UNA LLUVIA PARA EL ARRANQUE

La segunda quincena de octubre se vino caracterizando por un importante y sostenido cambio de circulación, cuya principal consecuencia fue el posicionamiento de aire húmedo sobre la región pampeana. Hemos transcurrido una semana con algunos eventos que resultaron muy satisfactorios para el gran parte de la región pampeana y un primer auxilio para la zona núcleo central.

En términos de reservas de humedad, podemos decir que la campaña fina está cerrada. Para los trigos del centro que no recibieron el agua suficiente en la segunda parte de septiembre y la primera de octubre, las últimas lluvias no promoverán ninguna mejoría, el daño ya está hecho. Por otra parte, casi todo el trigo bonaerense ha recibido aportes pluviales en fecha, luego de una transición estacional muy pobre de agua y que ya generaba ansiedad por la potencial extensión hacia el sur de la seca que afectó a los trigos de la franja central. Esto finalmente no sucedió y el agua para la floración de las sementeras del sur ya está en los perfiles. A la fina del sur sólo le queda evadir el riesgo de los enfriamientos tardíos. El primer escollo el del viernes próximo.

Esta última semana húmeda en la franja central, aún sin llegar a dejar lluvias que puedan considerarse “salvadoras”, han representado un alivio para los maíces sembrados en forma temprana. Por otra parte, la continuidad del ambiente húmedo y las lloviznas, luego del evento del fin de semana, ha permitido que queden bajo control los incendios en CB y en áreas del delta. Las mejoras aun no llegan al NEA, una zona donde la seca está posicionada, más allá de que la zona suele empezar octubre con deficiencias hídricas.

El oportunismo del cambio de circulación, deja abierto un escenario que temporariamente regularizó las condiciones de humedad para las siembras de la oleaginosa. Esto no garantiza que en lo que resta del año las precipitaciones alcanzarán valores normales, pero sin dudas permite dar el próximo paso sin pensar en estrategias que impliquen modificaciones importantes en cuanto a las fechas. Todavía las implantaciones se moverán dentro de márgenes que suelen considerarse habituales para la franja central.

Entendemos que al menos un setenta por ciento del área sojera-maicera principal, tuvo una buena oferta de agua durante la semana que paso. Para vastos sectores de CB (salvando áreas del este), considerando las condiciones de partida, las soluciones recibidas no son de la generosidad que demandan los perfiles. Lo mismo puede decirse para zonas del NEA, donde habrá que esperar nuevos eventos para consolidar las ganancias que pudieron darse con estas lluvias.

Es posible que la primera semana de noviembre se presente con ambiente más seco pero las condiciones de circulación sobre la franja central ya deberían mostrar una tendencia más favorable para establecer un patrón pluvial menos exigente que el que venimos arrastrando.

De fondo queda la onda larga deficitaria que seguramente marcara el paso del resto del año. Sin embargo hay potencial para que el semestre cálido vaya mejorando en forma progresiva. El fenómeno de La Niña está vigente, pero si ganan frecuencia estas situaciones con muy eficiente circulación de aire húmedo gestionada por la escala regional, el efecto negativo del enfriamiento del Pacífico central, podría ser morigerado o pasar desapercibido. Por lo pronto hay que tener un poco de paciencia en la primera parte de noviembre.