El joven economista, dueño de una importante consultora local, no se conforma; piensa una y otra vez, intentando desafiar sus propias premisas y conclusiones negativas.

Sus clientes del exterior lo llaman para preguntarle qué está pasando en la Argentina y qué chances hay de que se reviertan los pronósticos pesimistas para 2021. Pero a él le cuesta llegar a una conclusión diferente, pese a que el consenso indica que el mundo va a tener un año mucho mejor que éste, de la mano de la “Vacunomics”, que posiblemente permita una recuperación importante en (casi todos) los mercados emergentes.

Pero el caso argentino, le responde su cliente en Estados Unidos, es diferente. Le explica que los pocos inversores y analistas que siguen dedicándole algo de tiempo a mirar los activos argentinos han decidido aplicarle una calificación inusual en el mercado: “Uninvestable”, un activo en el que no hay que invertir.

Desde Nueva York, otro mánager de un fondo de inversión suena apenado del otro lado del teléfono. “No hay una sola buena historia para contar sobre la Argentina”, expresó a Infobae mientras veía cómo caía la nieve en Manhattan. La región podría despegar de la mano de un fuerte cambio en el sentimiento de los inversores si funciona el plan de vacunación masiva que preparó la mayoría de los países. “China vuela, es impresionante. Brasil va a tener un buen 2021. Estados Unidos, de la mano de más estímulos fiscales, se va a recuperar. En casi todos los países relevantes hay algo para rescatar, pero me cuesta encontrarlo en la Argentina, donde se suman la falta de claridad acerca del rumbo y la mala gestión sobre la economía y, ahora, hasta la salud”, se lamentó.

Otro importante consultor argentino, habitual interlocutor de clientes europeos, brindó un diagnóstico similar en Buenos Aires. “Con Biden y la vacuna, 2021 va a ser un gran año para el mundo”, señaló. “La Argentina va a tener un gran viento de cola, pero no lo va a poder aprovechar. El Gobierno basó su plan en que el 31 de diciembre se termina la pandemia en el país, pero eso no va a pasar y el primer trimestre del 2021 puede ser muy complicado en términos sociales”, advirtió.

En este contexto, sus comunicaciones con sus clientes del exterior cada vez son más cortas. “Este es un momento para compras de inversores locales oportunistas; pequeños fondos de inversión armados por un par de ejecutivos que se queden con empresas inviables. Pero hay que olvidarse de inversores importantes por ahora”, indicó a Infobae.

¿Por qué la Argentina no podría aprovechar este mejor clima mundial? “Va a poder hacerlo vía un precio más alto de las exportaciones, que sumarán unos 4.000 millones adicionales, pero no mucho más: ni más cantidades ni más crédito”, respondió. Además, tal como se observa en el aumento del control de los precios minoristas y la postergación de los aumentos tarifarios que el propio ministro Martín Guzmán pensaba comenzar, “es posible que el Gobierno en un año electoral no haga el ajuste que se necesita y que intente estirar la situación hasta las elecciones sin devaluar”, aclaró.

En este sentido, el subjefe de economistas del Instituto de Finanzas Internacionales, Sergi Lanau, expresó que “el peso argentino se depreció relativamente rápido en noviembre, pero en diciembre parece volver al promedio del 3% mensual”.

“A menos que la brecha entre el tipo de cambio oficial y la cotización paralela baje más, las negociaciones con el FMI seguirán siendo duras. No estoy seguro de que el FMI quiera vivir con un gran riesgo de devaluación”, advirtió Lanau, del think tank de los principales bancos del mundo.

En cambio, un informe de XP Securities pronosticó que la economía argentina crecerá 6,5% en 2021, después de una caída del 10% este año, por una cuestión estadística y por el impacto del crecimiento del G7 y de China. “Además, vemos una probabilidad casi única de que Argentina y el FMI podrán llegar a un acuerdo en el primer trimestre de 2021 y esto influirá en una la mejora del crecimiento”.

“Esperamos que el nuevo acuerdo del FMI incluya algo de dinero nuevo, que el gobierno necesita desesperadamente para reducir la inflación”, indicó. De inmediato, aclaró que el bajo rendimiento de los bonos argentinos desde el cierre del canje se debe a “una gestión errática de la política económica y la introducción de controles de capital muy estrictos; el impacto económico y fiscal negativo de la decisión del gobierno de implementar una de las cuarentenas más agresivas del mundo para controlar la propagación del virus; y la explosión de cuestiones de la herencia” que afectan a las cuentas externas del país.

“A pesar de todos los desafíos que enfrenta la Argentina en este momento, creemos que el 2021 será un buen año para los mercados de acciones y renta fija de la Argentina, especialmente los de moneda dura”, indicaron los analistas liderados por Alberto Bernal.

Sin ánimo para los audaces

Sin embargo, entre los traders, ahora el ánimo ni siquiera está para las compras de alto riesgo, por más que el precio de los activos argentinos en dólares haya bajado en forma considerable este año. “Mis pocos clientes con posiciones en la Argentina solo quieren salir cuando haya un precio razonable de salida. Muchos fondos hablan de invertir en los emergentes ahora que las tasas van a estar al 0 por ciento por otro par de años, pero están hablando de Taiwán, Corea del Sur, Brasil. Argentina es impresentable”, se quejó.

“El que quiere más rendimiento, puede elegir una acción en Estados Unidos; es dinero que seguro va a cobrar. Y el que prefiere hacer una apuesta fuerte, puede optar por cualquier empresa tecnológica o el Bitcoin; todos te devuelven el valor de la acción cuando quieras vender”, explicó.

El pronóstico de “esperar para salir” lo comparten los grandes bancos de inversión, que creen que, luego de la licitación de este miércoles del Ministerio de Economía, todavía quedan unos 4.000 millones de dólares de fondos extranjeros que esperan poder vender sus bonos locales.

En este contexto, el banco Itaú señaló en un informe que prevé “un modesto crecimiento del 4,5%, ya que los controles de los tipos de cambio y la disminución de la confianza probablemente seguirán siendo un lastre para la economía”.

Así, pese a tener toda la corriente de pesimismo que juega en contra, el joven economista mencionado previamente no se resigna. “Si el Gobierno hace dos cosas bien y seguidas, el rebote en 2021 debería ser importante”, afirma, tal vez para convencerse en voz alta de que, en un año como este, lo mejor que puede hacer es aferrarse a la esperanza.

Fuente: Rosario Finanzas