Para la cadena de la carne bovina argentina (y también para las restantes cadenas de carnes) la evolución del consumo, y particularmente de las importaciones chinas, no es un tema menor. En el año 2019 el 75% de los volúmenes exportados totales por la cadena se colocaron en el gigante asiático (425 mil toneladas peso producto, el 20% de la producción total) y el 67% de las divisas generadas fueron aportadas por los consumidores chinos (US$ 2.065 millones). Si China logra sortear con relativo éxito el COVID-19 y la crisis económica global, tal como está sucediendo, es factible que estos envíos no sólo se mantengan este año, sino también que se terminen expandiendo.

Fiebre Porcina Africana

La FPA generó una fuerte caída en la producción china de carne de cerdo; según estimaciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos se habrán perdido unos 20 millones de toneladas en el transcurso del período 2018/2020, un flujo que representa aproximadamente el 15% de la producción total de proteínas animales de China (incluyendo las 4 carnes líderes, bovina, porcina, aviar, ovina y el pescado). Frente a este fuerte shock de oferta negativo y a los efectos de evitar la consecuente contracción del consumo interno, China podía recorrer tres caminos posibles, cosa que está haciendo, a distinta velocidad y con diferente impacto sobre el mercado.

La primera respuesta era aumentar rápidamente la producción de otras carnes, estrategia que tiene sus limitaciones y sólo es factible en producciones intensivas y de ciclos cortos; en este momento lo que se está viendo es un importante aumento en la producción china de carne aviar, la que estaría creciendo un 33% entre 2017 y 2020 (en casi 4 millones de toneladas al cabo del período). El segundo camino era reasignar hacia el mercado interno carne que se estaba exportando; en China la única producción con excedentes de magnitud es la del pescado, con 8,2 millones de toneladas exportadas en 2018, y se observa, efectivamente, una baja en estos envíos, de unas 600 mil toneladas año en el período (proyecciones de la OECD/FAO). Finalmente, el tercer camino era acudir al mercado global en búsqueda de los productos faltantes, algo que también está haciendo y con gran apetito desde comienzos del 2019 y donde reside por supuesto el principal interés para Argentina.

Las importaciones chinas de todas las carnes estarían pasando de 7,2 millones de toneladas en 2017 a unos 11,8 millones al cabo de este año, un crecimiento del 64% en sólo 3 años (+4,6 millones de toneladas). El análisis detallado muestra que el boom de compras se está concentrando en dos de ellas, las carnes porcina (golpeada por la FPA) y bovina (de bajo consumo interno y buena sustituta de la anterior), que se estarían más que duplicando en el período pasando de 2,4 a 6,4 millones de toneladas equivalentes res con hueso (+2,3 millones y +1,6 millones, respectivamente). En términos per cápita, las importaciones totales estarían subiendo de 5,2 kilos a 8,4 kilos en este período de tres años.

Como puede deducirse, la gran aceleración de las importaciones ha modificado la estructura de abastecimiento de carnes de China, aumentando la dependencia de su mercado interno a la producción de otros países. Según estimaciones de USDA, este año el gigante estará importando el 26% de la carne bovina que consumirá, el 10% de la carne porcina y el 5% de la carne aviar; se trata de los porcentajes más altos de los últimos años en todos los casos. COVID-19

La irrupción del COVID’19 a comienzos de 2020, con estrictas medidas de aislamiento social y cierre de fronteras, puso en dudas la continuidad de la expansión de las importaciones chinas de carnes; afortunadamente, estos interrogantes están quedando atrás luego de conocerse los volúmenes importados en los últimos dos meses, sorprendentemente altos, muy superiores a los de los meses previos y también a los niveles del 2019. En el mes de marzo, las compras realizadas bajo el rubro “carnes y menudencias” totalizaron 919 mil toneladas, 50% más que en los meses previos y en abril se mantuvieron también en un nivel muy alto, con 862 mil toneladas. La aduana china incluye en este colectivo a todas las carnes (bovina, aviar, porcina y ovina) y a las menudencias.

