El programa PuraCaña de Yara, empresa líder mundial en fertilizantes, se renueva siguiendo tres pilares fundamentales: mayor productividad, conocimiento aplicado y tecnologías sustentables. Haciendo hincapié en este último punto, promueve el uso de fertilizantes más eficientes y que pueden ser aplicados directamente sobre la superficie, lo que implica un ahorro en combustible, mayor cobertura diaria y menor impacto ambiental.

"El menor consumo de gasoil tiene un beneficio económico directo, pero también representa un manejo más sustentable porque significa menos energía para producir una tonelada de caña y reduce la emisión de gases de efecto invernadero", dice el ingeniero agrónomo Diego Quintana, responsable de Marketing en Yara Argentina para la región norte.

En PuraCaña la mayor productividad es conseguida a través de un mejor uso del nitrógeno, mejorando su eficiencia, lo que permite obtener más toneladas de caña de azúcar por kilo de nutrientes aplicado. Esto impacta positivamente en el agroecosistema, asegurando que el nitrógeno aplicado sea aprovechado por el cultivo y, en consecuencia, ayudando a ser más asertivos en el objetivo de la producción. Además, tiene la ventaja de disminuir el exceso del fertilizante, que de lo contrario podría quedar propenso al lavado y contaminar las napas, por lo tanto, esta solución contribuye también a una producción más sustentable.

En la actualidad, en conjunto con la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), se están llevando a cabo ensayos en busca de una mayor longevidad del cañaveral a partir un manejo nutricional diferencial y otras variables que hacen a la longevidad. Los resultados muy alentadores. Para lograrlo, el inicio del cultivo debe ser muy bueno y en este sentido la fertilización desde la implantación es clave y estratégica, ya que aquí estableceremos el cañaveral. Todas estas prácticas se adaptan y acompañan muy bien el esquema de cosecha en verde, ya que las fuentes utilizadas no necesitan la incorporación al suelo.

Una correcta y balanceada nutrición de la caña de azúcar, desde el inicio del ciclo, asegura la implantación de cañaverales con mayores rendimientos y durante más campañas. Buenas prácticas agrícolas que generan un círculo virtuoso de eficiencia, rentabilidad y sustentabilidad.