RECORTES INEVITABLES

La evolución de la campaña fina ya está marcada por el comportamiento pluvial del último trimestre. Los datos pluviales rebelan un peligroso comportamiento a gran escala, no tan inusual en áreas del oeste, pero sí muy poco frecuente sobre áreas del sur bonaerense, principalmente del sudeste. En muchos sectores de esta emblemática zona triguera, los guarismos del trimestre pasado no constituyen un record, pero para encontrar una situación similar hay que retroceder casi veinticinco años. Está claro que la complejidad para los trigos de la franja oeste ya estaba definida desde mediados de septiembre, cuando ya sin agua las previsiones no proponían soluciones. Hoy habiendo desandado casi un mes desde entonces, evidentemente debemos considerar un escenario con rendimientos recortados. A esta altura podemos preguntarnos cuanto margen tiene el sudeste bonaerense y la respuesta es bastante obvia, dado que en esta zona también nos acercamos con exiguas reservas al comienzo del período de floración.

En el mapa de anomalías de lluvias del trimestre es muy elocuente para describir la situación. Los recortes de la oferta de agua caen a la categoría más baja de la escala en gran parte del centro sur de CB, sudoeste de SF, LP y BA. También ingresan en este indeseado comportamiento gran parte de Corrientes y Misiones, que al sumar a la franja oriental de Paraguay conforman otra vasta zona productiva signada por la falta de lluvias.

Los meses de julio y agosto no son muy generosos en CB, LP, oeste de BA y el sudoeste de SF, pero sobre el sudeste de BA, la oferta de agua promedio alcanza los ochenta milímetros. Debemos reconocer, que junio tuvo un acumulado extraordinariamente alto en esta zona, pero a la postre, las reservas que generaron aquellas abundantes lluvias hoy ya resultan prácticamente nulas.

La contracara del mapa se observa en una franja que desde el sudeste santiagueño se extiende al centro norte entrerriano y también se expresa en gran parte del territorio uruguayo. Esta franja ha sido el epicentro de las precipitaciones desde finales de agosto y configura el sector que ha tenido la transición estacional más húmeda de toda el área agrícola del país. Hacia el sur entrerriano las lluvias se movieron dentro de acumulados cercanos a los normales, al igual que las vecindades de SF. Observemos que dentro de las áreas con mayor potencial para la fina ésta última es la única que no se presenta acosada por la falta de lluvias. Muy poco como para no encender las alertas acerca de la potencial producción triguera de esta campaña.

Está claro que lo que suceda en la segunda quincena de octubre terminará por proyectar los resultados de la fina, fundamentalmente porque lo que está en juego es la producción del sudeste de BA.

Sobre gran parte de la franja oeste ya hay que considerar recortes, los cuales pueden presentar matices pero seguramente gran parte de las zonas mediterráneas no lograrán rendimientos normales.

Obviamente el saldo de reservas de un trimestre como con un anomalía pluvial como la que muestra el mapa, no es inocuo. Es muy probable que la segunda parte de octubre muestre cambios positivos. El punto es que el cambio de un patrón seco a uno más húmedo puede ser violento, dado que ingresamos en épocas en que la acumulación de energía comienza a ser significativa dado el aumento de radiación. Este efecto puede traducirse en aumento de la oferta de agua, pero también un mayor despliegue de tormentas acompañadas por condiciones de tiempo severo.

Para la campaña triguera en particular, indudablemente las miradas se van dirigiendo al sudeste bonaerense. Entre hoy y el viernes, pueden verse respuestas positivas, al menos para paliar la situación de alta demanda en el sur de BA. Si estas previsiones de lluvia se validan, la campaña del sudeste estará en carrera, de otro modo, estaremos ante un escenario que puede imponer recortes también en el sudeste bonaerense. Solo una buena lluvia puede salvar este jaque.