El detalle de lo sucedido en cada una de las carnes se dispone sólo hasta el mes de marzo. En este último mes, China alcanzó récord de compras en 3 de las 4 carnes bajo análisis, con 390 mil toneladas importadas de carne cerdo, 216 mil toneladas de carne bovina y 130 mil toneladas de carne aviar.

Un dato relevante es que las compras de los primeros meses del año están ratificando los escenarios expansivos para el 2020 que plantean distintos organismos internacionales, caso del Departamento de Agricultura de Estados Unidas (USDA). En el primer trimestre las importaciones de carne bovina se ubican 65% por encima de mismo período 2019, las de carne porcina +183%, las de carne aviar +97%, las de carne ovina +1,3%. Nótese que estos porcentajes observados son muy superiores a las variaciones que, por caso, USDA espera para todo el año (+15% en carne bovina, +57% en carne porcina, +25% en carne aviar). • Según los registros de la Aduana China (pueden diferir de los registros de la Aduana Argentina), las compras de carnes de origen argentino se ubicaron en 62,7 mil toneladas en marzo 2020 (peso producto), el volumen más alto de la historia comercial con ese país. Los envíos fueron mayoritariamente de carne bovina (84%), aunque también fue importante el flujo colocado de carne aviar (15%). Por su parte, no hubo registros de compras de carne ovina pero sí de carne porcina (menos de 1000 toneladas, 1% de los envíos totales). Participación de Argentina en el mercado chino

El market share de Argentina en las compras de China alcanzó el 24,3% en carne bovina y el 7,3% en carne aviar en marzo. En el caso de la carne bovina la inserción se mantiene relativamente estable desde hace varios meses, fluctuando entre el 22% y 24%. En carne aviar, el país venía con una participación cercana al 11%, y lo sucedido en marzo prende una luz de alerta, se trata del menor aporte relativo desde agosto de 2018 (6,4%). En carne porcina es donde el país aparece más rezagado y hay sin dudas mucho camino por recorrer, el market share es de apenas el 0,2%.

Respecto a los países de la región, Brasil es el gran proveedor de carne aviar de China, con el 63% del mercado en estos primeros meses del 2020. Otro dato importante para Argentina es el avance del socio mayor del Mercosur en el mercado de la carne bovina, su participación está llegando al 40% en marzo, la más alta de los últimos años. Por el contrario, Uruguay, con una oferta más reducida y por ende limitada para satisfacer la enorme demanda china, viene perdiendo participación, de tener un 30% del mercado hace poco tiempo atrás, actualmente se ubica en el 13%. Finalmente, en carne porcina, Chile coloca volúmenes que representan el 4% de las compras totales de China (marzo), una porción de mercado que viene manteniendo desde hace varios años (con subas y bajas), y que es muy superior a la que logra Argentina (0,2%).

Lo sucedido con las compras chinas hasta abril resulta muy promisorio para los exportadores globales de carnes, entre ellos Argentina. Es muy probable que se confirmen las proyecciones y que el gigante termine con un nivel de importaciones bastante superior al del año pasado, a pesar de la desaceleración económica y los problemas generados por el COVID-19. El desafío de Argentina es mantenerse competitivo en este mercado (precio, calidad, logística, etc.) en un contexto de grandes jugadores globales y que las políticas internas, particularmente comerciales, también acompañen; se observa por caso que este año Brasil está mostrando una gran aceleración en sus envíos de todas las carnes y también empieza a aparecer en las estadísticas asiáticas otro grande del negocio, Estados Unidos, particularmente en el mercado de la carne porcina. Introducción

En este documento se tratan aspectos vinculados al mercado de proteínas animales en China, en particular, se analizan los efectos que la Fiebre Porcina Africana (FPA) ha generado en la dinámica y estructura de consumo de las diferentes carnes durante los últimos dos años, en la capacidad del gigante asiático para abastecer su mercado con producción propia y en la mayor dependencia, prácticamente inevitable, de producción de otros países (importaciones) que suele generarse luego de fuertes eventos sanitarios adversos.

