El análisis con los costos y beneficios que implicaría, a futuro, dejar de vacunar contra fiebre aftosa en Uruguay, continúa avanzando. El pasado martes, en la sede de la Dilave “Miguel C. Rubino”, las gremiales de productores recibieron un nuevo informe de la consultoría independiente impulsada por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, Instituto Nacional de Carnes y Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.

Uruguay destina alrededor de US$ 37 millones anuales para mantener a la fiebre aftosa lejos de su rodeo bovino, asegurarse el acceso a los mercados con sus animales en pie, carne y subproductos y en análisis que demuestran la ausencia viral. Más allá de las cifras presentadas en este último encuentro, las gremiales de productores se muestran contrarias a dejar de vacunar contra fiebre aftosa, más allá de que Rio Grande do Sul y otros Estados de Brasil, apuren el cese de la vacunación para ganar más mercados.

No es ese el panorama que enfrenta Uruguay, cuya carne bovina, desosada y madurada, puede entrar en selectos mercados como Estados Unidos, Unión Europea, Corea del Sur y Japón.

Cooperativas Agrarias Federadas (CAF), a través de uno de sus delegados, fue un firme impulsora de esta consultoría que todavía está en marcha.

“Hasta el momento CAF considera que la inversión que se hace en la vacunación contra fiebre aftosa es como un seguro para la producción ganadera”, afirmó a El País el presidente de la gremial, Pablo Perdomo.

Explicó que los productores ven “con mucho recelo dejar de vacunar, porque tenemos muy pendiente lo que ocurrió en 2001 (la epidemia que afectó todo Uruguay con 2.020 focos activos detectados) y de alguna manera, lo que se está invirtiendo, es como un seguro porque no hay ningún impedimento de acceso a los mercados de mayor potencial porque estemos vacunando contra aftosa”.

Para Perdomo, el costo de la lucha activa contra la enfermedad, que muchas veces es utilizada como una herramienta política, “no justificaría el riesgo de reinfestación que se correría si surgiera un problema”, por más que “los números presentados puedan generar alguna duda”.

El titular de CAF aclaró que no se está poniendo en duda el trabajo técnico realizado por la consultora que realizó el estudio, pero “no está claro si todos los números y los datos están incluidos en el análisis. Se habla que si llega a aparecer algún foco puede generar algún costo adicional, pero no tenemos claro dentro de esos costos qué es lo que está incluido y qué no”.

Por otro lado, los productores consideran que, muchas veces, los consultores no conocen la interna, “ni la realidad de los Servicios Ganaderos, así como tampoco sus limitantes de recursos (económicos y humanos) e infraestructura”. Para el titular de CAF, “todas esas cosas también hay que ponerlas en la balanza en el marco de la discusión”.

El gremialista aclaró que CAF “no tomó posición alguna”, por más que posee “equipos de trabajo en este tema” y aclaró que el trabajo que presentó el MGAP, INIA e INAC a las gremiales, no tiene por cometido que tomen una rápida decisión, sino contar con una hoja de ruta. “Hoy estamos tranquilos con la ruta que se está transitando que es la vacunación”, afirmó Perdomo, remarcando que “no hay apuro por dejar de vacunar” porque Uruguay accede a mercados de alto valor con pruebas científicas que demuestran todos los años, que no existe circulación viral y no hay riesgo de contagio en el rodeo bovino. A su vez, la región lleva 18 años sin focos de fiebre aftosa, los sistemas de vigilancia y la cooperación entre los países también cambiaron.