Desde noviembre de 2019, científicos de la Univresidad de Wageningen han estado experimentando con el cultivo de chauchas verdes en suelo artificial marciano y lunar. Lo que hace que este experimento sea tan especial es que parte del cultivo se fertiliza con orina humana en forma de estruvita.

El experimento ha sido diseñado para investigar las posibilidades de alimentar a los futuros habitantes de la luna o Marte con cultivos locales. El científico Wieger Wamelink, participante del proyecto dijo que ‘Luego de algunos experimentos, ahora sabemos cómo hacer esto. Pero simplemente hacer que las plantas crezcan no es suficiente. Necesitamos usar orina y heces producidas por los astronautas para fertilizar las plantas’.

El ensayo consistió en llenar un total de 60 macetas con tierra artificial lunar y marciana, así como con muestras de control con tierra normal (tierra para macetas). Cada una fue llenada con 250 gramos de tierra para macetas en el caso de las muestras de control y con 750 gramos en el caso de las tierras artificiales lunar o marciana. Luego a cada una se le agregó 250 gramos de agua. La mitad de las macetas fueron fertilizadas con 5 gramos de estruvita. La estruvita se obtuvo de distintas instalaciones de purificación de aguas residuales.

En cada maceta, se plantaron tres semillas de chauchas. Si brotaba más de una, la más chicas se quitaron de la maceta después de dos semanas, dejando solo una planta por maceta. Las plantas se regaron de forma automática a diario y se mantuvieron en condiciones de invernadero con una temperatura agradable de 20 grados durante el día y 18 grados por la noche. En caso de ausencia de luz natural se encendían lámparas.

Durante el experimento, se monitoreó la altura de las plantas. «Muy pronto, la longitud de las plantas comenzó a variar, mostrando que los cultivos plantados en tierra convencional y en tierra lunar artificial fertilizados con estruvita experimentaron el mayor crecimiento», dijo Wamelink. «Las plantas en suelo marciano con estruvita mostraron un retraso en su crecimiento, lo cual fue sorprendente, ya que su crecimiento parecía más prometedor al comienzo del ensayo. Con longitudes de no más de 25 cm, las plantas que no fueron fertilizadas con estruvita mostraron claramente el crecimiento más pobre.

El 20 de diciembre, las primeras plantas comenzaron a florecer y, justo antes de Navidad, aparecieron las primeras chauchas. Wieger Wamelink: «Ciertamente estábamos encantados con este resultado, que fue más rápido de lo que esperábamos, aunque significaba que tenía que trabajar entre Navidad y Año Nuevo».

El año nuevo comenzó con la cosecha de chauchas. Luego vinieron varias más. Suficiente para más de una comida, pero aún no tanto como para una estancia a largo plazo en la luna o Marte. Hasta ahora, se han cosechado más de 2 kilogramos de chauchas de las macetas que contienen estruvita. El rendimiento de las macetas sin estruvita es de apenas cpocas chauchas.

El experimento, que es totalmente financiado por crowdfunding y patrocinadores, finalizará en la última semana de febrero.

Fuente: Bioeconomia.info - Emiliano Huergo