También se revisa lo que está sucediendo con las compras externas en los últimos meses, luego de la aparición del COVID-19 y de las implicancias que este nuevo virus tuvo sobre la economía de empresas y familias chinas. Si bien han pasado pocos meses desde el surgimiento de este segundo virus, resulta interesante monitorear los impactos que este está generando sobre los flujos de importaciones, la estructura de proveedores y finalmente el consumo interno. Finalmente se presenta la evolución de la participación de Argentina en las importaciones chinas de las principales carnes durante los últimos meses; la inserción y dinámica de Argentina se compara con la de tres países vecinos (Brasil, Uruguay y Chile).

Para la cadena de la carne bovina argentina (y también las de las restantes carnes) la situación económica de China y la evolución de sus importaciones son temas muy relevantes. En el año 2019 el 75% de los volúmenes exportados totales se colocaron en el gigante asiático (425 mil toneladas peso producto, el 20% de la producción total) y el 67% de las divisas generadas fueron aportadas por los consumidores chinos (US$ 2.065 millones). Si China logra sortear con relativo éxito el COVID-19 y la crisis económica global, tal como está sucediendo, es muy probable que estos envíos no sólo se mantengan este año, sino que hasta terminen en crecimiento, si, por supuesto, las condiciones internas, particularmente en materia de política comercial, así lo permiten.

Dinámica del consumo de carnes en China y cambios post FPA

A comienzos de la década del ‘00 se consumían en China unos 69 kilos de proteínas animales en promedio por habitante año, incluyendo las cinco carnes principales que se disponen en el mundo (porcina, aviar, bovina, ovina y pescado). La canasta de consumo promedio estaba dominada por la carne porcina (32 kilos p/c) y el pescado (24 kilos p/c), apareciendo muy por detrás las restantes carnes (aviar 7 kilos p/c, bovina 4 kilos y ovina 2 kilos). En términos internacionales comparados se trataba de un nivel de consumo intermedio, acorde con un país de ingresos medios bajos.

A mediados de la década del ‘10, el consumo llegó a los 97 kilos por habitante, 28 kilos más en promedio, una tasa de crecimiento sostenida del 2,3% promedio anual, y un salto de consumo impresionante considerando el tamaño poblacional del gigante. Nótese que el mercado de consumo total pasó de un flujo de 87 millones de toneladas / año en el 2000 a otro de 134 millones de toneladas en el 2015, en un período de 15 años; para tener perspectiva el mercado chino de inicios del siglo actual era de un tamaño 21 veces superior al del mercado argentino (4,1 millones de toneladas), relación que subiría a 25 veces a mediados de la década siguiente (5,2 millones de toneladas).

En este período se observan algunos cambios en la estructura de consumo, con el avance del pescado sobre las otras carnes, la mitad del aumento es a partir de un mayor consumo de pescado (14 de los 28 kilos p/c) y poco más de la tercera parte de un mayor consumo de carne de cerdo (+10 kilos p/c). En perspectiva internacional, el consumo chino de proteínas animales se acerca considerablemente al de países desarrollados, que se ubica en un rango de entre 100 -120 kilos por habitante año.

Entre los años 2015 y 2018 el consumo se mantendría relativamente estabilizado en torno a los 97 kilos, tendencia que se quebraría en el 2019 con un fuerte retroceso (-5%, se pierden 5 kilos p/c) y que se continuaría de acuerdo a las proyecciones en el actual 2020. Si bien China desacelera su tasa de crecimiento económico y su nivel de consumo por habitante ya es considerablemente alto (de los más elevados entre los países asiáticos), el principal factor que explica la caída del consumo es el importante shock productivo negativo que sufriría el país, la “fiebre porcina africana” allá por mediados del 2018. La FPA generó una caída de un tercio en el rebaño de cerdas del país entre fines de 2018 y 2019, con similar impacto en la oferta de carne porcina generada localmente.

