TENDENCIAS CLIMÁTICAS

El indicador ENSO en posición Niña sigue presente como indicador de gran escala. Seguramente el mismo no ayuda a que las lluvias logren consolidarse en un buen volumen o al menos lograr una persistencia frente a los valores normales. Sin embargo, este forzante de escala planetaria está en fase con la dinámica del anticiclón del Atlántico, que, con su mal posicionamiento, converge para esmerilar cualquier posible recuperación de buen volumen. Los eventos importantes son dispersos, discrecionales, sin preferencias regionales, aunque en general con mayor tendencia a favorecer zonas del oeste. Es por eso que, por ejemplo, vemos a una región cuyana con un verano, que a esta altura puede considerarse húmedo.


Vemos que prevalece la zona fría en la franja ecuatorial, teniendo a normalizarse a medida que nos acercamos al continente. El Pacífico sur esta cálido y está influenciando la normalidad de la corriente de Humboldt sobre las costas del sur de Chile. De sostenerse, este puede ser un factor que modere o atrase los primeros enfriamientos de riesgo del otoño sobre el norte de la Patagonia y el sur de la región pampeana. Por otra parte, la corriente oceánica de Brasil está imponiendo sobre el Atlántico, temperaturas más cálidas que las normales, incluso influenciando con su comportamiento zonas donde domina la corriente fría de Malvinas. Otro factor que puede mitigar enfriamientos tempranos.

La dinámica del Anticiclón es negativa en este momento. El mismo se ubica muy al sur y tiende a sostenerse sobre el continente. El transporte de humedad no es malo, tanto del este como del noreste, las capas bajas atmosféricas de gran parte del centro norte del país han logrado sostener altos los valores de humedad relativa. Sin embargo, hemos reiterado en varias oportunidades que la abundancia de aire húmedo en superficie, sin ondas en la atmosfera media, sólo genera nieblas tránsito de nubes bajas y eventuales lluvias menores.

Esta es la condición dinámica dominante en la escala regional, no obstante, cuando avanzan los sistemas frontales, aparecen zonas discrecionales que logran una mayor dinámica vertical y aparecen las tormentas más productivas. Este no es un comportamiento del cual se pueda esperar una recuperación a gran escala, justamente por eso, cundo las lluvias retomen la distribución que por ejemplo mostraron en enero, podremos decir que la dinámica se modificó favorablemente. Hasta a entonces solo tendremos mejoras parciales.

A medida que avance el mes de marzo, la inestabilidad atmosférica aumenta. Si bien un aumento de lluvias no es influyente en este momento de la campaña, ya hay que comenzar a ver cómo sigue el panorama para la recuperación de los perfiles que puedan ir a la fina. Tanto la segunda parte de marzo, como abril, están en condiciones de repetir lo sucedido en enero y comienzo de febrero.

CONCLUSIONES

De acuerdo al diagnóstico climático del último período y al análisis de los principales indicadores de escala global y regional, proyectamos el siguiente comportamiento pluvial y térmico para el próximo bimestre:

1. El fenómeno La Niña sigue siendo un sesgo negativo para la recuperación pluvial, aunque como un elemento parcial y sin afectar zonas del oeste.

2. Hay cierto consenso sobre la posibilidad de que las precipitaciones continúen pobres durante el otoño. Esto es considerando todo el trimestre y principalmente sobre la franja este del país. Sin embargo, dentro de este período seguramente habrá recuperaciones que permitirán recomponer el escenario hídrico. Será difícil llegar a mediados de mayo con perfiles en niveles óptimos de humedad, sin embargo, somos optimistas en cuanto a que el otoño dejará recargas favorables para las áreas trigueras, en esta ocasión con buen potencial para dejar a CB en mejores condiciones iniciales para la fina.

3. Sobre el norte del país las lluvias se recuperarían desde la segunda quincena de marzo, con menos volatilidad sobre el NOA, donde todavía cuentan con el mes de abril para recibir buenas lluvias antes de entrar en su habitual estación seca. La demanda en el NEA (Chaco SdE, norte de SF), es muy elevada, hace falta un cambio de patrón muy marcado, que no se está viendo, como para recuperar los perfiles durante el otoño. El centro norte de la Mesopotamia, puede transitar mejor este período y acopiar humedad como para alcanzar niveles más cercanos a los normales.

4. Respecto de las temperaturas, no se están previendo situaciones hostiles para el cierre de la gruesa, tanto con olas de calor como enfriamientos prematuros Como siempre el sur se incorporará más rápido a la bajada de temperatura que presentará la Patagonia a finales de marzo o abril, pero por lo pronto no se concretarían heladas durante la segunda parte del mes de marzo.