Por cierto, durante mayo y el trimestre frío, lo que suceda en esta zona del globo, no es de mucha para las zonas agrícolas del sudeste de Sudamérica, sin embargo es importante monitorear las previsiones de este indicador para tener en cuenta su potencial posición en la salida hacia la primavera. Por lo pronto el escenario neutral prevalece y no hay proyecciones que avalen un corrimiento del indicador ENSO en uno u otro sentido. Incluso avanzando sobre la primavera, se sostienen las soluciones de neutralidad con posibilidades repartidas estadísticamente para la aparición de un evento cálido o frío, quizá ligeramente más favorable para un evento frío. Dado que hay que transitar todo el invierno, por lo pronto esta es una previsión de escasa valoración, pero en la plaza se instala como una posibilidad que puede ser hostil para el desarrollo de las lluvias de primavera.


Se observan desvíos positivos de las temperaturas superficiales del mar en el Atlántico sur y el Pacifico sur, es decir, las corrientes de Malvinas y Humboldt, están más cálidas que lo normal para la época. Potencialmente esto puede jugar un efecto moderador de las irrupciones de masas de aire frío provenientes de estas dos zonas oceánicas. Esto podría dejar un invierno con menos rigor térmico, lo cual no quita que se den irrupciones de aire frío destacadas como las que se esperan para mediados de la semana próxima.

La situación de la falta de lluvias en el noreste del país, el centro norte de la Mesopotamia y el NEA, es grave. El panorama es crítico porque entramos de lleno en la época en la que las zonas mediterráneas de Brasil normalmente muestran un retroceso climático en el comportamiento pluvial. Es decir tenemos condiciones iniciales muy deficitarias y vamos hacia un período donde normalmente no es razonable esperar una producción de precipitaciones importante. Si esto lo proyectamos como mínimo a todo el trimestre frío, el escenario resultante es muy complejo, tanto para la actividad agrícola como para la recuperación del caudal de los ríos. Los mismos han alcanzado niveles hidrométrico record, y por lo que se ve el piso aún no se alcanza.

Es posible que durante la segunda parte de mayo y junio, la zona oriental de Paraguay y Misiones logren mejoras pluviales. Así como el último frente revirtió las deficiencias sobre Uruguay, el este y sur entrerriano, puede darse una perturbación que logre alcanzar posiciones tropicales. Esta recuperación sobrevendría si la zona logra mantenerse con buena carga de humedad. Esta chance se pierde a medida que nos adentramos en la zona mediterránea de Brasil.

El escenario que posiblemente se imponga en este último mes del otoño y la primera parte del invierno, no parece ser un escenario con una oferta de agua generosa. Es muy improbable que se repita lo sucedido durante el año pasado para esta misma época. Hay cierto nivel de consenso acerca de que las precipitaciones se mantendrían por debajo de los valores normales en gran parte del este del país y el sur de la región pampeana, con valores más cercanos a los normales sobre el oeste del NEA, NOA, CB y norte de LP. Sin embargo debemos tener en cuenta que en esta extendida franja mediterránea ya desde mayo las lluvias, en términos estadísticos, ya muestran un fuerte retroceso.