Con una población convergiendo a 1.400 millones de habitantes en 2020, el consumo de cerdo se redujo de 39,7 a 32,1 kilos p/c (equivalente res con Hueso) entre 2018 y 2019, y se estima que caería hasta 26,9 kilos en 2020 (proyección USDA); en dos años la FPA terminaría costando en términos de consumo casi 13 kilos p/c menos de carne de cerdo, generando cambios en la estructura de consumo, con un mayor protagonismo de las otras carnes, y disparando la  necesidad de acudir a los mercados globales para compensar con producción extranjera los efectos del virus sobre la oferta propia de proteínas animales.

Dinámica de las importaciones y cambio en la estructura de abastecimiento

La fuerte caída en la producción de cerdo que generó la FPA, la pérdida de 20 millones de toneladas de esta carne en un período de sólo 2 años, aproximadamente el 15% de su producción global de proteínas animales, obligó a China a buscar alternativas de sustitución a los efectos de evitar que el problema llegara al consumo.

En estas situaciones existen tres caminos posibles, el primero de ellos consiste en acelerar la producción de otras carnes, estrategia que tiene sus limitaciones y es factible de llevar adelante sólo en producciones intensivas y de ciclos cortos (pollos, acuicultura); el segundo consiste en reasignar hacia el mercado interno carne que se estaba exportando, que en el caso de China la única producción que genera excedentes, al menos de magnitud, es el pescado (8,2 millones de toneladas exportadas en 2018); el tercer camino consiste en acudir al mercado global en búsqueda de los productos.

Los tres caminos antes mencionados fueron seguidos por el gigante, la producción local mostró una aceleración, particularmente en carne aviar, que estaría creciendo un 33% entre 2017 y 2020 según las estimaciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (casi 4 millones de toneladas nuevas al cabo del período), las exportaciones de pescado se terminarían reduciendo en unas 600 mil toneladas año (proyecciones de la OECD/FAO), y finalmente, las importaciones de todas las carnes, que se aceleraron en forma notable, estarían pasando de 7,2 millones de toneladas en 2017 a unos 11,8 millones al cabo de este año, un crecimiento de un 64% en sólo 3 años (+4,6 millones de toneladas). Nótese que estos tres cambios estarían generando menos de 10 millones de toneladas, no llegando a cubrir la mitad de la carne perdida por la FPA y en consecuencia no pueden evitar el ajuste en el consumo interno de carnes de china.

En el caso particular de las importaciones, la variable que más interesa a los países exportadores, el análisis detallado muestra que el boom se ha concentrado básicamente en dos carnes, porcina y bovina, en las que las compras se estarían más que duplicando en el período pasando de 2,4 a 6,4 millones de toneladas equivalentes a res con hueso (+2,3 millones y +1,6 millones, respectivamente); bastante más atrás quedaría el salto en las compras de carne aviar (+400 mil toneladas) y en el de la carne ovina (+77 mil toneladas). En términos per cápita, las importaciones estarían subiendo de 5,2 kilos a 8,4 kilos entre el 2017 y el 2020.

Y disponiendo de capacidad instalada ociosa, que pueda ser rápidamente puesta en operación.

Puede deducirse que la gran aceleración de las importaciones ha debido modificar la estructura de abastecimiento de carnes de China. En el 2017 el 95% del consumo interno era satisfecho por producción local y el 5% por importaciones, para 2020 se estima que estos porcentajes queden en 91% y 9% respectivamente, casi duplicándose la importancia de las compras externas. Cuando se repara en la situación particular de cada carne, se encuentra que China estará importando el 26% de la carne bovina que consumirá en este año, el 10% de la carne porcina y el 5% de la carne aviar. Para los países exportadores, caso de Argentina y muchos otros, esta particular situación en el mercado chino ha sido sin lugar a dudas el principal factor dinamizador de los envíos a nivel global durante los últimos año

Importaciones en tiempos de Pandemia

La irrupción del COVID’19 a comienzos de 2020 en China, con fuertes medidas de aislamiento social y cierre de fronteras, puso un halo de duda sobre la robustez del proceso importador de carnes de China.

