En la última semana el mercado internacional de granos registró subas importantes. En el caso de la soja y el maíz, alcanzado los valores más altos de los últimos 8 años. La Argentina se beneficiará de esta situación a partir de mayores ingresos por las exportaciones, en un contexto de menor producción por las condiciones climáticas adversas y donde los productores siguen sufriendo los efectos de las retenciones y el desdoblamiento cambiario.

El pasado viernes, el precio de la soja cuyo contrato vence en mayo próximo, subió USD 2,39 y la tonelada cotizó a USD 565,76. En una semana el precio aumentó USD 39,13 y en un año USD 260,52. Por su parte, el maíz también con vencimiento en mayo 2021, la tonelada subió USD 1,97 y alcanzó los USD 258,06. En una semana el cereal incrementó sus precios en USD27,56. Por último, el trigo operó sin cambios y cotizó a USD 260,97 la tonelada y en 7 días sus precios aumentaron USD 21,22.

Sin duda, la mejora de los precios internacionales de la soja y los cereales es una buena noticia para el Gobierno, que se beneficiará con un aumento del ingreso de divisas por las exportaciones. Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en 2021 las ventas al exterior de la agroindustria llegarían a los 33.613 millones de dólares, son unos 10.000 millones más que en 2020.

Esto derivará además en mayores ingresos para el fisco: se proyecta que la recaudación por retenciones podría alcanzar los 8.600 millones de dólares, unos 2.600 millones más que en el ciclo anterior. Es el mayor monto del último decenio. El complejo sojero, que es el sector con mayor nivel de retenciones, aportaría así hasta 7.100 millones de dólares, según datos aportados por la Bolsa de Rosario.

Un párrafo aparte merece lo que está sucediendo con los precios internacionales del aceite de soja, donde Argentina es el principal exportador mundial. Una fuerte recuperación de los valores externos del petróleo también contribuyó a sostener los valores de los aceites vegetales, dado que buena parte de los mismos se emplean en diversas naciones para elaborar biodiésel. El cálculo de la BCR reflejó que en la presente campaña, las exportaciones del mencionado producto podrían llegar a los 6,1 millones de toneladas, derivando en un ingreso de divisas por alrededor de USD 6.100 millones, el nivel más elevado de la historia.

Motivos de las subas

Un informe elaborado por Emilce Terré, Tomás Rodríguez Zurro y Guido D’Angelo, economistas de la Bolsa de Comercio de Rosario, señaló que la suba de los precios internacionales, especialmente de la soja y el maíz, encuentra sus explicaciones en una multiplicidad de factores.

Por un lado, está la cuestión de los stocks existentes. En ese sentido, el informe cita los datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, donde el ratio stock/uso de soja a finales de la corriente campaña en el mencionado país, será de apenas el 3%, muy por debajo del 13% de finales de la campaña anterior, y un mínimo desde la 2013/14.

“Para tomar una noción de lo ajustada de la situación, esto implica que las existencias al final de la campaña serían suficientes para hacer frente a la demanda (suponiendo que ésta se sostiene en el ciclo nuevo) por apenas una semana y media. Algo similar ocurre con el maíz, ya que para la actual campaña se espera que el ratio stock/uso termine en 9%, el más bajo también desde la 2013/14″, comentaron los especialistas.

Por otro lado, está influyendo en los precios la situación climática en los Estados Unidos y también en Brasil. En el primero de ellos, una ola de frió está azotando la región de las planicies y el cinturón maicero, retrasando marcadamente la siembra de ambos cultivos y la germinación de los lotes ya implantados. En relación al país vecino, la sequía complicaría a la siembra del maíz de segunda, lo que podría derivar en problemas de oferta mundial del cereal.

Además, en el caso del maíz, esta semana influyó en los precios el accionar de los fondos de inversión comprando los contratos de mayor volumen y a su vez, hubo un impacto en las cotizaciones por los bajos stocks de etanol en Estados Unidos y su alta demanda son otro componente adicional que impulsa el mercado del maíz.

Para terminar, en el caso de la oleaginosa, los precios están influenciados también por lo que está sucediendo en los mercados de aceites vegetales en general, y en el mercado de aceite de soja en particular. En la última semana, los futuros de aceite de soja en Chicago alcanzaron con máximos desde julio de 2008.

La soja, momentos y gobiernos

En el año 2009, el economista Mario Brodersohn, secretario de Hacienda durante el gobierno de Raúl Alfonsin, publicó en la consultora Econométrica, que había fundado en 1970, un estudio titulado: “Dos grandes mitos del peronismo: Sabe gobernar y es el partido de la justicia social”. En el que exponía, en base a datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) la evolución de los “Términos de Intercambio” de la Argentina entre 1940 y 2008. Los “Términos de Intercambio” son la relación entre el precio internacional de los bienes que la Argentina exporta y los que debe importar. Cuanto más altos, mejor balanza exterior y mejores posibilidades de crecimiento y desarrollo tiene la economía. Cuanto más bajos, más a tiro se pone de la posibilidad de crisis externa, insuficiencia de divisas, devaluación y recesión.

Brodershon constató entonces que los tres “picos” de la serie histórica fueron 1948 (durante la primera presidencia de Perón), 1973 (año que incluyó la breve experiencia camporista y la parte inicial del gobierno Perón-Perón) y 2008, durante el primer gobierno de Cristina Kirchner. Los mínimos se correspondían con el año 1957, poco antes del inicio del gobierno de Arturo Frondizi, y 1987. “Durante el gobierno de Alfonsín la caída en los precios internacionales fue del 32.7% (1982-87) mientras que en el periodo menemista aumentaron 21 % (1991-97). En la etapa alfonsinista los términos de intercambio fueron la mitad de los de 1948 y un tercio inferior a los de 1973 y 2008. Claramente, Dios no simpatiza con los radicales”, rumiaba el economista.

La evolución de los precios de los últimos 20 años hasta da la impresión de que “la soja es peronista”, como sugiere el Gráfico de arriba, en el que se observa que el precio de la oleaginosa en Chicago (referencia mundial), se mantuvo por debajo de los USD 200 la tonelada entre 2001 y 2002, cayó a principios de 2003 y repuntó luego, durante la etapa inicial del gobierno de Néstor Kirchner, hasta rozar los USD 400 la tonelada. Decae luego, hasta principios de 2007, y comienza una escalada que lo lleva al pico superior a los USD 600 en 2008, ya señalado por Brodersohn, una retracción posterior, pero siempre por arriba de los USD 300, y una remontada posterior que lo lleva al máximo valor histórico, en torno de los USD 650 la tonelada, entre 2012 y 2013, a mediados del segundo mandato de Cristina Kirchner. Le sigue un remanso, con un repunte de corto vuelo en 2016, y una caída suave pero sostenida durante los últimos 3 años del gobierno de Mauricio Macri, hasta volver a perforar el piso de los USD 300 a mediados de 2019.

El repunte de la última semana y el último año remiten al título y al inicio de esta nota, con la oleaginosa buscando impulsar la gestión económica de Alberto Fernández.

Fuente: Rosario Finanzas