En los cultivos de invierno, el raigrás resistente al glifosato y también a otros herbicidas, complica cada día más a la agricultura mundial y Uruguay no escapa al problema. El manejo eficiente de los herbicidas pre emergentes y pos emergentes, son la clave para evitar que un problema instalado se generalice.

Lorena Caamaño, gerente del Departamento de investigación y desarrollo de Proquimur dijo a El País que el manejo hay que encararlo de forma preventiva.

“En la búsqueda de herramientas en que estamos ahora, apuntamos a la detección de alternativas para reducir esa generación de resistencia”, contó la experta.

Explicó que el uso de los herbicidas pre emergentes es una alternativa que “permite reducir la población de raigrás resistente y sobre todo, llegar a una intervención sobre el cultivo de trigo y cebada, con malezas de menor tamaño”.

Caamaño analizó que cuando los controles se hacen con un herbicida post emergente como lo es Nexxo, cuyo principio activo es el Pinoxaden, “se logra controlar esa población de malezas resistentes en un porcentaje más alto. Cuando se ataca una generación de resistencia, lo que se busca es que no queden plantas remanentes en el control de la maleza”, admitió la especialista de Proquimur en su diálogo con El País.

La combinación de herbicidas pre y post emergentes es lo más utilizado en el mundo para controlar esos raigrases resistentes, que causan mayores perjuicios en los cultivos de invierno.

“Tenemos una solución integral que es la aplicación del Versátil pre siembra —cuyo principio activo es el Flumioxazin— y sobro el cultivo la aplicación del Nexxo. El objetivo es la reducción de la diseminación del problema”, recomendó Caamaño. La resistencia de la maleza citada ya está instalada y lo que se debe evitar es que se generalice, dejando de ser un problema que se da hoy por zonas.

“Hay que tratar de conservar el principio activo (Pinoxadem) y hacer un buen uso de esa herramienta para que continúe siendo sostenible en el tiempo su uso”, agregó la gerente del Departamento de Investigación y Desarrollo de Proquimur.

El problema es que, según la experta”, se están viendo algunas situaciones, que hoy son zonas puntuales, donde hay problemas de resistencia a ese principio activo. Hoy no hay otras herramientas para manejar raigrás sobre los cultivos de trigo y cebada. La más eficiente es el Pinoxadem y eso es lo que hay que conservar”, afirmó Caamaño.

Por otro lado, a nivel país, se estima que el área de trigo crecerá, aunque continuará siendo baja, como se vino dando en las últimas zafras de cultivos de invierno. El productor está obligado a realizar un área de invierno —colza, trigo o cebada— para complementar los magros números que les dejó la campaña de soja, en el marco de un mercado complicado y con un precio de equilibrio cercano a los US$ 320 por tonelada.