Pero estos interrogantes estarían quedando atrás luego de conocerse los volúmenes importados durante los meses de marzo y abril, sorprendentemente altos, muy superiores a los de los meses previos y a los niveles del 2019. En el mes de marzo, el rubro “carnes y menudencias” totalizó 919 mil toneladas, 50% más que en los meses previos y en abril se mantuvo también en un nivel muy alto, con 862 mil toneladas. La aduana china incluye en este colectivo a todas las carnes (bovina, aviar, porcina y ovina) y a las menudencias.

El análisis de lo sucedido en cada tipo de carne puede realizarse sólo hasta el mes de marzo, hasta ahí llega la información publicada por la Aduana china hasta el momento (recién a fines de mayo se dispondría de abril). De acuerdo a la información oficial, las importaciones de marzo en cuatro carnes (aviar, porcina, bovina y ovina) se ubicaron en 772 mil toneladas, creciendo un 138% respecto al mismo mes de 2019 y un 44% respecto al promedio mensual del primer bimestre. Se observa un récord histórico de compras en 3 de las 4 carnes bajo análisis (salvo ovina), con 390 mil toneladas de carne cerdo, 216 mil toneladas de bovino y 130 mil toneladas de carne aviar.

Nótese que en el primer bimestre las importaciones mostraron niveles similares a los de fines del año pasado, como si se hubiesen tomado un breve respiro respecto de una tendencia de fuerte aceleración; la causa más probable del estancamiento de las compras es el COVID-19, aunque dado el poder que tiene el gobierno chino sobre la vida de familias y empresas, algunas decisiones de política (particularmente la interrupción en la provisión de un financiamiento abundante y barato a los importadores) podrían haber generado un freno temporal sobre las compras externas. Pero en marzo el status quo de inicios de año se rompe y las compras vuelven a acelerarse, llegando a los niveles máximos antes comentados. Nótese que la variación interanual de las compras de marzo supera el 200% en el caso de la carne de cerdo y el 100% en el caso de la carne aviar.

La otra cara del singular faltante de carne en China desde comienzos de 2019 se puede visualizar en los crecientes valores por tonelada pagados; comparando precios medios del primer bimestre de 2020 con igual período de 2019, la carne porcina se incrementó un 80,5%, la bovina un 25,3%, la aviar un 21,6% y la ovina un 27,1%. Si bien los precios de marzo se mantienen todavía por encima de los valores de un año atrás, se registra, sin embargo, un leve retroceso respecto a los precios del primer bimestre: Porcina -5,2%, Bovina -5,1%, Aviar -5,9% y Ovina -13,2%.

En el caso de la carne de cerdo, la información disponible permite identificar entre dos grandes grupos, compras de jamones, paletas y trozos sin deshuesar (código 020322 HS) y compras de otros cortes congelados de cerdo (020329 HS); el 80% aproximadamente de las compras ingresan por este segundo código arancelario. Es interesante notar que los precios medios son casi unos 20% menores en la primera posición que en la segunda.

Con respecto a las importaciones de carne bovina, el comercio se concentra básicamente en cortes congelados sin hueso (casi un 90%); las operaciones restantes son básicamente de carne congelada con hueso, aunque también aparecen algunas compras de cortes de carne bovina enfriada. La diferencia de precios en cada uno de estos productos es importante, los cortes enfriados deshuesados promedian US$ 8.000, los cortes congelados sin hueso casi US$ 6.000, mientras que los cortes enfriados con hueso apenas pasan los US$ 3.000.

