La cosecha de maíz para la campaña 2018/19 finalizó esta semana con un récord histórico de producción de 48 millones de toneladas que resultará en un aporte de toda la cadena maicera al PBI del país de US$10.400 millones (un 42% más que en el ciclo anterior) y un ingreso de divisas por exportaciones de 6600 millones de dólares.

El volumen producido durante esta campaña confirma una tendencia de crecimiento iniciada en el ciclo 2016/17 luego de que se eliminaran los derechos de exportación y las restricciones que afectaban al cereal.

Según los datos del Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales, este nivel de producción fue posible gracias a la expansión del área sembrada y a los elevados rendimientos recolectados, superiores a los proyectados al comienzo del ciclo agrícola.

La superficie ocupada por maíz con destino grano comercial ascendió a 6 millones de hectáreas, registrando un aumento interanual del 9% y alcanzando un nuevo récord de superficie implantada. Las regiones que impulsaron este crecimiento fueron Córdoba, las regiones núcleo y el oeste de Buenos Aires y norte de La Pampa. En su conjunto, todas ellas aportaron más del 55% del total del área sembrada y un 63% de la producción acumulada.

En cuanto a los rendimientos, todas las regiones bajo estudio obtuvieron productividades por encima al promedio de los últimas cinco años y gracias a ello el rendimiento promedio nacional finalizó en 82,8 qq/ha, el segundo alcanzando en la Argentina (campaña 2009/10: 86,4 qq).

Es importante destacar que estas elevadas productividades fueron logradas en respuesta a las favorables condiciones climáticas relevadas durante la mayor parte del ciclo del cultivo, especialmente en etapas críticas para la generación de rendimiento. Con el incentivo de precios que se ubicaron por encima al promedio de campañas previas, y el objetivo de mejorar la sustentabilidad de los planteos productivos, la inversión en tecnología también resultó determinante para la generación de rendimiento.

Exportaciones y recaudación

El mayor volumen producido impulsa a todos los eslabones de la cadena del maíz, que realizarán esta campaña aportes récord a la economía nacional en términos de producto bruto (valor agregado), recaudación y exportaciones en torno a los 10.400, 6600 y 2400 millones de dólares, respectivamente.

Estos números representan un significativo crecimiento respecto de la campaña anterior, que había estado afectada por una de las sequías más importantes de los últimos 40 años.

Además del económico, debe destacarse el aporte de esta cadena en el plano ambiental. El incremento de la participación del maíz en la superficie sembrada fomenta una mayor rotación de cultivos que permite la recomposición de los nutrientes del suelo y mejora, junto con otras buenas prácticas, la sustentabilidad de los sistemas productivos.

La consolidación del maíz como una de las cadenas más dinámicas de la economía abre también oportunidades para el desarrollo regional. La expansión del cultivo a lo largo y ancho del país favorece la consolidación de clusters regionales basados en el aprovechamiento de la biomasa generada para su transformación en energía, alimentos y otros productos bio-basados. Es el caso de la producción de etanol en las provincias de Córdoba y San Luis, con 5 plantas desarrolladas en los últimos años.

Resulta claro que el desarrollo de la cadena del maíz fue posible gracias al cambio en las políticas que afectaban al cultivo. Como se mencionó, a partir de la baja de los derechos y restricciones a las exportaciones se inauguró una tendencia positiva que permitió un crecimiento del 50% del área destinada al cereal en tan sólo tres campañas.

El nuevo set de políticas permitió que los precios recibidos por el productor se acerquen a los internacionales y los distintos actores tomen decisiones más eficientes en un marco de mayor transparencia y certidumbre.

Con mejores incentivos, los productores respondieron rápidamente en consecuencia expandiendo el área sembrada y aumentando la inversión en tecnología en las distintas regiones del país. Luego, el mayor volumen de granos fue traccionando las inversiones en el resto de los eslabones.

¿Qué puede pasar en las próximas campañas? Frente a la incertidumbre de un nuevo proceso electoral y las condiciones adversas del mercado internacional, resulta crucial mantener el marco de políticas que fomentó la senda de crecimiento de la producción. Cambios de reglas podrían desviarnos de la trayectoria virtuosa de los últimos años.

Por: Agustín Tejeda y Esteban Copati