La pregunta no tiene una segura respuesta, pero sí una contestación donde la realidad sea muy probable.

Como se ha comentado en varias oportunidades, los cultivos en EE.UU. no se encuentran en óptimas condiciones. Además, los stocks ahora revelan un nivel mucho menos holgado al del año pasado.

La cosecha no tiene números claros, es así que nadie descarta nuevas sorpresas negativas en términos de producción final.

Si de maíz se trata, los rindes en EE.UU. no son ideales, ni mucho menos. Es muy posible que las próximas estimaciones del USDA hablen de nuevas bajas.

Respecto a nuestro país, la proyección de área a sembrar ha caído notablemente por la falta de agua. Y en consecuencia su aporte a la producción mundial será menor.

El último Informe Semanal de Estimaciones Agrícolas del Ministerio de Agricultura (MAGyP), la siembra avanzó sobre el 23% del área de intención, 7 puntos porcentuales por debajo de igual período de la campaña anterior.

Las recientes lluvias han traído alivio. Pero su extensión ha sido limitada.

Después de casi tres meses de precipitaciones extremadamente escasas, la humedad mejoró. Pero sobre el sur de Santa Fe y Córdoba, el Oeste de la provincia de Buenos Aires, La Pampa y San Luis la situación sigue crítica.

En cuanto a la soja, el panorama de precios es muy interesante.

La razón principal se halla en la menor cosecha que tendrá EE.UU. Es casi seguro que el volumen no llegará a 95 millones de toneladas. Muchos estiman que apenas rozará el nivel de 93 millones. ¿Será así?

De hecho, el USDA acaba de estimar una producción de apenas algo más de 96 millones. Obviamente, la reducción subsecuente sobre los stocks fue dramática. Ahora proyecta un volumen de 12.52 millones, incluso por debajo del número de 14,18 millones calculado por los privados.


El ajuste sobre las existencias estadounidenses, claramente, no ha resultado de las ventas externas, producto de la guerra comercial con China, sino que sido a consecuencia del clima, que dio una mano a las posibilidades de exportación de países como el nuestro.

Hoy por hoy, no es el resultado del clima el que presenta mayor incertidumbre sobre las posibilidades de EE.UU. sino que es el devenir en las negociaciones de entre este país y China.

Lo más firme para prever, así las cosas, se basa en esperar un resultado alcista para los precios, de parte del reporte del USDA a publicarse el mes que viene.

El próximo informe, seguramente, traerá mejoras.