En el caso de las importaciones de carne aviar, el comercio se concentra básicamente en cortes congelados varios, pata-muslos y pechugas; es llamativa la participación también de las garras congeladas, un 30% aproximadamente de los volúmenes importados totales. Las diferencias de precios entre productos son notables, en el caso de los pata-muslos y las pechugas (posición arancelaria 02071421), promedian cerca de US$ 3.450 la tonelada, seguidas por las garras congeladas (US$ 2.600), un par de escalones más abajo aparecen las restantes posiciones arancelarias, por ejemplo, las compras de pollo entero congelado (no muy importantes en volumen) se realizan a un precio medio inferior a los US$ 1.500.

Finalmente, en el caso de las importaciones de carne ovina, estas se concentran básicamente en cortes con hueso congelados, se observan muy pocas compras de carcasas o medias reses y menos aún de cortes enfriados. Con respecto a los precios, como puede inferirse, los valores más altos son de cortes enfriados, por encima de los US$ 5.500 la tonelada, mientras que los cortes con hueso congelados se ubican en los US$ 4.700 / ton.

Los principales proveedores de carne de China

A continuación, se analiza la situación de los principales proveedores de carne de China, volumen y precios promedio logrados en cada tipo de carne. En Marzo’20 China registró importaciones de carne de cerdo por 384 mil toneladas peso producto. Entre los principales proveedores se encuentran España (70 mil Tn, 18%), Estados Unidos (63 mil Tn, 16%), Alemania (58 mil Tn, 15%), Brasil (42 mil Tn, 11%), Canadá (35 mil Tn, 9,2%), Dinamarca (34 mil Tn, 8,8%), Holanda (25 mil Tn, 6,4%) y Chile (15 mil Tn, 3,9%). El caso de Chile es para destacar, se trata de un país con muy baja producción de granos, que importa buena parte del alimento que consumen sus animales y que logra tener una presencia en los mercados internacionales muy superior a la de Argentina (nuestro país habría colocado sólo unas 800 toneladas en el gigante).

En materia de precios, el valor promedio de la tonelada importada de carne de cerdo se ubicó en US$ 3.017 en marzo; Brasil y Dinamarca vienen logrando sistemáticamente precios por encima de la media, lo mismo sucede con Chile durante los últimos 6 meses, mientras que Canadá y Estados Unidos se ubican por debajo. Lamentablemente la información disponible no permite saber cuánto de estas diferencias en los valores pueden estar obedeciendo a diferencias en calidad de producto (por ejemplo, envío de cortes seleccionados vs cuartos de reses) y cuánto a competitividad de costos (productivos, logísticos). Las compras de carne bovina de China alcanzaron las 216 mil toneladas producto en marzo’20. Entre los principales proveedores se encuentran Brasil (86 mil Tn, 40%), Argentina (52 mil Tn,

En todos los casos la información que se utiliza proviene de la Aduana China, pudiendo haber diferencias respecto de lo que luego informan cada uno de los respectivos países proveedores. Una de las posibles causas de estas posibles diferencias es el distinto momento de imputación de las operaciones, los países exportadores lo hacen al momento de salida de planta / puertos de la mercadería (precios FOB) mientras que los países importadores al momento del arribo a puerto / nacionalización de la mercadería (precios CIF), pudiendo haber más de 40 días de diferencia entre una fecha y la otra.

