Si dudas la campaña en EE.UU. ha sido complicada.

Así como hubo problemas en el desarrollo de los cultivos, ahora le toca el turno a la cosecha tanto de maíz como de soja.

El avance viene de forma muy lenta.

En lo que respecta a soja, el ritmo es claramente más atrasado que el de las campañas anteriores. Se trata del avance más lento de los últimos diez años. Y si la situación no es peor es porque, en los últimos días, el ritmo se aceleró.

El cuadro no es distinto para el maíz. Se estima que el avance sería a la fecha de tan sólo un 40%.

Además, el clima no está ayudando. Hubo nevadas hace escasos días y, por lo tanto, la oferta debería menguar.

Así el cuadro, la oferta de este país muestra demoras para llegar a los acopios, las industrias y los puertos.

Vale recordar que este es un momento” bisagra.” Es que los operadores empiezan a mirar lo que está sucediendo en Sudamérica.

Las perspectivas de producción, especialmente en Argentina y Brasil, pasan a ser tema de atención. No es que se olviden de EE.UU. sino que la región sur emerge como elemento de fuerte consideración para los precios.

Y si hablamos de oferta, no se puede obviar el conflicto comercial entre éste y China. Este problema ya tiene varias semejanzas con el argumento de la recordada película La Guerra de los Rose (1989).

Cuando las cosas parecían que empezaban a mejorar, de repente el cuadro se complicó. El principio de acuerdo parcial al que se había llegado, lo que incentivó una mejora de precios sobre la soja, en rigor no mostró un avance concreto. Y así los precios fueron quedando en una suerte de siesta, pero con sobresaltos de escasa magnitud.

Digámoslo claramente: éste no es precisamente un conflicto comercial; se trata de una disputa de poder entre las dos mayores economías, tras el liderazgo tecnológico, económico y geopolítico mundial.

Podrá haber avances en un acuerdo parcial o en etapas, como el que se registraría el mes que viene, pero la realidad es que el conflicto de fondo, es decir la lucha por el liderazgo fundamentalmente tecnológico, continuará. Por un buen tiempo…

El panorama de corto plazo es de vaivenes. Hoy lunes 28 de octubre, por ejemplo, los futuros de soja en Chicago ajustaron con subas, a raíz de un mayor optimismo frente a la posibilidad de llegar a un acuerdo.

Así, es muy difícil entrever el futuro del conflicto. Se hace imposible cierta previsibilidad.

Así todo, de vez en cuando, se realizan algunas operaciones que restablecen el optimismo.

Nos falta hablar del trigo.

Fundamentalmente por el problema climático –la fuerte sequía- en Australia, el Consejo Internacional de Granos (IGC) acaba de reducir el pronóstico de producción mundial de trigo de la campaña 19/20.

Bajó su proyección para la cosecha global en 2 millones de toneladas. Ahora estima un nivel de 762 millones.

La baja no sólo se deba a la reducción en Australia (cayó a 17 millones) sino también a la de nuestro país. En lugar de su anterior estimación de 20,4 millones, ahora habla de solo 19,5 millones.

Con este cuadro, se abre una esperanza, ciertamente fundamentada, de precios internacionales sostenidos para la soja y el maíz. Y, también, para el trigo.

Es cierto que la sistemática apreciación del dólar va contra los precios agrícolas; pero, a la hora de su formación, la fuerza de la oferta es decisiva.