto las pastillas se aplican por medio de un tubo inserto en la bolsa. Es conveniente que las pastillas se ubiquen en lo alto de la bolsa y no se liberen agrupadas. Esta forma de aplicación presenta como ventaja que podemos realizarla luego de un monitoreo previo de la presencia de insectos. Dado que la bolsa presenta la máxima hermeticidad al momento de su confección, se recomienda que la aplicación en esta etapa sea lo más anticipada posible.

Una vez determinada la cantidad de puntos de aplicación en la bolsa, la cantidad de pastillas por punto de aplicación surge fácilmente:
Cantidad de pastillas por punto de aplicación = Total de pastillas / Nº Ptos. de aplicación

Como recomendación final, reforzamos la idea de aplicar medidas preventivas en el cuidado de granos almacenados, ya que un control eficiente y a tiempo, resulta bastante más económico y garantiza la calidad del grano almacenado.

 

Gleba Agro cuenta con una de las propuestas más completas para el control de plagas en granos almacenados. Recientemente lanzó un nuevo insecticida a base de fosfuro de aluminio bajo el nombre de CELPHOS MAX®.


“Celphos Max® es un insecticida a base de fosfuro de aluminio especialmente diseñado para el control de plagas que afectan a los granos almacenados. Es ideal para aplicar en silos, silobolsas, contenedores herméticos y encarpados alejados de la circulación habitual de personas. Su amplio espectro de control protege los granos de: ácaros, gorgojos (Sitophilus spp.), carcomas (Lasioderma spp.), escarabajo aplastado (Cryptolestes Ferrugineus), escarabajo del grano (Oryzaephilus spp.), escarabajo de la harina (Tribolium spp.), escarabajo de la harina (Alphitobius spp.), taladro del grano (Rhyzopertha spp.), etc”, comentan de Gleba Agro.