La investigadora Patricia Sandoval de la UNL tiene el foco puesto en conocer un modo de producción legendario en la región Pampeana pero que parece mostrar ciertos signos de agotamiento. Y la idea que moviliza el afán de conocer tiene que ver con sostener un modo de producción amigable con los desafíos de una producción sustentable como proponen estos tiempos.

La idea de la sustentabilidad no es nueva, se remonta a la década de los años 70 pero las demandas de ambientalistas y consumidores la han reactualizado con fuerza. Hay una tríada de tensiones con vértices en lo social, lo económico y lo ambiental, y la academia debe ayudar a desenredar de modo virtuoso este intríngulis.

La tecnología no es enemiga pero su impacto es ostensible, y por ello “es necesario tender puentes, reducir la brecha que impone. Y en eso la extensión rural tiene cosas que aportar”, aconsejó Patricia Sandoval y le asignó un rol trascendente a la comunicación.

Un tambero es una persona que realiza tareas diversas relacionadas con la producción lechera y es por ello que en sus tareas está involucrada su familia. La tarea principal de ordeñe se realiza todos los días del año un par de veces por día. No participa de las decisiones de gestión o relacionadas con la economía de la empresa, pues esta tarea esta timoneada por el productor lechero familiar que, en muchos casos es propietario o alquila entre 50 y 200 hectáreas.

A su turno, Roberto Leonardi expuso sobre el intenso proceso de agriculturización, particularmente en los departamentos Las Colonias y Castellanos.

Entre 1988 y 2008 en el Dpto. Las Colonias (Santa Fe) cerraron su explotación 1334 tambos, representando el 70% de las explotaciones que abandonaron la actividad agropecuaria, y las unidades productivas pasaron a integrar las áreas agrícolas destinadas principalmente al cultivo de soja. Antes, esta región era eminentemente lechera y pasó a ser de producción mixta.

En números absolutos discontinuaron 926 tambos, con lo que perdieron su trabajo más de 900 familias tamberas. Y si bien se aguardan malas nuevas en los datos que arrojará el Censo Nacional Agropecuario del año pasado, se sabe que ya no existen casi la mitad de los tambos que alguna vez tuvieron estos departamentos santafesinos.

Leonardi le pone descripción a lo que la estadística muestra para señalar que uno de los principales problemas de este proceso de transformación que empuja la tecnología y la agricultura es la desagregación de la familia agraria con un impacto fuerte del tejido social que compone este entramado socio productivo. Por supuesto, estos asientos estadísticos van acompañados de una reformulación del paisaje rural, con base en una alteración del paisaje rural motorizado por un proceso sistemático de despoblación. Ahora, ese bucólico paisaje de lo que fueron tambos familiares se va desprendiendo de presencia humana, diseñando nuevas prácticas culturales, donde la falta de servicios públicos y las comunicaciones hacen su parte.

“La modernización del agro traen aparejados transformaciones profundas en el tejido social. Se trata de un problema complejo y requieren soluciones que integran varios planos e implican procesos complejos”, apuntó a su turno Cristian Pernuzzi, quien se apoya en el sociólogo francés Pierre Bourdieu para analizar este escenario y proyecta el siguiente cuadro:


En este debate donde la universidad aborda problemas socioproductivos concretos, investiga para conocer y a partir de ello ensayar algunas aproximaciones para detener este proceso de degradación, se proponen algunas conclusiones:

– La actividad lechera sigue siendo muy vulnerable en su tejido social. El tambero asociado y el productor lechero son parte de un entramado que está en proceso de degradación y ruptura.

– Estos actores carecen de organizaciones políticas o gremiales que los representen. No son parte de dispositivos que les permita acumular fuerzas y abandonar esa residencia en los márgenes de ese objeto productivo que integran.

– Están invisibilizados, no integran la las estrategias de políticas públicas que debieran integrarlos y promover acciones para consolidarlos y reconstruir su identidad cultural en la producción lechera.

En el trabajo expuesto no se incluyeron categorías que permitiera percibir el rol de la mujer en esta transformación perdidosa que invisibiliza doblemente a la mujer que, en roles diversos, relacionados directa o indirectamente con las tareas propias del tambo, son parte de este proceso.

Por Osvaldo iachetta
Fuente: Todo Lecheria