Esperando

A pesar que hemos transitado jornadas de ambiente riguroso, que potenciaron la pérdida de humedad de los perfiles, el auxilio ha comenzado a llegar, afianzando una frecuencia de precipitaciones que comienza a ser mucho más cercana a lo necesario para lograr resultados razonables en esta gruesa. Son momentos claves de una campaña, en la que la validación de un pronóstico comienza a volverse muy sensible para el mercado de granos. Sin dudas lo que esté sucediendo con las lluvias en el sudeste de Sudamérica en las próximas semanas, repercutirá en el comportamiento de los precios.

Al presente, el sudeste entrerriano suma a buena parte del noreste de BA, definiendo un sector donde las reservas orillan la sequía. El centro este de CB (Marcos Juárez y zona de influencia), no la pasa mucho mejor y también ha señales de mucho estrés hídrico en el noroeste bonaerense (Villegas y su entorno). En otros sectores productivos del país las reservas no sobran, pero los cultivos todavía tienen como para sobrellevar este período cálido, no sin apremios, pero como decíamos, con un auxilio que tienen alta probabilidad de llegar. Hay que mencionar que en el este santiagueño y el sudoeste de Chaco ha habido importantes lluvias en lo que va de enero, pero la zona venia de una sequía que impacto mucho en el período de siembra y las primeras etapas del desarrollo del cultivo.

En términos de demanda de lluvias dentro de la región pampeana, se destacan zonas con requerimientos que pueden considerarse razonables para la época, siempre considerando la probabilidad estadística de poder acceder a ese nivel de agua. Todas las áreas incluidas dentro de la línea de 80 milímetros, se manejan dentro de un requerimiento “razonable” estadísticamente, pero esto obviamente hay que cruzarlo con la información que brindan los pronósticos.

Como podemos observar, una gran parte de la zona núcleo debería recibir precipitaciones superiores a los 80 milímetros en las próximas dos semanas. Sin embargo, considerando la coyuntura pluvial que venimos arrastrando desde el año pasado, los cultivos de la gruesa, principalmente la soja, se compondrían satisfactoriamente si se logra al menos el umbral de los 80 milímetros.

Los pronósticos anticipan una transición húmeda de enero para febrero, muy inestable para gran parte del centro norte del país. Las coberturas nubosas comenzarán a avanzar sobre la región pampeana desde mañana, forzadas por el avance de aire húmedo desde el norte. Esta nubosidad no dejaría lluvias tan importantes, pero pueden sumar un alivio extra a vastas zonas del norte del país, principalmente el NEA y el centro norte de la Mesopotamia.

Durante el fin de semana el avance de una onda frontal desde el sudoeste hará las veces de gatillo para el inicio del desarrollo de tormentas de mayor importancia sobre la franja central del país y en particular sobre la zona núcleo. La zona de mayor contraste térmico entre las dos masas de aire involucradas, definirá una superficie por la cual escalará el aire húmedo previamente instalado, alcanzando así las bajas temperaturas de los niveles medios y altos de la tropósfera. Con los mecanismos de condensación en funcionamiento, se disipa energía y se facilita el desarrollo de tormentas. Esta dinámica teórica de la onda frontal para la producción de precipitaciones, dispone de todos los elementos necesarios como para que se concrete, consecuentemente es alta la probabilidad de que los pronósticos se validen.

No necesariamente el frente logrará satisfacer la demanda de dos semanas de lluvia, pero el evento es muy necesario para cortar el estrés hídrico de los cultivos, aun cuando no logren recuperar el nivel de humedad ideal, palabra que por cierto, a gran escala la venimos usando poco en el último año.

Por lo que anticipaban las tendencias climáticas a comienzos de la primavera, no puede sorprender que estemos transitando una campaña con un claro mercado climático instalado. Sin embargo y aun con sus disparidades, hay señales favorables en la recuperación incipiente que viene mostrando enero. Aun cuando la misma haya sido aleatoria e incluso haya dejado una provisión modesta en importantes áreas de la zona núcleo.

Luego de este paso frontal esperado para el fin de semana, los pronósticos de mediano plazo, perfilan nuevas lluvias para la primera semana de febrero. Si las mismas se validan, estaríamos ante una confirmación de un cambio que si bien no garantiza una provisión de agua abundante, puede mantener los cultivos dentro de un rango de humedad satisfactorio para transitar su floración.