Sorgo y maíz son los principales cultivos que tienen como destino el silaje por su excelente calidad nutritiva disponible por hectárea y por año, para transformarse en carne o leche.

En silaje, es elemental mantener el balance entre las tres variables principales que hacen a su durabilidad y calidad posterior del grano como alimento. Dichas variables son de índole química, física y biológica. El desequilibrio en alguna de ellas, representará amenazas concretas como por ejemplo que una falla en el proceso bioquímico impacte directamente en la fermentación que a su vez perjudica el eslabón final del proceso que es la conversión del alimento en carne (kg).

La primera pregunta que surge a la hora de hacer silaje es ¿Qué cultivo elegir? Para ello el mejor indicador es el ambiente. Ello nos va a permitir determinar qué cultivo nos permitirá ganar la mayor cantidad de Mcal por hectárea. Para elegir entre sorgo o maíz, se deben evaluar los intereses del planteo productivo. En caso que el objetivo sea maximizar la producción de materia seca por hectárea, sorgo será la mejor alternativa, sin dudas. Ahora si el objetivo es un silo de mayor aporte energético, maíz, será el cultivo que permita encontrar ese resultado.

Luego de haber elegido el cultivo, el siguiente paso en el proceso decisorio será elegir la variedad. En el caso del maíz, los materiales dentados, permiten partir el grano más fácilmente. Será clave elegir materiales con alto potencial de producción de grano ya que el 36-50% de la materia seca del silo lo aportará grano.

El momento del picado, es el paso siguiente a la elección de la variedad. Momento óptimo de Picado.

Se recomienda no picar con menos de 35% de MS. Esta materia seca se puede evidenciar al evaluar el grano de maíz, en estado pastoso duro, 1/3 línea de leche y si las condiciones ambientales fueron óptimas, entre el 30-50% de la materia seca será grano de maíz.

Es frecuente observar silos confeccionados con baja materia seca o “aguachentos”, en los que se generan dos problemas: generar el costo adicional para transportar agua del lote al silo y segundo malas fermentaciones de los silos con el consiguiente riesgo de descomposición del material ensilado y lixiviación de nutrientes.

El anteúltimo factor a considerar a lo hora de hacer un buen forraje para silo, es el tamaño y uniformidad de picado. Se recomienda de entre 1-2 cm, con una dispersión no mayor al 10%, permitiendo así que los procesos de fermentación comiencen precozmente. También se mejora la tasa de pasaje ruminal sin afectar el consumo.

Algo importante en los silos bunker es el trabajo de compactación que se deberá realizar con tractor, es central tener en cuenta la regla del 270 y así saber qué exigirle a nuestro contratista.

Para finalizar la cobertura del silo es importante, ya que se han visto mermas de hasta un 20%.

Por todo lo expuesto, para tener un mayor retorno del capital invertido se recomienda al productor estar muy encima en todos los detalles, ya que no todo es cuestión de dinero a la hora de hacer eficiente el negocio, también son importante los procesos.

Artículo redactado por Martín Perez Bordagaray, Técnico Comercial del área de Bovinos de la empresa Bioter S.A.