TODAVÍA HAY MARGEN

Mientras que sobre gran parte de BA y en menor medida el norte de LP, sur de CB y sur de SF, se han observado algunas precipitaciones, en vastas zonas de la región pampeana y del norte del país la oferta de agua de abril sigue siendo muy pobre y dan continuidad a las deficiencias pluviales que se arrastran del bimestre anterior. Esta coyuntura climática incluye la mayor parte de la provincia de ER, gran parte del centro norte de SF, el este del NEA, el resto de la Mesopotamia, Uruguay, sur de Brasil y la casi toda la franja oriental de Paraguay,

Por lo pronto, todavía se pueden hacer lecturas positivas de estas circunstancias. La primera es la coincidencia de este escenario con el tiempo de cosecha y la segunda es que cede la presión de potenciales anegamientos sobre la pampa deprimida, aun cuando la zona aun presente rastros de las excesivas lluvias de marzo. Las labores de recolección deberían avanzar sin pausa al menos por unos días más, momento en el que aumenta la probabilidad de que reaparezcan las precipitaciones.

Habiendo transcurrido ya las dos primeras décadas del mes, el panorama pluvial para el mes de abril, parece replicar el comportamiento deficitario que viene instalado desde febrero, en gran parte de la Mesopotamia, el este del NEA y centro norte de SF. Este vasto sector solo ha presentado temporarias recuperaciones.

Con lluvias insuficientes, las recargas superficiales apenas se sostienen un par de días. En forma heterogénea comienzan a aparecer zonas de sequía sobre ER y SF. Pueden aparecer matices debido a los rastrojos que deja la cosecha, pero en general la tendencia de las reservas es a retroceder.

Atendiendo esta situación, es interesante evaluar la demanda de precipitaciones necesarias para recomponer las reservas hasta valores adecuados. Partiendo de la situación actual, se puede apreciar que los requerimientos son escasos en vastos sectores de BA y el oeste de la zona núcleo, con una demanda que crece sobre ER y el centro de SF, algo que seguramente se replica en el resto de la Mesopotamia y el NEA.

El mapa no presenta una demanda de agua que pueda considerarse desmedida para la transición abril mayo. De hecho el año pasado, las lluvias de otoño se corrieron hacia el mes de mayo, incluso fueron abundantes en junio, algo que por entonces resulto perjudicial para las siembras de la fina en zonas de ER y SF.

LA posibilidad de que se revierta este escenario de reservas ajustadas o de sequía incipiente en algunos casos, es relativamente importante. Todavía hay margen como para que la última semana de abril traiga respuestas positivas, aun sin acercar el total pluvial del mes a sus registros normales. Cualquier aporte por encima de los 30 milímetros rinde en forma muy eficiente en esta época del año. Si esto se concreta, la entrada al mes de mayo tendrá menos presión para recuperar humedad y algunas lluvias extra ya definirían un escenario mucho más cercano al esperado para el inicio en fecha de la fina.

Saliendo del tema estrictamente agrometeorológico es muy compleja la bajante que muestran los ríos de la cuenca del plata. Hay que ir al año 1989 para encontrar un antecedente de estas características, sin embargo esta bajante parece encaminada a concretar un record histórico. El INA (Instituto Nacional del Agua), no presenta una perspectiva favorable. La misma se asienta en la persistencia del comportamiento deficitario de las precipitaciones en toda la cuenca y el natural retroceso que experimentan las mismas en esta época del año. Debería observarse un vuelco notable en el comportamiento de las lluvias para revertir este escenario fluvial. La señal negativa instalada puede perdurar por varios meses y condicionar la logística de transporte en la hidrovía de manera aún más notoria de lo que ya está afectada.