Bill Gates también se mueve contra el coronavirus. Al margen de la actividad que su fundación (con su mujer, Melinda) mantiene en el asesoramiento a nivel mundial, el cofundador de Microsoft ha desgranado en un extenso articulo de su blog lo que considera algunas claves para hacer frente a la nueva enfermedad y los desafíos que conlleva. Coronavirus, última hora, en directo.

Las siete claves de Bill Gates contra el coronavirus

1. El confinamiento ha sido necesario. Gates afirma que, ante la pregunta de si el cambio de comportamiento en la población fue necesario, la respuesta es un rotundo sí. Las consecuencias de la enfermedad aún eran desconocidas, al igual que las áreas que podrían ser las más afectadas. "El cambio nos permitió evitar muchos millones de muertes y la sobrecarga extrema de los hospitales", asegura.

2. La comunicación será vital, especialmente en la fase de desescalada. Como en cada país, cada sector y población este proceso tendrá diferentes velocidades, parece fundamental informar a unos ciudadanos cansados de por qué su caso no es igual que el de otros a los que se le han levantado la restricciones antes. Esto evitará que, en la medida de lo posible, empiecen a saltarse las normas en un contexto de agotamiento.

3. Quien diagnostica antes, sale más rápido de la crisis. De acuerdo con el discurso de la OMS, Gates insiste en que los países que concentraron sus esfuerzos en hacer más pruebas han sido los que mejor han respondido a la crisis sanitaria.

4. Los países menos desarrollados están en peligro. Gates advierte de que las economías subdesarrolladas, a pesar de que tienen poblaciones más jóvenes, presentan menos recursos económicos, sanitarios y posibilidad de realizar restricciones eficaces. Los ciudadanos, en una posición más frágil y dependiente de sus trabajos y la exposición al virus que eso conlleva, estarán mucho más desprotegidos. El filántropo pronostica que "es posible que las muertes totales en los países en desarrollo sean mucho más altas que en los países desarrollados".

5. El mundo necesita invertir más para gastar menos en futuras pandemias. Gates se remite a un discurso suyo de 2015 en el que avisó de que el mundo no estaba preparado para una pandemia. Aunque el empresario reconoce que se han dado pasos, también avisa de que no son suficientes y de que es necesario recaudar dinero para crear herramientas nuevas como vacunas.

6. La innovación será clave para tumbar al coronavirus. El filántropo pone de ejemplo los avances que un suceso como la Segunda Guerra Mundial trajo al mundo. Y especifica que, en el caso del coronavirus, se deberá innovar en materias como los tratamientos médicos, las vacunas, el seguimiento de los casos de infección, las pruebas masivas y la ejecución de políticas de desescalada. Así, en todos estos campos se tendrán que tomar medidas jamás realizadas antes y que supondrán un antes y un después.

7. Los eventos públicos en 2021 dependen de un tratamiento milagroso. Gates cree que, de no encontrar un tratamiento que sea efectivo al menos en un 95%, la posibilidad de que se retomen los eventos deportivos multitudinarios o conciertos, por poner un ejemplo, es muy remota.

¿Quién debe vacunarse primero?

La imposibilidad de encontrar, al menos de momento, ese tratamiento milagroso al que hace referencia Gates pone en especial relieve la necesidad de conseguir una. Decenas de líneas de investigación ya se están dando en todo el mundo, pero el empresario hace hincapié en que el proceso, aunque se pueda recortar, se dará en un rango de entre 9 y 24 meses.

Y, llegados a ese punto, Gates lanza una pregunta para quién desee responderla: ¿a quiénes se vacunarán cuando la esperada vacuna esté lista? El ex de Microsoft cree que un enfoque bueno sería el de probar en zonas con un mayor número de contagios, un patrón que se debería aplicar desde la fase de los ensayos.

Sin embargo, Gates no es optimista y cree que, debido al gran conflicto de intereses diferentes, no habrá un acuerdo global por el que apuesta desde su blog. "Los gobiernos que proporcionan los fondos, los países donde se llevan a cabo los ensayos y los lugares donde la pandemia es peor argumentarán que deberían tener prioridad", sostiene. Tres líneas diferentes de actuación que podrían no ser complementarias y que llevarían a un enfrentamiento sobre quién debería ser el primer grupo destinatario de un maná que todo el mundo anhela.

Fuente: El Economista