Las precipitaciones, en nuestro país, eran una materia ausente. La preocupación sobre la evolución del trigo y sobre la cama de siembra para la soja y demás granos gruesos se había puesto al rojo vivo.

Para colmo, hubo una seguidilla de heladas y las bajas temperaturas que, con gran seguridad, junto a la falta de agua, impactarán en los rindes, sobre todo de los lotes más adelantados.

Pero el comienzo de la semana laboral ha llegado con la grata sorpresa de lluvias en gran parte del área agrícola.

Al momento de escribir estas líneas, se calculaba que había llovido alrededor de 25 mm. en la zona núcleo.

Como anillo al dedo, ha llegado el agua. Habrá que creer en aquello que dice “Dios aprieta, pero no ahora”.

Desafortunadamente, es probable que, a partir del inicio del nuevo gobierno, en caso de ser elegido Alberto Fernández, se implemente una suba en los derechos de exportación.

No olvidemos aquellos años donde se predicaba “cuidar la mesa de los argentinos”.

En cuanto a los precios, a nivel internacional, Chicago viene mostrando una suave tendencia a la baja.

Si bien la producción mundial de trigo será menor a la prevista originalmente, la realidad es que superará a la de la campaña previa.

En los principales países productores del hemisferio norte, el trigo ya ha sido cosechado. En tal sentido, no deberíamos esperar sorpresas gratas para los precios.

En EE.UU. la trilla del trigo de invierno está oficialmente terminada, con un volumen de 36,7 millones de toneladas, de acuerdo a la estimación del USDA.

Respecto al de primavera, si bien la cosecha está algo retrasada, ya se habría levantado cerca de 65%.

En el hemisferio sur, Australia puede activar una suba de valores. La falta de lluvias genera una expectativa favorable para los precios del trigo.

Y… ¿qué podemos decir de la soja?

En primer lugar, la incertidumbre es creciente, a nivel local.

Podríamos que es casi fija, la implementación de mayores niveles por derechos de exportación, dada la aguda situación fiscal. La necesidad tiene cara de hereje…¿no?

En el plano internacional, sigue la cuestión de la fiebre porcina en China y, además, se nota un recrudecimiento del conflicto comercial entre este país y EE.UU.

Tal conflicto lleva, casi imprescindiblemente, a la baja de valores. Pero, con respecto a nuestro país y Brasil podría haber un aumento en nivel de prima de exportación. En suma, el diferencial debería crecer a favor de América del Sur.

Una excelente noticia es la que viene de las negociaciones de nuestro país con China. De un momento a otro, se comenzará a exportar harina de soja a ese país. En definitiva, si en algo somos fuertes es en harina de soja, producto al que no accedíamos en China.

Dada como están las cosas y en vista del precio de mayo, es posible que los precios transcurran en el nivel actual.

Ya se pueden hacer algunos números de la campaña de soja. Las exportaciones de harina de soja llegarán a cerca de 29 millones de toneladas. Y las de aceite de soja a casi 5 millones y las de porotos de soja a más o menos 8 millones.

Según los datos de la entidad, la presente campaña concluiría con un buen volumen de exportaciones: 28,3 millones de toneladas de harina de soja, 4,8 millones de aceite y 8 millones de toneladas en porotos.

Son miles de millones de dólares que el complejo sojero aporta a la balanza comercial.