Como todas las semanas, entre el 19 y el 22 de agosto, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) realizó su relevamiento entre unos 120 productores e ingenieros agrónomos sobre la región núcleo. ¿El resultado? El maíz temprano estaba muy firme y el tardío o de segunda podía ser una variable de ajuste, con repercusión en la superficie de soja.

A nivel nacional, y en un análisis preliminar, se cree que hay unas 200.000 hectáreas en juego, en las que los productores dudan si sembrar maíz tardío o soja. Para el jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR, Cristian Russo, de producirse ese cambio, sería principalmente en el norte del país y Córdoba, donde se siembra una mayor superficie de maíz tardío.

De darse esa proyección, la superficie de soja podría llegar a las 17 millones de hectáreas, en vez de los 16,85 millones previamente proyectadas, con una inversión total que rondaría los 5000 millones de dólares por parte de los productores. Mientras que el área maicera descendería de 7,4 a 7,2 millones. "De esa forma, la soja recortaría su pérdida interanual de 500 a 300 mil hectáreas. Cuando hay incertidumbre, la estrategia que prima en el sector es refugiarse en un cultivo más barato de producir. A diferencia de la soja, el maíz requiere una inversión muy alta", dice Russo.

No obstante, el especialista aclara que la superficie maicera alcanzaría niveles récord superando en un 4% la última campaña, que fue la más importante de la década. "Se moderaría el aumento planteado, pero no habría una caída estrepitosa respecto a las proyecciones previas. Esto se debe a que gran parte de la inversión ya está hecha y no hay margen para reverla. En su momento los productores vieron que el maíz seguía con buenos precios e invirtieron en las semillas de manera temprana", apunta.

Pero el ejecutivo de la BCR considera también que se trata de un relevamiento hecho en un clima de mucha incertidumbre, por lo que puede haber una sobrereacción al momento de responder.

Emilce TerréEmilce Terré

Sobre la inversión en tecnología que planean los productores, desde la BCR informan que habría una adopción de moderada a alta. "Los barbechos se están haciendo de manera impecable, sin descuidarlos. Mientras se sigue manteniendo el sistema de siembra directa como pilar fundamental", ejemplifica Russo.

En cuanto a cuáles son las mayores preocupaciones de los productores de cara a la próxima campaña, Russo explica que existe una gran demanda de que se solucionen los problemas de infraestructura para amortiguar las inclemencias climáticas. "En la campaña pasada, a causa de las inundaciones, no se pudo sembrar un 10% del área sojera. También vimos los problemas que hubo en el Norte, más precisamente en Chaco, donde se perdieron 300 mil toneladas. Incluso, en algunos casos, los contratos de arrendamiento incluyen una cláusula donde se aclara que se pagará por la superficie que se pueda cosechar", precisa el jefe de GEA.

Al igual que en el plano local, en el contexto internacional la soja también se ve afectada por el clima de incertidumbre. Según la jefa de Informaciones y Estudios Económicos de la BCR, Emilce Terré, "los precios están muy marcados por el recrudecimiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que obliga al país asiático a intensificar la demanda de soja sudamericana, sobre todo de Brasil y Argentina. Si bien el precio de la soja va a bajar en Chicago por el conflicto con su mayor importador, al mismo tiempo se va a incrementar el valor de la prima de exportación que se le paga a nuestro país".

No obstante, Terré aclara que la disputa entre las dos principales potencias podría traer como contrapartida una salida de las inversiones extranjeras de los mercados emergentes. "No es un panorama que en términos generales beneficie a nuestro país. Pero sí pueden abrirse oportunidades para algunos negocios específicos con China, como es el caso de la soja o la carne de cerdo", sostiene.

Cristian RussoCristian Russo

Aunque desde la BCR prefieren no hacer proyecciones de precios, los futuros de la soja para mayo oscilan en los 240 dólares, valores similares a los actuales. "Estos datos muestran que los precios estarán lo suficientemente sostenidos. De hecho se negocia un gran volumen en los futuros de mayo, lo cual quiere decir que el mercado lo lee como un buen precio", dice Terré.

La ejecutiva recuerda que se está negociando la exportación de harina de soja a China, un mercado al cual no se accedía con ese producto. "De darse esa oportunidad, sería una muy buena noticia para el complejo sojero de nuestro país. Al revés de lo que pasa en Brasil, nuestro fuerte en la exportación son la harina y el aceite, en vez del poroto. Al tener mayor valor agregado, son productos que valen más y generan mayores ingresos para toda la cadena", explica.

Según los datos de la entidad, la presente campaña concluiría con un buen volumen de exportaciones: 28,3 millones de toneladas de harina de soja, 4,8 millones de aceite y 8 millones de toneladas en porotos.

En tanto, el procesamiento de soja en el mes de julio fue el más alto desde 2015 en ese mes, con unas 4,4 millones de toneladas. "Este pico de la molienda se debe a que mejoró la ecuación en la industria, con buena posibilidad de colocar productos. Estamos relativamente cerca de la cosecha y sigue habiendo un nivel interesante de abastecimiento de soja", concluye Terré."