Desde hace un tiempo, la variabilidad climática afecta cada vez más el normal desenvolvimiento de las diversas actividades, en especial las productivas. Producto de las escasas lluvias registradas durante el invierno y la primavera el río Paraná presenta una bajante récord, estiman que podría agudizarse en las próximas dos semanas.

Pablo Mercuri –director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA – aseguró que “durante el invierno y la primavera se registraron escasas precipitaciones en toda la cuenca del río Paraná, lo que causa una bajante extraordinaria que afecta el acceso y navegabilidad a las terminales portuarias”.

Ante este contexto, advirtió que, a partir de información del Instituto Nacional del Agua (INA), se puede estimar que “la situación, ya compleja, podría agudizarse en las próximas dos semanas”. De todos modos, el especialista señaló que “hay probabilidades de ocurrencia de precipitaciones en las nacientes del río Paraná, en el interior del Brasil en los próximos días”.

También reconoció que “el escurrimiento de las lluvias sobre el curso del río en nuestro territorio demora varias semanas” y “aún no se visualizan lluvias significativas en la cuenca del río Paraguay y del Iguazú que tiene un más rápido impacto en la altura y caudal del Paraná medio y bajo”, agregó Mercuri.

Según el pronóstico del INA hacia el 17 de diciembre para la cuenca del Paraná, estiman para el puerto de Corrientes una altura de 1,70 metros, un 42 % menor a la media para noviembre, mientras que para Goya se calcula una altura de 2 metros, un 49 % menor al promedio.

A su vez, en Paraná, Entre Ríos, estiman una altura del río de 1,25 metros, un 38 % menor a la media, mientras que, en Rosario, Santa Fe, la altura estimada para el 17 de diciembre es de 1,60 metros cuando la altura promedio para noviembre oscila los 3,32 metros, un 48 % menor que el promedio.