Venían golpeados pero la perspectiva de una inflación que ya salió del “modo cuarentena” los volvió a poner en escena. Los bonos CER, atados a la evolución de los precios, tuvieron un empujón con el dato del IPC de octubre (3,8%), después de haber quedado eclipsados por el brillo de las nuevas emisiones soberanas atadas al dólar (dollar-linked).

Hoy los títulos más cortos, con vencimientos en la primera mitad del año que viene, ofrecen un paraguas anti-inflación para los pesos que queman en el bolsillo y hasta 2-3% más. La inflación esperada para los próximos 12 meses según el sondeo que realiza el Banco Central es de 52,1%.

“Para el que busca cobertura, conviene el corto plazo, porque en el más largo plazo estás más atado a la volatilidad. Y es importante que el tipo de cobertura que uno elige tenga correlato con sus necesidades, por ejemplo, si uno tiene una deuda en pesos. Hay que tener en cuenta que hoy, en función de la inflación de corto plazo esperada, el rendimiento anualizado para un plazo fijo está 10 puntos abajo. Te deja expuesto a una sorpresa inflacionaria”, dice Nery Persichini, Head of Strategy de GMA Capital.

“Es la curva más nutrida”, agrega. Con esto explica que los instrumentos CER tienen mucha liquidez (buen volumen de negocios) y una amplia variedad de bonos con distintos vencimientos. “En la última licitación el 80% fue a bonos CER. El mercado no quiere tasa fija, tasa variable. Busca los bonos CER porque garantizan una tasa real (que le gana a la inflación)”.

Pedro Siaba Serrate, institucional senior analyst de PPI, añade: “Es una buena opción para el que tiene un excedente de pesos y está preocupado por mantener poder compra”.

También resalta que hay muchos títulos con variedad de horizontes. “Los más cortos rinden hasta 2% por encima de inflación, los de la parte media de la curva entre 4% y 6% y los más largos, 8-9%”. En esos casos, hay que estirarse hasta plazos como 2028. Pero el más corto vence en abril del año que viene, con instrumentos también en julio y agosto.

“Tienen muchísima liquidez. Desde noviembre el mercado se volvió a volcar a estos bonos que venían sobrecastigados. Primero por el aumento de la nominalidad. Con la cuarentena y las restricciones, se había reducido la velocidad de circulación del dinero. Ahora con la flexibilización, se espera el efecto inverso, que colabore con una inflación creciente. Por otro lado, el Gobierno decidió revisar los precios máximos y las nuevas emisiones del Tesoro dollar-linked provocaron un desarme de posiciones”.

Esto es que hubo una migración desde bonos CER a dollar-linked. “Ahora subieron bastante y todavía vemos atractivo como una alternativa para cuidar el capital sin exponerse demasiado. Y quien no tiene espalda como para diversificar, siempre puede ir a un fondo común que invierta en estos bonos, con un portfolio manager que está todo el tiempo mirando el mercado y ofrece liquidez inmediata”.

José Bano, gerente de research de InvertirOnline, arranca aclarando: “Recomendamos dolarizarse, sobre todo con el dólar MEP tan atrasado. Pero si no te podés o no te querés dolarizar, son una opción excelente. Evitás perder poder de compra. Hacés esfuerzo por ahorrar y después de un año en un plazo fijo comprás menos que al principio. Lo que te permiten estos bonos es tener una rentabilidad positiva”.

“Recomendamos un bono bien corto como el que vence en abril. Si te posicionás en uno de estos bonos te podés quedar hasta que venza. Entonces no tenés riesgo precio. Esto implica que lo comprás y después cuando lo vendés, podés venderlo mal. Si vas a estar comprado hasta el final, no tenés riesgo precio”, explica.

“Para una persona con un perfil un poquito más agresivo -aclara-recomendamos el bono que vence en 2026, que rinde 8%. No creo que sea para quedarse hasta el final del bono. Seguramente sea para vender en el medio. Pero están subiendo de precio. Este título tuvo un alza de 20% en un par de semanas y me gusta no sólo por el efecto de cobertura sino porque espero una apreciación en el corto plazo, con lo cual también podrías tener una ganancia de capital”, opina Bano.

Existen riesgos como un eventual reperfilamiento, hoy improbable, o algún tipo de manipulación de las estadísticas, advierte Persichini. Pero también los hay en otros instrumentos de cobertura, como los bonos dollar-linked, hoy tan demandados que rinden tasas negativas (cuando el precio sube, la tasa se mueve en forma inversa).

“A 1 año vista, un bono dollar-linked rinde -4,6% anual. Esta tasa negativa significa que la cobertura ante un salto cambiario no es plena. En el caso de que el título se liquide antes del vencimiento, el riesgo precio es otra variable a considerar. Es decir, la tasa del momento de salida, si es mucho mayor, puede generar que el resultado en pesos sea aún menor y reduzca la efectividad de la cobertura, incluso post evento devaluatorio”, señala.

Fuente: Rosario Finanzas