Inmediatamente, el meollo de la presentación: " No es sostenible seguir encerrados. Como país necesitamos poner en marcha nuevamente la actividad económica, en forma gradual y segura en términos sanitarios. Por cada semana donde el país funciona a, digamos, el 50%, se pierde cerca del 1% del PBI el año. Tampoco nuestro país cuenta con la capacidad de implementar programas de estímulo fiscal y monetario como lo están haciendo otros países"

¿Qué hacer?. Esa fue la pregunta que se hicieron y a la que le dedicaron días de trabajo para elaborar un diagnóstico y un plan. Todo se divide en ocho capítulos. Testeos: una herramienta más; tecnología y apps: propuesta de aplicación de tecnología para relajar la cuarentena y activar la economía y aislamiento y distanciamiento físico, son los tres primeros.

Luego, siguen otros sobre medidas financieras y otras impositivas para las pymes; reducción y reorientación del gasto público; funcionamiento remoto poder judicial y, finalmente, apertura de mercados potenciales el día después de la pandemia.

1. Los testeos

 

Si bien se reconoce el valor de testear para conocer más de la enfermedad y tener estadísticas, el documento propone para el día uno después de la cuarentena mantener la distancia social y utilizar máscaras . Además, tomar la temperatura en todos los lugares posibles. Luego establecer incentivos para la autodenuncia en caso de síntomas, por caso, de cuentapropistas que dejarían de trabajar y ganar dinero. Se recomienda que se mantenga la restricción de ingreso al país o la necesidad de hacer un test a cada viajero que ingrese.

Finalmente, promover "certificados de inmunidad" en la mayor cantidad de empresas y personas que puedan solventar el costo de los tests. Ese certificado se lograría con el llamado PCR negativo -hisopados nasofaríngeos, cuyo resultado podría estar en 24 horas- y serología, para detectar la presencia o no de anticuerpos en personas infectadas en el presente o en el pasado. En este caso, los anticuerpos perduran en el suero, tanto en sintomáticos como asintomáticos. Son test rápidos y económicos que se realizan con muestra de sangre. La idea del grupo es que las personas con este certificado puedan circular libremente.

2. Tecnología para relajar la cuarentena y activar la economía

  

La propuesta incluye la tramitación de un llamado "pasaporte ciudadano Covid-19", un certificado electrónico para facilitar el tránsito de aquellos trabajadores claves (sanos e inmunes), incentivar y priorizar testeos (sintomáticos) y gestionar aislamiento selectivo de la población de riesgo e infectados. La app requerirá y validará los datos personales del usuario y guardará los datos de localización.

A esto se sumaría una aplicación para las autoridades que permitirá leer y validar los certificados de salud Covid-19. Esta plataforma serviría para monitorear en tiempo real el cumplimiento del aislamiento selectivo, el flujo urbano, y los principales indicadores epidemiológicos, de movilidad y económicos.

Antes de comprobar el fallido intento de reapertura de bancos que sacó a miles de personas a la calle en busca de dinero, ya se había planteado en el documento la necesidad de una aplicación llamada "fila segura", un sistema que permite a comercios, hospitales y otras dependencias gestionar las visitas de forma segura mediante la virtualización de las colas.

3. Reglas de aislamiento y distanciamiento físico

 

 

Los aportes en este punto son variados. Mantener el aislamiento de grupos vulnerables, establecer refugios para poblaciones con problemas habitacionales, y generar grupo de voluntarios para asistir personas mayores son algunos de ellos, además del uso masivo de barbijo para salir a la calle.

El transporte público tiene un capítulo aparte. Para acceder se debería portar el pasaporte Covd-16. Se debería aumentar frecuencias de transporte público con máscaras para choferes, alcohol en la entrada, uso de barbijo obligatorio, prohibición de estar parado y menos asientos.

4. Medidas financieras

 Tendría como objetivo primario asistir a las pymes más pequeñas en el marco de la ruptura de la cadena de pagos. La propuesta es usar el cheque posdatado, un instrumento eficiente para las estas pequeñas empresas en una economía con escaso crédito bancario y limitado acceso al mercado de capitales. "El "scoring" crediticio queda reemplazado por la existencia de una relación comercial y la necesidad de las partes, basada en la historia de la relación proveedor-cliente", dice el texto.

