Alberto Fernández sabe (o debería saber) que recibirá una economía muy complicada el 10 de diciembre y que necesitará de todo un poco para reencauzarla. Lo primero, lógicamente, son las políticas adecuadas, pero también serán importantes las señales, los gestos y los símbolos.

Si el mercado teme (motivos no les faltan) un deterioro ulterior de la economía por la aplicación de políticas que agraven los problemas heredados y se pregunta, también, cual será el grado de autonomía política de Alberto a la hora de gestionar. El probable próximo Presidente deberá dar señales que disipen esos temores.

No es casual, entonces, los recientes acercamientos con economistas que podrían ayudar con ese doble propósito. Carlos Melconian es uno de ellos. Alberto y “Melco” siempre tuvieron relación. Lo dijo ayer el economista ante La Nación. “Dialogamos ininterrumpidamente desde 2005”, señaló. Hoy, esos diálogos adquieren otra relevancia: Alberto está a 90 días de asumir la Presidencia, no tiene definido aún el que manejará la economía y ya le encomendó al hombre de MacroViews, como a tantos otros, un plan.

Sin decirlo, Melco pide pista (el sábado cenó con Mirtha Legrand, ayer estuvo en varios medios y mañana presenta su nuevo libro) y Alberto evalúa cómo vuela ese globo de ensayo. Por un lado, si las palabras del consultor gustan en el mercado y ofrecen esa seguridad que hoy necesita y, por el otro, si no disgustan en el camporismo.

“¿Aceptaría un cargo si le ofrece Alberto Fernández?”, le preguntó La Nación a Malconian. “No me interesa responder eso, porque no lo tengo hoy en el análisis”. Pero luego dijo: “Las cosas en la vida llegan. Dejá que corra el agua”. ¿El kichnerismo termina dándole la oportunidad que Cambiemos nunca le dio?

Fuente: El Economista