Es muy extendida la zona donde los acumulados pluviales han estado por encima de los 250 milímetros y en localidades emblemáticas de la zona, como Junín, Bragado, 25 de Mayo o Saladillo, los registros superaron los 300 milímetros. En gran parte de la zona, los acumulados al menos duplicaron los valores normales del mes de marzo.

Este comportamiento pluvial se extendió a buena parte del sur de CB y el norte de LP, en menor medida el sudoeste de SF. Recordemos que el oeste de la zona núcleo durante febrero también presentó una importante sobreabundancia de lluvias, con lo cual toda esta zona naturalmente complicada con la evacuación de excesos hídricos, ha visto afianzar su vulnerabilidad durante marzo lo cual, como decíamos, hoy ese refleja en un escenario problemático para las labores de cosecha.

Claramente al ingresar sobre la franja central del país, la oferta de agua decae en forma significativa. Esto también refleja el funcionamiento que tuvo la dinámica atmosférica durante marzo. Básicamente la influencia negativa del bloqueo del sistema de alta presión del Atlántico, se resolvió parcialmente. Los acumulados de la Mesopotamia conducen a esta conclusión sin mayores equívocos, dado que los mismos solo lograron una buena performance a mediados de mes, quedando en general relegados a valores menores con el paso de otras perturbaciones, que sí dejaban buena provisión de agua en gran parte de BA. Si bien los frentes lograron pasar al norte, la atmosfera media, siguió actuando como inhibidor de los desarrollos nubosos sobre la Mesopotamia, limitando así el potencial pluvial.

TENDENCIAS CLIMÁTICAS

Desde comienzos de la fina de la campaña pasada hasta el final de la gruesa, se han venido sucediendo períodos con fuerte variabilidad en el comportamiento pluvial, con marcadas alternancias entre deficiencias y períodos de abundancia. El norte de BA es el último ejemplo que tenemos como más cercano. Sin embargo, como mostrábamos la semana pasada, tomando todo un semestre, han predominado las precipitaciones por debajo de los valores normales. Es decir, la señal de fondo y de gran escala, aun cuando se den períodos cortos con sobreabundancia de precipitaciones, parece más corrida a las deficiencias pluviales que a los excesos de lluvia.

Dado que estas alternancias han estado regidas por la dinámica de escala regional, entendemos que durante el otoño deberemos estar atentos a la circulación de esta escala para anticipar el comportamiento de las dos variables principales.

El enfriamiento que se observó en estos primeros días de abril se verá fortalecido con un nuevo pasaje frontal para inicios de la semana próxima. Este frente no encontrará humedad para provocar precipitaciones, lo cual ya nos lleva a la segunda quincena del mes de abril para encontrar previsiones que muestran lluvias de gran cobertura.

Posiblemente durante el mes de abril el sistema de alta presión mantenga las precipitaciones por debajo de los valores normales en la Mesopotamia y zonas del centro de SF, con mejoras hacia el final del período. A medida que la temperatura media comience a bajar, los niveles de humedad relativa, se mantendrán en registros más levados. Seguramente aparecerán los fenómenos de condensación en capas bajas, típicos de otoño, con nieblas, neblinas y nubes bajas. Este panorama, ocasionalmente será fortalecido por alguna entrada rezagada de aire tropical que seguramente dejará oportunas precipitaciones para reacomodar el escenario de humedad para la fina.

De acuerdo al diagnóstico climático del último período y al análisis de los principales indicadores de escala global y regional, proyectamos el siguiente comportamiento pluvial y térmico para el próximo bimestre:

1. No hay cambios en los indicadores de escala planetaria. La neutralidad se mantiene para el otoño y el invierno y por lo pronto no hay una posición preferencial para el indicador ENSO para principios de primavera, aun cuando se muestre un crecimiento en la probabilidad para un evento La Niña (el enfriamiento se posiciona como segunda opción).

2. Es probable que una vez superada la primera década de abril, las lluvias vuelvan a mostrar una distribución que preferencia a CB, LP, BA y sur de SF, por sobre la Mesopotamia y el NEA. Sería muy importante para el sudoeste de BA, tener buenas lluvias en el mes de abril. Las lluvias pueden subir hasta el centro de ER y centro de SF, es menos probable que esto se dé sobre el resto de la Mesopotamia y el NEA.

3. Se espera que para el bimestre mayo-junio, las lluvias se normalicen sobre áreas del litoral y comiencen a perder presencia sobre zonas mediterráneas y del sur de la región pampeana. Para entonces CB tiene buenas chances de encontrarse con perfiles con buen nivel de humedad para poder transitar el invierno. El sudeste de BA no se perfila como una zona con problemas de humedad para el comienzo de la fina.