Argentina logra en forma sistemática precios por debajo de los promedios (-4%), en tanto que Brasil se ubica por arriba y Australia muy por encima. Uruguay se posiciona con precios significativamente inferiores a la media, como resultado de que casi la mitad de sus envíos se componen de cortes con hueso congelados (HS 020220), cuando en los restantes países predomina el formato de cortes sin hueso congelados (HS 020230). Finalmente, las compras de carne aviar alcanzaron las 130 mil toneladas producto en Marzo’20. Brasil es el líder indiscutido (79 mil Tn, 61%); le siguen Rusia (15 mil Tn, 12%), Tailandia (11,5 mil Tn, 9%), Argentina (9,5 mil Tn, 7,3%) y Chile (3,5 mil Tn, 2,7%). Argentina tiene un rol significativo en este sub-mercado, pero logra precios por tonelada por debajo del promedio para todos los orígenes, por mayor participación en sus envíos de formatos de menor valor (pollos sin trocear congelados –HS 020712- y cortes de pollo con hueso congelados –HS 02071411), especialmente en los últimos 5 meses de la serie. En el caso de Tailandia y Chile, por el contrario, predominan los cortes congelados de mayor valor (HS 02071421 y 02071422).

Participación de Argentina en las importaciones de carnes de China

Según los registros de la Aduana China, las compras de carnes de origen argentino se ubicaron en 62,7 mil toneladas en marzo 2020 (peso producto), el volumen más alto de la historia comercial con ese país. Los envíos fueron mayoritariamente de carne bovina (84%), aunque también fue importante el flujo colocado de carne aviar (15%). No hay registros de exportaciones de carne ovina pero sí de carne porcina (1% de los envíos totales).

La participación que tuvo Argentina en las importaciones de China del mes de marzo fue del 24,3% en carne bovina y del 7,3% en carne aviar. En el caso de la carne bovina la inserción se mantiene relativamente estable desde hace varios meses, fluctuando entre el 22% y 24%. En carne aviar, el país venía con una participación cercana al 11%, y lo sucedido en marzo prende una luz de alerta, se trata del menor aporte relativo desde agosto de 2018 (6,4%). En carne porcina es donde el país aparece más rezagado y habría mucho camino por recorrer, el market share es de apenas el 0,2%. Tomando las cuatro proteínas animales bajo análisis, Argentina aportó el 8,2% de los volúmenes totales, mostrando una leve tendencia negativa desde comienzos de 2019.

Es interesante poner en perspectiva la penetración que tiene Argentina en el mercado chino en relación a la de otros países. En este caso, la comparación es contra países de la región. Se observa, por ejemplo, que Brasil es el gran proveedor de carne aviar de China, con el 63% del mercado en estos primeros meses del 2020 (y llegó a tener casi el 90%), una presencia mucho más fuerte que la que logra Argentina.

Otro dato relevante es el avance de Brasil en el mercado de la carne bovina; en Marzo su participación llega al 40%, la más alta de los últimos años y con una gran recuperación respecto a los niveles que llegaron a observarse a mediados de 2019 (debe recordarse que Brasil tuvo problemas sanitarios en su rodeo que llevaron a la suspensión de operaciones con China durante algunos meses del año pasado). Por el contrario, Uruguay, con una oferta más reducida y por ende limitada para satisfacer la enorme demanda china, viene perdiendo participación, de tener un 30% del mercado de carne bovina, actualmente se ubica en el 13%. Respecto a Uruguay un dato interesante, que lo diferencia de Argentina, son sus envíos de carne ovina, el país vecino aporta el 3% del volumen que China compra de esta carne. Finalmente, en carne porcina, un hecho que fuese mencionado anteriormente, Chile aparece con un market share del 4% en marzo, que lo viene manteniendo desde hace varios años (con subas y bajas), y que es muy superior al que logra nuestro país (0,2%).

Lo sucedido con las compras chinas hasta abril resulta promisorio para los exportadores globales de carnes, entre ellos Argentina. Es muy probable que se confirmen las proyecciones y que el gigante termine con un nivel de importaciones bastante superior al del año pasado, a pesar de la desaceleración económica y los problemas generados por el COVID-19. El desafío de Argentina es mantenerse competitivo en este mercado (precio, calidad, logística, etc.), se observa que este año Brasil está mostrando una gran aceleración en sus envíos de todas las carnes y también empieza a aparecer Estados Unidos particularmente en el mercado de la carne porcina.

Por Juan Manuel Garzón y Nicolás Torre
Fuente: IERAL