Mientras en las zonas pampeanas los productores comenzaron a levantar los primeros lotes de soja y de maíz, en Cuyo y el Alto Valle de Río Negro el proceso de recolección de uvas y frutales ya está en su etapa final.

En el caso de las frutas de carozo y de pepitas, el grueso de la cosecha ya finalizó; en cuanto a la producción vitivinícola, ya está casi terminada en las uvas blancas y resta el avance en las tintas.

Por eso, para los agricultores de esa zona del país, es momento de comenzar a pensar en la postcosecha. Puntualmente, en las labores de fertilización que hay que realizar para mejorar el crecimiento radicular y las reservas de las plantas, de cara a la próxima campaña.

Según Guillermo Fourcade, responsable técnico comercial de Compo Expert en la zona de Cuyo y el Alto Valle, no hay que dormirse: “Para que sea eficiente y logre los resultados esperados, este proceso debe ejecutarse desde marzo y, como máximo, hasta el 15 de abril”, recomienda.

Por encima de esa fecha, el riesgo es que la planta comience el proceso de entrada en dormición, donde en vez de absorber nutrientes del suelo comienza a enviar los foto asimilados a los órganos de reserva, concluyendo en la caída de hojas de la planta, entregue las hojas y, al no tomar correctamente el nutriente, su aplicación sea ineficaz.

En este contexto, pensar y ejecutar una buena estrategia de fertilización no es una cuestión menor: representa entre 30 y 50 por ciento de la producción futura o del año próximo de la planta.

“No hacer una fertilización correcta puede poner en riesgo hasta la mitad de la cosecha del año siguiente”, remarca Fourcade.

Productos

Esta fertilización debe implementarse a través de dos nutrientes clave: nitrógeno (para aumentar las reservas de la planta) y fósforo (para un mejor desarrollo radicular).

En concreto, son dos los productos que propone Compo Expert: Novatec, en el caso de los nitrogenados; y Hakaphos Violeta, para los fosforados.

Para Fourcade, alimentar las reservas de la raíz es fundamental. “El nitrógeno entra en el ciclo de la planta y fomenta la producción de aminoácidos y proteínas. En el caso de Novatec, tiene una molécula particular, “DMPP (dymetil pirazol fosfato), inhibidor de la nitrificación, permaneciendo el nitrógeno como catión amonio, el cual al ser absorbido por la planta le permite un ahorro energético al momento de sintetizar aminoácidos y, al momento de su adopción, permite que los frutales tengan una rápida y eficiente síntesis de aminoácidos”, explica Fourcade.

En cuanto a las dosis, “como regla general, el fósforo que uno aplica no puede ser menor a entre 40 por ciento y 50 por ciento de la necesidad que tenga la planta de ese nutriente, a nivel anual. En el nitrógeno, el rango va de 20 por ciento a 30 por ciento”, agregó.