Resulta interesante apreciar con números lo que sucedió con la carne en China, entre los años 2016 y 2018 el impacto de la fiebre porcina africana pego de lleno en la economía, y esto obligo a cambios en los patrones de consumo y política de comercio.

Producción de Carne en China en millones de toneladas


Como puede apreciarse en el cuadro, los chinos vieron caer su producción de cerdo, pero rápidamente pasaron a incrementar la producción de carne de vaca y pollo, con una aceleración en el crecimiento desde 2018 a la fecha. A este ritmo la producción de carne la podrían recuperar en los próximos 4 años.

Es interesante analizar el consumo de carne en China, ya que cayó en menor proporción debido a que incrementaron fuertemente las importaciones, aquí los datos también son expresados en millones de toneladas.


El siguiente cuadro nos mostrará las diferencias entre consumo menos producción en los dos años relevados. Se agregan las exportaciones mundiales al año 2020 por producto para una mejor comparación.


Con estos cuadros podemos mostrar que China tiene un gran faltante de carne, y que es un jugador determinante en el comercio internacional, se lleva el 24,3% del mercado de la carne vacuna y el 40% de la carne porcina. En total el 27,0% de las 3 carnes analizadas. Multiplico por 3 las importaciones en apenas 4 años.

Con estos números en la mano, podemos afirmar que China comenzó el proceso de recomposición de su producción de carne para el consumo interno, con lo cual la demanda de materias primas al mundo ira creciendo notoriamente.
La demanda de maíz y soja no se detendrá en esta coyuntura, y resulta muy probable que siga en aumento, con lo cual habrá que estar preparados para precios crecientes.

Esto no debería ser un tema menor para Argentina, ya que la suba en los precios de maíz, sorgo, trigo y soja le reportan por un lado más dólares a las reservas, sin embargo, le producen una suba de precios en el mercado interno.

El gobierno debería tomar nota de este conflicto entre materias primas y producción de carne, ya que tenemos el insumo, pero no lo utilizamos para realizar agregado de valor. Para que la suba del insumo no impacte en el mercado local, el gobierno debería incentivar la producción de proteína cárnica y exportar cortes con agregado de valor, de modo tal de incrementar las exportaciones, ganar en rentabilidad para el productor y dejar en el mercado interno carnes a precios mucho más bajos que los internacionales.

El estancamiento en la producción de materias primas en argentina se produce porque el Estado castiga con retenciones a los productores, sin dejarle resto para que pueda crecer en la cadena de valor, lo que le permitiría al país crecer en el sector alimenticio, generando más puestos de trabajo, dólares e ingresos fiscales crecientes.

Como no todo es de un día para el otro, probablemente en el comienzo haya que invertir aplicando menos impuestos al campo, para que inicie la reconversión hacia una industria con agregado de valor, la probable recaudación soñada será más baja a corto plazo y abundante cuando los procesos de inversión hayan cumplido su tiempo de maduración.

Argentina deberá repensar su estrategia de producción en un mundo, que de la mano de China pide más carne. Por ejemplo, Brasil en el año 2020 mostro los siguientes números en millones de toneladas.


Como se puede apreciar, Brasil de todo lo que produce entre un 25,5% y 29,2% lo exporta, Argentina no podría decir lo mismo.


Como se puede apreciar hay un gran margen para aumentar la producción y exportación de las tres carnes, pero en mayor proporción en el caso del pollo y el cerdo.

Argentina tiene una población que es un 25% de la que tiene Brasil, sin embargo, en ganadería los brasileños nos han sacado mucha ventaja, tienen un stock de 219 millones de cabezas, con una mala eficiencia ya que al año producen 51,5 millones de terneros, esa cifra es muy similar a nuestro stock que se ubica en 54,5 millones, con los que producimos apenas 15 millones de terneros, un nivel de eficiencia tan bajo como Brasil.

Conclusión

La demanda de proteína cárnica a escala mundial no se detendrá en el corto plazo,

La recuperación de la producción de proteína cárnica en China hará que en los años sucesivos las importaciones de materias primas agrícolas vayan en constante crecimiento en china, lo que podría colocar en precios más elevados a la soja, maíz y sorgo entre otros cultivos.

Argentina tiene un espacio enorme para crecer en exportaciones de proteína cárnica, pero necesita previsibilidad, los ciclos de inversión son de largo tiempo, imposibles de sobrellevar con altos niveles de inflación, escaso financiamiento y sin una ayuda en materia tributaria para iniciar el periodo de maduración del negocio.

Los altos costos de logística juegan en contra, las faltas de reglas claras en materia laboral encarecen los proyectos y los altos impuestos (inclusive los que castigan a la exportación) son un limitante para estos proyectos.

El mundo demanda proteína cárnica, la geografía es nuestra, los productores para llevar adelante el proyecto están, las universidades nos dan los mejores profesionales, nos falta un Estado presente en los proyectos, apoyando con financiamiento, reglas claras, haciendo rutas y abriendo caminos en el mundo, sería ideal un Estado ausente a la hora de cobrar impuestos que hacen inviables los proyectos de exportación de proteína cárnica, y lo único que lograron es hacer crecer a Brasil.

Mientras Brasil supo aprovechar el mercado mundial de la carne, Argentina es de la familia Miranda, mira como todos crecen y nosotros nos estancamos más.

Por Salvador Di Stefano - Director de Agroeducación
Fuente: Agroeducación