La organización es líder en evaluaciones independientes de estas operaciones. Luego de realizar tan sola una transacción en 2015, la de BRF, y dos en 2019, la cantidad de bonos internacionales, préstamos, Certificados de Créditos en Agronegocios (CCA) y otros papeles con beneficios sociales, ambientales y/o climáticos saltó a 13 el año pasado. En lo que de 2021, se llevan ejecutadas 11 operaciones.

Varios factores impulsan el mercado, dijo Novacana. Desde agosto del año pasado, los criterios de certificación para la agroindustria han sido publicados por la Climate Bonds Initiative (CBI) y ha aumentado el interés del sector por financiarse a través de esta vía, así como también se registra una mayor demanda de parte de inversionistas. Alves también apuesta por los préstamos bancarios a la agroindustria.

En 2020, los ingenios sucro-alcoholeros lideraron las transacciones de bonos verdes. Pero las empresas productoras de cereales, huevos y cooperativas agroindustriales también contribuyeron a la captación de R$ 1.470 millones en Brasil y U$S 655 millones en el exterior, totalizando una cifra de U$S 940,8 millones.

De las 11 operaciones concretadas en lo que va de 2021, ocho fueron realizadas en Brasil, por un total de R$ 2.160 millones (U$S 415 millones), y tres internacionales, por U$S 830 millones, un total de U$S 1.213 millones. Las empresas de bioenergía siguen siendo mayoría, pero también entraron en el juego M. Dias Branco, del rubro de panificados y pastas, y Ourofino Agrociência, del sector de agroquímicos.

La titular del CBI en América Latina, Leisa Souza, explica que los criterios agrícolas orientan la certificación de “títulos climáticos” emitidos para diferentes cultivos, como la soja, el algodón, el sector azucarero y energético y la ganadería. Leisa, como Alves, también ven la posibilidad de que, en el corto plazo, los bancos o los compañías proveedoras de productos fitosanitarios realicen emisiones de bonos verdes cuyos recursos se destinen a una gran cantidad de productores.

Los segmentos de la carne y sucro-energético son hoy los más preparados para emitir bonos sostenibles, y el sector de granos se ha ido acercando a este mercado, destaca el socio y fundador de Ecoagro, Moacir Ferreira Teixeira. Las empresas medianas y grandes, con una mejor gestión, son las más fáciles de acceder a los inversores, reflexiona.

“Sorprendido” por la demanda de los inversionistas por estos activos, espera cerrar 2021 con R$ 1 mil millones (U$S 191,5 millones) y unas diez operaciones. Hasta ahora, en lo que va del año, lleva cuatro CRA, que suman alrededor de R $ 350 millones (6U$S 7 millones).

Fuente: Bioeconomia.info - Emiliano Huergo