Las sojas de primera, en el norte del país, ya están en estado reproductivo y pintan bien, mientras que las de segunda, también están lindas, pero siguen en la etapa vegetativa.

Miguel Pastorini, especialista de Agrocentro Paysandú dijo a El País que el cultivo en el norte, “en general, está mucho mejor que en otras zonas del país”, ayudado por un mejor régimen de lluvias. En el caso de Paysandú, hay cultivos en estado r3, r4 y r5. “Están con muy buenos desarrollos”, contó Pastorini. En esta etapa ya se están jugando los rendimientos y muestran “potenciales buenos”.

El técnico de Agrocentro que en estos días sigue recorriendo chacras plantadas con la oleaginosa, contó que las sojas de primera pasan por “el estado reproductivo y ya empezaron a florecer (r1)”. Ahora, falta ver cómo afectó esos cultivos la ola de calor que se padeció la semana pasada. “Eso se verá más adelante, pero la soja tiene capacidad de compensar y seguramente lo hará con alguna floración nueva que saque”, explicó Pastorini.

Respecto a las segundas, el experto sanducero sostuvo que vienen muy bien, pero en la mayoría de los casos, “no llegaron a la etapa de desarrollo” y siguen “en estado vegetativo”.

Arañuela. Contó que se registraron problemas de arañuelas (ácaros) a nivel país, producto de un año seco y el producto para controlar este insecto se terminó. En este caso, como no hay ataques todos los años, los importadores a veces se quedan cortos con el stock del producto que usa para atacar este insecto. Es de la familia Tetranychidae, se destaca por reunir los ácaros plagas más importantes para la agricultura, y la especie Tetranychus urticae Koch (arañuela roja), es considerada una de las de mayor importancia económica en el mundo. Se habla que este insecto puede reducir el rendimiento del cultivo entre 40% y 60%.

Respecto a la presencia de lagarta (Anticarsia gemmatalis), el panorama es de tranquilidad porque hay poca presencia de lepidópteros este año.

Malezas. Siguen incontrolables las malezas resistentes a los herbicidas. Son pasto indio ( Stipa brachychaeta), yuyo colorado (Amaranthus hybridus), capín (Echinochloa spp.) y yerba carnicera (Conyza bonaerensis). “No hay con qué darles”, dijo Pastorini.

Según su visión, productores y técnicos deberán aprender a manejarlas como se hizo en su momento con la gramilla. “Los problemas con las malezas resistentes se dan en todo el país. Se ven las chacras sucias de yuyo colorado desde la carretera”, afirmó el agrónomo de Agrocentro Paysandú.

La resistencia de las malezas a los herbicidas, especialmente al glifosato, es un problema mundial que complica a la agricultura granelera y que está lejos de resolverse. “Desde la investigación y especialmente desde Proquimur, el gran desafío es conseguir moléculas de nueva acción para alternar en las aplicaciones”, afirmó a El País, semanas atrás, la gerente de Investigación y Desarrollo de la empresa, Lorena Caamaño.

Mientras tanto, en el norte se pusieron en marcha las cosechas de maíz con destino a grano húmedo, pero todavía no hay datos firmes en cuanto a rendimientos. “Los cultivos están muy buenos”, dijo Pastorini.