En este documento hemos tratado de agrupar los distintos argumentos señalados en sendos comunicados y ofrecer nuestra perspectiva, mayormente basándonos en datos históricos y evidencia científica.

Nos gustaría también poder ir enriqueciendo nuestra perspectiva con aportes nuevos o correcciones donde sean necesarias, siempre en un marco de respecto y honestidad intelectual. Para ello, hemos habilitado la dirección trigohb4@bioceres.com.ar donde pueden enviarnos sus contribuciones.

“Argentina sería el primer productor de trigo transgénico del mundo y esto supone un riesgo.”

Ser primeros supone efectivamente un riesgo, pero también una oportunidad. Estados Unidos fue primero en la mayoría de los cultivos transgénicos que hoy están disponibles en el mercado, con enormes beneficios para su economía en general.

En el caso de la soja transgénica, la aprobación temprana en Argentina respecto de Brasil generó para nuestro país una posición de liderazgo en esta cadena de valor a nivel regional que se mantuvo por más de una década.

“Durante 20 años se han obtenido variedades transgénicas de trigos en programas radicados en países productores y exportadores de trigo. Sin embargo, ninguno de esos países decidió aprobar estas variedades.”

El desarrollo de variedades transgénicas de cualquier especie vegetal es un proceso altamente regulado en la mayoría de los países importantes en términos agropecuarios y solo algunos países permiten la evaluación a campo de estas tecnologías, independientemente de la especie.

Si bien en la literatura científica existen reportes de múltiples eventos de trigo generados con fines experimentales, muy pocos de estos eventos han podido ser evaluados en ensayos a campo. La baja frecuencia de evaluaciones a campo no es específica del cultivo de trigo, sino una realidad general de todas las especies ya que esto requiere de permisos especiales y una alta dedicación de recursos. Estos ensayos a campo se denominan en la jerga regulatoria: ensayos de Fase I y son efectuados para validar el funcionamiento de una nueva tecnología. Cuando una tecnología funciona adecuadamente y se logra el compromiso financiero necesario para avanzar con su desarrollo, entonces se ingresa a la Fase II del proceso regulatorio, orientada a validar sus características de seguridad para el medio ambiente y la salud (humana y animal) previo a la solicitud de desregulación. En el caso de trigo, solo dos eventos completaron este proceso en alguna jurisdicción a nivel mundial: el trigo RR® de la empresa Monsanto y el trigo HB4. El trigo RR fue aprobado por varias agencias regulatorias del mundo (Australia, Nueva Zelanda, Colombia y Estados Unidos) y no existen dictámenes rechazando su aprobación de algún organismo gubernamental. La no comercialización de este evento fue una decisión exclusiva de su desarrollador y no el resultado de una prohibición regulatoria.

“Se ha condicionado la liberación comercial del evento a su aprobación en Brasil. La aprobación en Brasil no garantiza que los molinos, panificadores y consumidores acepten comprar el trigo OGM.”

Las aprobaciones regulatorias no garantizan el éxito comercial de ningún producto, este es privativo de productores y consumidores por igual. Si bien existen grupos de consumidores contrarios a los transgénicos, el rechazo de estos consumidores está asociado a la utilización de ciertos productos químicos habilitados por los transgénicos de primera generación y, en menor medida, a las modificaciones genéticas per se. De hecho, los trigos modificados en atributos nutricionales como son el contenido de fibra, gluten o de enzimas de estrés oxidativo, tienen una valoración positiva en la misma demografía. Los trigos HB4 permiten un mejor desempeño en esquemas de doble cultivo, en rotación con soja (especialmente con soja HB4), generando un desincentivo económico al monocultivo.

El trigo HB4 no es un grano de comercialización abierta, sino que solo será producido por multiplicadores del Programa Generación HB4® y canalizado a los consumidores que valoren su huella ambiental o sean agnósticos respecto de la tecnología. La incorporación de este trigo al circuito comercial de trigo convencional solo se dará en una situación de aceptación masiva y de normas de propiedad intelectual que permitan proteger los derechos de las partes.

“Si bien Brasil es el principal mercado de trigo argentino, hoy existen otros 54 mercados destinos que representan más del 50% de las exportaciones.”

Los destinos de exportación de cereales y oleaginosas argentinos son múltiples y en ocasión difíciles de abordar regulatoriamente en forma simultánea. En los casos de soja y maíz, donde existen más eventos liberados, estas liberaciones se dieron contemplando el estado regulatorio solo en los principales mercados. Existen hoy eventos de soja aprobados en Argentina cuya liberación comercial solo dependen de la aprobación en China. Este mismo criterio fue aplicado por el regulador en el condicionamiento a Brasil para el caso de trigo HB4.

Si debiésemos establecer el “segundo” mercado más importante para el cereal, la estadística de los últimos cinco años no nos permite establecer en forma consistente un destino que represente más del 5% de las ventas remanentes en el quinquenio. No obstante, esto, ya han sido solicitadas aprobaciones en varios países de América, incluyendo Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay, Colombia y Estados Unidos.

También se están iniciando procesos regulatorios en Indonesia, Australia, Rusia y otros países de Asia y África.

Si bien es innegable que el comercio internacional requiere de un trabajo activo del Estado en la resolución de barreras sanitarias, la apertura y retención de mercados de commodities como el trigo es más una función de la oferta que de la demanda.
Tabla publicada en la nota de las 16 instituciones:

OGMs aprobados en estos mercados:

• Brasil: soja, maíz, caña, poroto, eucalipto, algodón
• Indonesia: papa, maíz, soja, caña
• Chile: canola, maíz, soja
• Tailandia: maíz, soja
• Bangladesh: berenjena
• Nigeria: algodón, poroto caupí, maíz, soja
• Vietnam: maíz, soja

“El trigo no se puede segregar y trigo HB4 se mezclará con los trigos convencionales.”

En una etapa inicial y hasta lograr un alto nivel de aceptación de los participantes de la cadena comercial y consumidores, el trigo HB4 solo será producido bajo el Programa Generación HB4, un sistema de producción colaborativa bajo prácticas de agricultura regenerativa y trazabilidad punta a punta.

Este programa consta de una plataforma de monitoreo satelital de todos los lotes en producción, un sistema de registro de actividades productivas, datos de meteorología híperlocalizados, e información de rendimiento hectárea por hectárea. Esta información se integra en forma automática a registros incorruptibles que se asocian a cada
partida de grano o semilla; cosechada, almacenada, transportada y procesada con unidades dedicadas en forma exclusiva.

Si bien el riesgo de mezclas existe, entendemos que el sistema diseñado permite minimizarlo.

Información adicional:

• Bioceres es una compañía con más de 350 socios de diferentes orígenes, incluyendo a cooperativas, pequeños y grandes productores, industriales, instituciones financieras, y empresas de servicios y alta tecnologías.

• El propósito de la compañía es facilitar el flujo de los conocimientos desde el ámbito académico hacia la sociedad, integrándose a las redes globales del conocimiento y poniéndolos a disposición de diferentes actores productivos.

• Bioceres ha colaborado con múltiples iniciativas de I+D del ámbito privado y público en Argentina, siendo la iniciativa HB4 la más destacada a la fecha. La tecnología HB4 deriva de un gen extraído del girasol que confiere tolerancia a sequía y salinidad a especies vegetales, siendo único en el mundo por sus características técnicas y estado de desarrollo.

• La tecnología HB4 es un desarrollo conjunto con el CONICET y la Universidad Nacional del Litoral.