El grupo de Mejoramiento y Calidad Vegetal del INTA Bordenave –Buenos Aires– presentó una nueva variedad de avena blanca: Paloma INTA. Se trata de un cultivar de ciclo largo que se destaca por su excelente cualidad forrajera, con muy buena capacidad de rebrote y alta tasa de crecimiento en pleno invierno. Fue inscripta en el Registro de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE) y se encuentra disponible para su comercialización.

“Paloma INTA posee un potencial genético de rendimiento que supera los 10.000 kilogramos de materia seca por hectárea”, destacó Federico Moreyra, especialista en mejoramiento genético de esa unidad del INTA y uno de los obtentores del cultivar.

Entre las principales características, la nueva variedad se destaca por el ciclo largo de crecimiento, lo cual permite realizar siembras tempranas y evita el encañado precoz (transición de estadío vegetativo a reproductivo). Además, posee una equilibrada distribución del forraje y un muy buen comportamiento sanitario frente a roya de la hoja, la principal enfermedad del cultivo.

“Subrayamos la cualidad multipropósito de Paloma INTA”, señaló Moreyra y agregó: “Esto le permite al productor disponer de una variedad con tres usos potenciales –pasto, grano y silaje–, lo cual simplifica la planificación y la operatividad del recurso forrajero utilizado en invierno, en todos de los sistemas ganaderos de la Argentina”.

En este sentido, Fernando Giménez, especialista del INTA Bordenave, confirmó la versatilidad del cultivar para adaptarse a más de 10 ambientes del país. “La nueva avena fue evaluada desde Viedma hasta Mercedes (Corrientes) y superó una estricta selección”, indicó y añadió: “Esto nos permitió obtener una variedad que combina una gran adaptabilidad con una altísima capacidad de respuesta para aumentar significativamente la producción de forraje ante condiciones ambientales favorables y ante la aplicación de fertilizantes”.

En cuanto a la producción de granos, Giménez manifestó que alcanza un potencial de rendimiento de granos mayor a 5.900 kilogramos por hectárea, con un excelente peso hectolítrico aún bajo condiciones de llenado del grano muy restrictivas. “Este atributo permite que el grano pueda ser utilizado como fuente de alimentación animal”, aseguró.

Para la producción de granos y silajes de planta entera, los especialistas recomiendan comenzar la siembra en junio, de este modo se favorece el macollaje y permite que el cultivar desarrolle una altura de unos 100 a 120 cm.

Ensayos realizados junto con el grupo de Producción y Nutrición Animal del INTA determinaron su aptitud para la confección de silaje de planta entera. “En las última dos campañas, se superaron los 12.000 kilogramos de materia seca por hectárea, con 60 % de digestibilidad y más 8,6 % de proteína bruta”, explicó Moreyra.

Paloma INTA está inscripta en el Registro de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE) y, gracias a un convenio de vinculación tecnológica, será comercializada por la empresa Produsem S.A. y su red de multiplicadores.