La oferta de soja está en pasando, realmente, por un estrecho cuello de la botella. Con un agravante: parece ser que la botella no está llena.

El stock final de esta oleaginosa, para EE.UU., sería el segundo más reducido de la historia. En otras épocas, con semejante nivel de stock, el precio internacional superaba el nivel de 550 dólares.

Obviamente, ello no significa que ahora suceda lo mismo, pero es evidente que se trata de un fenomenal soporte para los valores.

Además, respecto a este país, cada día que pasa, crecen las dudas sobre el volumen de cosecha. Se prevé que el USDA, seguramente, en enero, publique números más reducidos de producción de la campaña recién terminada.

Ahora, si queremos tener una perspectiva de la oferta futura inmediata, debemos mirar hacia el sur, es decir a Brasil, el gran oferente.

El cuadro es delicado porque La Niña sigue haciendo de las suyas. Las siembras arrancaron con serios problemas de humedad y con retrasos.

Nuestro país tiene un panorama no muy diferente al de Brasil. Las lluvias de este fin de semana fueron paupérrimas. Trajeron un leve alivio.

Para colmo de males, el precio del disponible está apretado por el prácticamente “criminal” paro que afecta, no solo a la producción de soja, sino a todos los argentinos.

El conflicto gremial golpea a los integrantes de la cadena agroindustrial. Pero saben…. ¿quiénes son los realmente afectados? La respuesta es obvia: el convidado de piedra. Esto es, el eslabón agrícola.

Las medidas de fuerza, con cese de actividades en los puertos, viene de la Unión Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA), la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento de San Lorenzo (SOEA) en el marco de las negociaciones colectivas con las entidades empresarias. Una pelea de dos gallos de riña.

A la fecha van 12 días de parálisis en las terminales. ¿Las consecuencias? más de un centenar de barcos a la espera de cargar mercadería (no sólo soja) por un monto cercano a ¡1.700 millones de dólares!

A éste hay que agregar los gastos de demora y demás costos, todos ellos enormes.

Así las cosas, en tanto el precio Mayo sigue en alza, el disponible duerme la siesta. Hace pocos días esta posición apenas llegaba a 270 dólares. Y ahora está en 310 dólares. Buena mejora…¿no?

En tal caso, lógico sería aguardar a que el conflicto se resuelva para comercializar soja disponible.

Nadie sabe cómo será el futuro. Pero en este caso la probabilidad de alza es más que considerable. Y la Argentina debería aprovechar el actual momento de precios firmes, que no se traducen en el disponible, hoy por hoy, a consecuencia, básicamente, de este inaudito conflicto.

Sobre todo si consideramos la avidez de la demanda mundial.

Lamentablemente, el conflicto podría ser el comienzo de un proceso de lucha en la distribución del ingreso nacional, algo usual cuando la inflación es tan alta como la presente.

En la jornada de hoy lunes, todos los futuros en Chicago cerraron con subas. Y la tendencia positiva se muestra firme.