La idea es la creación de un fideicomiso . ¿Cómo funcionará? Si un cheque fuera rechazado por falta de fondos, la cámara de compensación lo enviará al Fidepyme, quien se convierte en el acreedor de la empresa que libró el valor. El fideicomiso abonará el cheque al depositante, y le ofrecerá la posibilidad de cancelarlo de acuerdo a dos opciones. En un pago o serie de pagos parciales dentro de los 90 días, o luego de los 90 días, en 36 cuotas mensuales consecutivas a una tasa de interés anual del 24%.

El fondeo del fideicomiso estaría a cargo del Tesoro Nacional y las deudas tendrían el tratamiento similar al que tienen las acreencias fiscales.

5. Medidas impositivas

 

Las propuestas se basan en dos aspectos. Postergación de vencimientos hasta el 30 de junio y permitir el pago de impuestos con títulos soberanos a la par, sean impuestos nacionales con títulos emitidos por el Tesoro, como así también impuestos provinciales con bonos locales. Uno de los pedidos de los empresarios más escuchado por estos días en materia impositiva está allí receptado: la necesidad de que les autoricen la utilización de saldo técnico acumulados para cancelar otros impuestos.

6. La reducción del gasto público 

Quizá uno de los puntos más controvertidos sea la necesidad de bajar el gasto público. "Es desproporcionado frente al gasto privado", dice el trabajo.

Las propuestas son concretas. Suspender viáticos y gastos de representación; no pagar el bonus de $10.000 a empleados públicos y dejar de hacer publicidad oficial con excepción de comunicados e instrucciones sobre la pandemia.

También, dejar de destinar dinero a los procesos de obras públicas no iniciadas y de compras no relacionadas con la salud y no contratar de nuevos empleados, salvo en las áreas directamente relacionadas al Covid19.

También proponen no hacer pagos de aportes a sindicatos estatales y de empresas pública mientras dure la pandemia y exigir a cada gerente general de cada empresa pública se comprometa a presentar un plan de acción para bajar gastos de 10% en su compañía.

Finalmente, un objetivo que siempre se le escucha al sector privado. "Sería necesario que la Argentina cuente con una administración pública profesional y moderna a la cual se acceda por concurso, se ascienda por meritocracia y que constituya el motor del estado nacional, a pesar de los cambios políticos producto de las elecciones". Dice el trabajo que es una sugerencia a modo conceptual; saben con los bueyes que aran.

7. El regreso de la Justicia

 

La cuarentena ha desactivado los servicios de Justicia en todo el país. "La situación de parálisis judicial casi total se prevé que se extienda todo lo que dure la cuarentena, y si no se comienzan a implementar soluciones de inmediato, posiblemente mucho más. La actuación tradicional de los tribunales atrae mucho tránsito e interacción de personas y de papeles y es alto el porcentaje de jueces y funcionarios (y abogados) mayores de 60 años, por lo que podría ser considerada como una actividad riesgosa y expuesta al contagio, cuyo reinicio se demore", explica el documento.

La propuesta es simple: declarar explícitamente que la Justicia no está de vacaciones e implementar un sistema de trabajo remoto , como hizo gran parte del sector privado, y dejar dos empleados por Juzgado para la atención necesaria. Después, claro está, digitalizar el proceso.

8. Desarrollo de mercados potenciales a mediano plazo

 

"La Argentina debe, en la salida de la pandemia, convertirse rápidamente en lo más competitiva posible. Todos los productores de bienes y servicios globales saldrán al mercado en forma simultánea, y es probable que haya una demanda contenida que abastecer a nivel global", se inicia el último capítulo.

El mundo saldrá con una fuerte demanda de bienes estratégicos. ¿Cuáles son? El agua potable y los alimentos; la energía eléctrica y los combustibles; los servicios de salud, educación, las tecnologías y medios de comunicación. "Creemos que nuestro país debería focalizarse a nivel externo en la agroindustria ya que los alimentos serán requeridos a gran nivel y aquí podremos hacer diferencia ya que no todos los países están en condiciones de ser proveedores", analiza.

Finalmente un colorario. "Sabemos que lo que viene es duro. Y también sabemos que la única salida es trabajando todos juntos. Cada nuevo día es una nueva oportunidad y un nuevo desafío. El diálogo es la herramienta fundamental de una sociedad. Entre tantas desventajas que tiene esta cuarentena, una ventaja es que nos da el tiempo de reflexionar. Tenemos que sentirnos inspirados en cada médico y cada enfermera para hacer de esa reflexión y del diálogo un vehículo para la Argentina que viene. Este es nuestro humilde aporte en ese sentido".

Por: Diego Cabot - La Nación