Muchas enfermedades se transmiten directamente al cultivo desde la semilla, permitiendo a los patógenos sobrevivir y continuar su ciclo de vida. El Grupo de Fitopatología de INTA Pergamino, plantea el tratamiento de semillas como una herramienta importante para evitar enfermedades como la Mancha amarilla, Septoriosis, Carbón cubierto o caries, Mancha del nudo y de la gluma, Tizón bacteriano, Brusone o quemado, Punta negra, Carbón volador, Rayado bacteriano, Mancha en red, Escaldadura, Salpicado necrótico o Ramulariosis y Royas.

El tratamiento de semillas es una alternativa efectiva para bajar el inoculo de la enfermedad, dado que el patógeno en semilla se encuentra en latencia y en estado de máxima debilidad para ser controlado con un fungicida. Los objetivos más importantes de un buen tratamiento de semillas son disminuir factores adversos en la germinación que impactan directamente en el componente principal de rendimiento de los cereales (pl/m2); lograr una emergencia de plántulas homogénea y más rápida; disminuir la fuente de inóculo primario permitiendo reducir el progreso de las enfermedades y disminuyendo en lo posible el número de aplicaciones de fungicidas foliares.

Existen fungicidas de tipo sistémico y de contacto. Los fungicidas sistémicos se absorben cuando la semilla tratada comienza el proceso de germinación. Los primeros tegumentos absorben el producto y el fungicida se dispersa por toda la plántula. Por esto los fungicidas ofrecen mayor período de protección además de tener una mayor especificidad.  Los fungicidas de contacto quedan en la superficie de la semilla ejerciendo su acción sobre aquellos patógenos allí presentes. En ambos casos, una parte del fungicida queda en las inmediaciones de la semilla y controla los patógenos que habitan en el suelo.

“Hay patógenos que pueden causar enfermedades en los primeros estadios del cultivo, como Fusarium spp., Pietín, el Complejo de hongos de suelo (Rhizoctonia, Pythium, Phytophthora, etc.), Drechslera tritici repentis y Bipolaris sorokiniana). Zuka® es un fungicida sistémico, que actúa en forma preventiva y curativa, altamente eficaz para el control de los patógenos que atacan en los estadios iniciales del cultivo. Asimismo, desde el área de desarrollo de Gleba estamos trabajando en nuevos productos y tecnologías en protección de semillas para control de enfermedades en trigo”, explican desde Gleba Agro.

Algunas de las últimas tecnologías incluyen la incorporación de insecticidas, ayudando a disminuir el daño provocado por pulgones y gusano blanco en los estadios vegetativos iniciales. Los insecticidas más empleados en estas formulaciones son imidacloprid y tiametoxan ambos del grupo químico neonicotinoides.

“Duplo® es un tratamiento de semillas para trigo que actúa simultáneamente como insecticida y fungicida. Garantiza un amplio espectro de acción en un solo tratamiento, controlando tanto enfermedades como insectos de suelo, principalmente utilizado en zonas de Buenos Aires Norte y Córdoba. Tenemos otro proyecto avanzado que combina protección contra insectos y enfermedades el cual saldrá próximamente al mercado. Este nuevo producto combina un excelente cuidado de las semillas optimizando la germinación y stand de cultivos con una excelente relación costo/beneficio”, comentan de Gleba Agro.

El tratamiento de semilla junto al control de enfermedades vía foliar, es una eficiente herramienta para mantener un cultivo sano, disminuyendo pérdidas de rendimiento por enfermedades y logrando obtener mayor peso y calidad de los granos cosechados.