“Para estabilizar hace falta hacer los deberes en el plano monetario y fiscal, pero no parece ser la prioridad del gobierno”. Esta frase del exministro de Economía, José Luis Machinea, puede tomarse como el común denominador del diagnóstico que aportaron Ricardo López Murphy, Domingo Cavallo y Roque Fernández, respecto a lo que cabe esperar en el horizonte una vez que la pandemia comience a quedar atrás.

Los cuatro exfuncioanarios participaron de un webinario organizado por Fundación Libertad, en el que dialogaron respecto a los principales principales peligros económicos y políticos que enfrentará la Argentina en los próximos meses.

Roque Fernández:

Los economistas siempre tenemos en la cabeza planes económicos, pero lo cierto es que esos planes tienen un pequeño momento, que es cuando el gobierno asume. Cuando eso no ocurre funciona la economía política, que son esas decisiones económicas que los gobierno toman pensando en la política.

El año 2021 es electoral, y primará la economía política. Si esto sigue como viene, sucederá la clásica evolución de programas que van hacia mayor control de precios y cambios, que son todo lo contrario a lo razonable.

No obstante eso, estamos tan mal que al fin de la pandemia podrán volver a conectarse capital y trabajo, y eso generará algún tipo de repunte, pero vamos a estar lejísimos del producto potencial, es decir, de un sendero de crecimiento de largo plazo.

Además, la negociación con el FMI no será nada fácil. Una letanía de discusiones que seguramente se centren en las diferencias entre el plan económico que proponga el Fondo y la economía política que buscará aplicar el gobierno en 2021.

Domingo Cavallo:

Creo que el problema inflacionario va a ser grave y pronto. Es ilusorio pensar que lo van a poder parar con controles. Lo más probable es que tengamos un fenómeno tipo Rodrigazo, un aumento de muchos precios atrasados y una obligación del gobierno de ajustar el tipo de cambio.

La condición de una hiperinflación es el descontrol total y la huida de la gente del peso, que se da en un contexto de vacío político. Si eso sucederá de aquí a las elecciones de 2021 no lo podemos predecir, pero sí puedo advertir que me preocupa la falta de cohesión y el abuso de los enfrentamientos internos que está teniendo el gobierno, lo cual puede generarlo antes de la cita electoral del próximo año.

Ricardo López Murphy:

Hay que partir de un elemento de juicio importante: el gobierno anterior llevó adelante un programa de corrección fiscal y restricción monetaria importante. Eso dio un margen para que este gobierno pueda relajar ambas cuestiones, pero ese espacio está agotado. Se emitió todo lo que se pudo y se amplió tremendamente el nivel de gasto.

En esas condiciones, el desequilibrio acumulado, la cantidad de deuda que hay colocada en el BCRA y la dinámica de sumatoria de intereses de esa deuda, preanuncia que a la salida de la pandemia hay un programa de estabilización (del que soy escéptico que suceda) o vamos a un proceso de aceleración de la inflación.

Es decir, se produce una corrección de ese desequilibrio -que es muy dramática en un año electoral-, o la dinámica de ese desequilibrio toma vida propia.

José Luis Machinea:

No veo una hiperinflación, pero coincido en que el problema es cómo corregir los excesos que se generaron cuando se salga de la pandemia.

Tengo las mismas dudas de que el gobierno corrija los desequilibrios, absorbiendo el exceso de dinero en el mercado y reduciendo el déficit fiscal. Eso tiene que ver con las contradicciones que tiene este gobierno y las demandas de adopción de políticas extrañas.

Hay un contraste extraordinario entre el presidente Alberto Fernández que fue al Council de las Américas y habló de iniciativa privada y la importancia del sector agropecuario. ¿El presidente está haciendo un discurso simpático en distintos escenarios o hay una diferencia entre presidente y la vice?

Para estabilizar hace falta hacer los deberes en el plano monetario y fiscal, pero no veo que sean la prioridad.

Fuente: ON24