TENDENCIAS CLIMÁTICAS

Las anomalías de la temperatura superficial Océano Pacífico ecuatorial, siguen siendo negativas de acuerdo a lo previsto. Esto es, el fenómeno de La Niña se mantiene instalado y es altamente probable que este episodio frío recién se diluya en la transición hacia el otoño.

En el mapa se observa con claridad como la cuenca central del Pacífico ecuatorial se une a la corriente de Humboldt, generado una gran masa de agua fría, favorable para la actividad pesquera de la costa oeste de Sudamérica, pero con teleconexiones de circulación que complican la normal provisión de lluvias sobre el sudeste agrícola de esta región del globo.


Las evaluaciones estadistas que pueden hacerse en base a eventos anteriores para el comportamiento pluvial en el centro este del país para los meses subsiguientes, muestran un impacto menos marcado que el que se validó durante el bimestre noviembre-diciembre. Este último período, en particular, estadísticamente tiene alta probabilidad de sufrir problemas en el normal despliegue de las precipitaciones y esto se corroboró durante los últimos dos meses de 2020.

Será muy difícil establecer si fue el fenómeno La Niña o la onda larga deficitaria que ya venía instalada, lo que provoco un cierre de año tan seco. Lo que queda claro es que bajo la presencia del enfriamiento era improbable esperar correcciones destacadas en el patrón pluvial, algo que potencialmente pudo ser menos hostil bajo otras circunstancias en el Pacífico.

Respecto de comienzos de diciembre, se observa una importante calentamiento sobre el Atlántico, el mismo esta corrido hacia el interior del océano, pero es posible que finalmente el litoral brasileño y uruguayo, logren incorporarse a esta anomalía.

Dado que la dinámica del sistema de alta presión es sensible a esta anomalía, en cuanto a que mejora el transporte de humedad, aparece un indicio que puede ser favorable para una corrección en el patrón pluvial. Esto posiblemente, no será evidente durante lo que resta del mes de enero, pero de mantenerse, febrero podría tener una mejor respuesta.

Dentro de la escala regional, debemos destacar que el centro de baja presión que afecto el este y sur de BA en los primeros días de enero no es inusual en cuanto a la dinámica, sin embargo si es poco común donde termino impactando y sobre todo la carga pluvial que dejó.

Normalmente estos sistemas nacen en el interior más cálido del país, son desprendimientos de la zona de baja presión que normalmente se instala en el NOA durante la temporada estival. Desde allí se desprenden sistemas de baja presión que se vuelven muy productivos para la franja central. Generalmente tienen una trayectoria que va desde el sudoeste del NEA hacia el sur de Uruguay, desprendiéndose hacia el océano frente a las costas bonaerenses. En su trayectoria, la principal carga pluvial queda para el NEA, las provincias del centro y la zona núcleo en general. En esta temporada no se ha visto ninguno aún y este, el primero, tuvo un tránsito muy esquivo respecto del habitual. Esta es otra señal anómala respecto de la dinámica de la escala regional.

Otra deficiencia que se desataca es la baja frecuencia de sistemas frontales. Los mismos acceden con mucha dificultad a la región pampeana y son poco productivos. En principio esto se vincula con la llamada Oscilación Antártica (AAO) (oscilación del vórtice polar), la cual en su fase positiva, restringe el acceso de los sistemas frontales hacia latitudes medias, es decir, hay menos actividad frontal. De esta manera la producción de lluvias depende mucho de los sistemas convectivos. Pero, si la zona de alta presión toma el continente, estos sistemas de mal tiempo tienen desarrollos nubosos chatos, generalmente con poca oferta de agua. Es decir hay una combinación de factores que tienden a sostener el patrón de lluvias pobre, por debajo de los valores normales. Eventualmente aparecen comportamientos disruptivos como el de la semana pasada en el este y sur de BA, pero estos no representan un cambio de patrón a gran escala.

En toda la zona central y norte del país, se han presentado las primeras precipitaciones de lo que va del año entre el domingo y el lunes pasado. Las lluvias fueron de gran cobertura y aunque no de gran volumen en forma generalizada, al menos han dado un respiro a las trajinadas sementeras de la zona núcleo. Este primer frente del año, se fortalecerá con otro a partir del viernes. Las nuevas lluvias servirán para afianzar las mejoras del muy exigido paso que llevan las sojas implantadas temprano y las sembradas en segundas fechas. También hay maíces que requieren estas precipitaciones.

Por lo pronto, el panorama pluvial no presentaría mayores cambios respecto de lo que mostró el mes de diciembre. Esto es, potencialmente seguiremos con un régimen pluvial ajustado, con ocasionales mejoras temporarias, que darán su beneficio según el oportunismo con el que vayan llegando. Podemos decir que la frecuencia de precipitaciones presentará una progresiva tendencia creciente conforme avancemos hacia el mes de febrero. Esto sería muy favorable para los resultados de la campaña si se valida, al menos en forma parcial.