La situación cambiaria y la fiscal, cada día que pasa, resultan más alarmantes.

Los dólares vuelan del sistema y el gasto trepa a niveles inéditos.

Con este cuadro, lo sorprendente sería que la tasa de depreciación de nuestra moneda no se multiplique por cuatro, al menos, y que la de inflación no se duplique.

Hoy la brecha cambiaria es enorme. Y el gasto sigue en aumento.

De acuerdo a un informe de GMA Capital, en base a cálculos de PBI del INDEC y del índice general de actividad de OJF, el costo medido en dólares de la caída en el nivel de actividad, ajustando por estacionalidad, por cada día de “parate”, se perderían 715 millones dólares en términos de actividad. Al tomar todo el período de cuarentena, el costo estimado se aproxima a la terrible suma de 70.000 millones.

De esta forma, el matrimonio inflación y devaluación tendrían asegurado un crecimiento de proporción más que preocupante.

Habrá que ver si, en caso de producirse un salto devaluatorio, el precio de la soja y demás granos, no queda sujeto a nuevas disposiciones para frenar cualquier suba nominal interna.

Y el ambiente político es claramente de animosidad.

En cuanto al cuadro internacional, el precio de la soja no tuvo ningún aliciente para su mejora. Presionan a la baja en Chicago, tres factores decisivos.

En primer término, está el problema del Covid 19. Y en segundo y tercer lugar, están el clima, que no ha resultado negativo como se creía hace unos días, y la situación del tratado comercial entre China y

Estados Unidos, que arrastra una serie de inconvenientes.

Veamos.

La sociedad mundial ha recibido con pesimismo los pronósticos de un probable rebrote de la pandemia, en vista del incremento de casos que muestra el país norteamericano.

La incertidumbre a nivel global no cede y ya se calcula una baja del 5% en el PBI del mundo.

El clima en EE.UU, no ha afectado tanto el estado de la soja. Hace una semana se tenía como probable una considerable sequía. Pero las condiciones no son malas. Las lluvias en el Medio Oeste de este país forman las expectativas que ahora son más favorables.

Estamos a las puertas de los meses de julio y agosto: el clima definirá el potencial de rendimientos en EE. UU.

En tal caso, los mercados de la soja -y granarios en general- se tornarán más volátiles e impredecibles.

En cuanto al acuerdo, en los últimos días hubo todo tipo de trascendidos que no permitieron una recuperación de los precios de la soja en Chicago.

Pese a todo lo descripto, los precios no muestran signos claros a la baja. Brasil deja ya va dejando atrás los meses de mayor volumen de oferta para exportación, en tanto que China mantiene activa la demanda.

Hay esperanza de alguna mejora, desde el plano exterior e interior. Pero el cuadro exige cautela.