Empecemos esta nota con una mirada positiva. Para ello, hay que centrarse en el exterior.

Esta vez parece que sí. Finalmente, habría un gran avance en resolución del conflicto comercial entre las dos grandes potencias económicas del mundo.

Todo indica que se va a cumplir el acuerdo inicial, anunciado el 13 de diciembre pasado, con miras a resolver sus diferencias comerciales, además de otras cuestiones como las transferencias tecnológicas, servicios financieros y la protección de la propiedad intelectual.

A partir de allí, se evitó la entrada en vigor de los aranceles cruzados que ambos países querían imponerse.

Así el cuadro, EE.UU. dejó sin efecto la implementación de arancelamientos que estaban programados del 15% sobre productos chinos valuados en US$ 160 mil millones, que incluían teléfonos celulares, computadoras portátiles, juguetes y ropa.

Por su lado, China, canceló la represalia que iba a tomar respecto a un arancelamiento del 25% para automóviles fabricados en EE.UU.

Por tal razón, en los últimos días se nota una pendiente alcista en los precios internacionales de la soja ante la previsión de una mayor demanda por parte de China de productos agrícolas estadounidenses.

Desde comienzos de diciembre, el precio de la soja viene subiendo claramente. Se trata de un alza de al menos 20 dólares por toneladas. El precio del contrato de soja con vencimiento en enero en Chicago gira en torno a 340 dólares.

Obviamente, la suba se refiere a Chicago.

Porque el FAS de los puertos argentinos está seriamente afectado por las alícuotas de derechos de exportación.

El cuadro de precios, fundamentalmente para la producción sojera estadounidense, ha mejorado mucho.

Recordemos que la relación entre EE.UU. y China tuvo un giro de 180 grados desde la asunción de Donald Trump a la presidencia.

Pero ahora, ambos países están finalizando los últimos detalles del acuerdo de primera fase.

En tal sentido, China acaba de anunciar que, desde el 1 de enero de 2020, reducirá los aranceles a las importaciones de aproximadamente 850 clases de productos: desde carne de cerdo congelada a semiconductores y compuestos para medicamentos.

Así las cosas, no es de extrañar que los valores tiendan a mejorar, a nivel internacional, pues al mejor ambiente de negocios entre EE.UU. y China se unen los problemas climáticos a amenazan la oferta mundial. Nos referimos al el clima en EE.UU., Brasil e, incluso nuestro país.

Tales problemas deberían movilizar la posición de los fondos de inversión y las variables financieras.

Dada esta situación Chicago se muestra muy activo. En el día de hoy, este mercado finalizó en suba, con los futuros de soja con ganancias, merced a la buena demanda del poroto norteamericano por parte de China.

La gravedad de los precios, entonces, no viene de afuera. Proviene de acá mismo.

A la preocupación por el incremento de las retenciones, ahora se agrega la nueva Ley Impositiva en la provincia de Buenos Aires, que el gobierno envió para su tratamiento a la legislatura provincial.

Más impuestos, en el horizonte muy cercano. No debería llamarnos la atención de que esta política se extienda a otras provincias.

Por el precio internacional de la soja sufre el “castigo” del 30%, que es el derecho de exportación - vigente desde el 17 de diciembre luego de la rebaja del 5% - que se aplica al precio FOB oficial que publica diariamente el Ministerio de Agricultura. A la suma resultante, se deben restar los gastos de puertos, los gastos variables y los costos de fletes.

En tanto el dólar libre (¿blue?) sigue su camino ascendente. Ahora se aproxima al tipo de cambio con el recargo del 30%.

El dólar en el mercado paralelo subió $3,25 hoy 26 de diciembre. Es decir, más de 4 por ciento. La divisa se ofreció a $80, aproximándose al dólar solidario que surge de aplicar el impuesto del 30%.

El cuadro siguiente nos enseña la evolución del dólar desde las PASO. Muestra el recorrido del dólar “libre” en color azul. Y el camino del dólar MEP o dólar “Bolsa”, la cotización implícita en bonos soberanos en el mercado local.

En tal caso, si tomamos a éste como el tipo de cambio verdadero, la realidad es que la “retención” a la soja llega al 50%.