-La gestión económica se enfrenta a múltiples objetivos que se profundizan y complican con el tiempo. Uno de los principales es converger a la estabilidad de precios y tipo de cambio, dado que el nivel de incertidumbre generada afecta a las demás variables económicas.

-El gobierno rechaza una devaluación importante y de una vez del tipo de cambio comercial, ya que podría influir en los votos de la elección de medio término, si se dispara la inflación y cae el ingreso real.

-En esta instancia, ya no es preponderante el valor nominal del tipo de cambio, sino que es fundamental minimizar las presiones alcistas que se registraron las últimas semanas.

-El gran objetivo es que la corrida cambiaria no se traduzca en corrida bancaria como ocurrió en el año 2001.

-Ciertamente, el sostenimiento de las tensiones cambiarias es un fenómeno con efectos negativos sobre la actividad económica, los cuales se presentan no solo en términos inmediatos, sino en términos dinámicos, debido principalmente a decisiones vinculadas con la inversión.

-La política económica tiene que gestionar mayores medidas sobre la oferta. Pensar en una mayor disminución de derechos de exportación con mayor alcance a productos exportables sería un factor de mayor oferta de divisas. No obstante, la gestión tiene que ser acompañada con medidas integrales sobre los demás aspectos de la economía.

-En el corto plazo, notamos que los precios internos tienden a un esquema de potenciales modificaciones ante la posibilidad de una devaluación.

-Como una acción marcada por el alto nivel de incertidumbre derivado de ese contexto, se observan suspensiones de transacciones comerciales que van desde decisiones de consumo hasta planes de gastos por parte de las empresas.

-En las consecuencias de mediano y largo plazo se sitúa la revisión en las decisiones de nueva inversión, o continuidad de operaciones de empresas, lo cual no es favorable para la oferta y la producción futura de la economía argentina.

-La suspensión de inversión y salida de empresas están relacionadas con la necesidad de cierta certidumbre en variables nominales clave de la economía, como el tipo de cambio y la dinámica de los precios.

-Guzmán se preocupó por la eventual transición de pesos de plazos fijos al dólar lo cual es una amenaza importante para el sistema financiero.

-El Banco Central dispone de recursos escasos para intervenir en el mercado. Las reservas brutas siguen disminuyendo a pesar del sostenimiento del saldo positivo de la balanza comercial. Las reservas internacionales brutas están en los U$S 39.866. La variación neta en lo transcurrido del año es negativa en U$S 4.973 millones. Las reservas netas están muy influidas por tenencias de oro.

-En cuanto a las potenciales medidas, existe un debate interno si es que hay que subir la tasa de interés para contener al dólar paralelo. El dólar link tuvo por ahora un éxito de importancia. Si bien el paralelo bajó, parecería que va a volver a trepar. Un dólar blue a 200 $/U$S es un número absurdo explicado por la desconfianza, no es un dólar de equilibrio para mercado monetario, cambiario ni externo.

-La elección de Estados Unidos es relevante para el mercado por la orientación hacia la tasa de interés de la Fed.

-La decisión de limitación de las importaciones, los mensajes de emitir menos pesos, la venta de bonos -medida bastante cuestionada- y la suba de pases, fueron medidas funcionales para contener al blue. Entre posibles nuevas medidas, hay rumores de un régimen de desdoblamiento cambiario superada la brecha del 50%.

-De una u otra forma, las dificultades en el mercado cambiario deben resolverse con celeridad ya que, con el transcurso del tiempo, los recursos, las condiciones de la economía y el poder de gestión se deterioran haciendo más complejo aún el desafío.

Fuente: IAE Business School