Si las medidas de las últimas semanas tuvieron que ver con pulverizar la demanda, las anunciadas ayer se enfocan en su contraparte: la oferta.

La medida parece necesaria (el tiempo, que no es tanto, dirá si suficiente) porque el objetivo estaba lejos de cumplirse. Según fuentes del mercado, el BCRA arrancó octubre con el pie equivocado y debió vender US$ 25 millones ayer. Más allá de haber reforzado el supercepo días atrás, con la exclusión de quienes hayan cobrado un ATP y que el dólar oficial sea casi inaccesible, la demanda (que también incluye importaciones y deudas privadas) seguía por encima de la oferta en el mercado y las reservas netas (sin DEG ni lingotes de oro) apenas se sostienen arriba de los US$ 1.000 millones. Insostenible. El cepo minorista se ha cerrado tanto que, ayer, el 70% de los pedidos de compra de moneda extranjera eran denegados por las entidades financieras.

Las reservas brutas apenas bajaron US$ 11 millones ayer y resisten arriba de los US$ 40.000 millones. Asimismo, se conoció el dato de la caída de depósitos del pasado martes: fueron US$ 119 millones. Así, las colocaciones en divisas en los bancos se reducen US$ 1.129 millones desde que comenzó el supercepo de mediados de septiembre.

La necesidad de “hacer algo” era evidente. Ayer, en la conferencia de prensa realizada en Casa Rosada por la tarde, el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien monopolizó el uso de la palabra, anunció que se reducirán las alícuotas de los DeX de forma transitoria tanto para las exportaciones de grano de soja. En concreto, los DeX para los granos de soja bajan a 30% en octubre y luego vuelven a subir en noviembre a 31,5%, a 32% en diciembre y convergen nuevamente en 33% para enero de 2021.

También precisó que “el resto de los productos del complejo sojero y con mayor valor agregado tendrán bajas más importantes de los derechos, cercanos al 27% en octubre para algunos aceites”. Al mismo tiempo, se destinarán hasta $11.550 millones en compensaciones y estímulos a pequeños productores de soja y cooperativas y, por otro lado, se reducen las alícuotas para el biodiesel al 26% en octubre, para luego subir a 29% en noviembre.

Acompañaban a Guzmán varios colegas del Gabinete y algunos representantes sectoriales. Las caras del agro fueron Gustavo Idigoras (Ciara); Dardo Chiesa (Confederaciones Rurales Argentinas) y José Martins (Consejo Agroindustrial Argentino), a quien el ministro invitó a debatir una ley especial para el sector el próximo 14 de octubre. Sin embargo, ninguno de los actuales titulares de la Mesa de Enlace dijeron presentes en Balcarce 50: fueron invitados, pero optaron por ver la transmisión desde sus casas.

Asimismo, se redujo de 12% a 8% los DeX para la minería (metales). Además, para la industria se decretó una baja de los DeX de los bienes finales industriales a 0% y de los insumos elaborados industriales hasta 3%. En el caso automotriz, la baja al 0% de bienes finales es solo para las exportaciones automotrices incrementales más allá del Mercosur. Además, dijo Guzmán, “subimos el piso de reintegros a la exportación en función del valor agregado: subimos los bienes finales industriales a 7% y de los insumos elaborados industriales a 5%”.

El hilo conductor de todas las medidas mencionadas es aumentar la oferta de dólares privados en el mercado para, así, darle más posibilidades al BCRA para fortalecer las reservas y anclar las expectativas de devaluación. Se descartaron otras vías de acción que habían circulado días pasados, como un “repo” con bancos internacionales, activar el swap con China o pedir algo más de dinero al FMI.

Las estimaciones

¿Servirá? Más allá de que el estímulo involucra a varios sectores, el foco está puesto en el “yuyo”. Según señaló CRA ayer en un comunicado, 17 millones de toneladas de soja se encuentran en manos de los productores y también unas 8 (como base) a 13 millones están en manos de los exportadores. “Una baja de 3 puntos porcentuales y por un corto período sólo estimulará la liquidación de aquellas toneladas en manos de los exportadores que rápidamente harán una toma de ganancias, aprovechando liquidar con 30% de derechos de exportación aquello que compraron descontado de un derecho del 33% y nuevamente se habrá generado de facto un diferencial, es decir, una traslación de recursos desde el sector productivo al industrial”, dijeron.

En un informe publicado hace algunos días, la Fundación Mediterránea estimó la cosecha no comercializada en 24 millones de toneladas, casi la mitad de las 49 se cosecharon en la gruesa.

“Mucho ruido y pocas nueces. Los recientes anuncios de baja transitoria y acotada de retenciones complejo sojero, modificación de reintegros a las expo, compensaciones a pequeños productores de soja y demás, suman pero se quedan cortos frente a la creciente caída de reservas”, señaló Lorenzo Sigaut Gravina (Ecolatina).

En los próximos días se verá si los anuncios sirvieron.

Fuente: El Economista