Los productores continúan regulando la venta de soja, acompañando cada vez más las crecientes necesidades de la demanda, principalmente de la industria aceitera. Los exportadores han limitado sus compras este año, considerando que China ha decidido aumentar sus compras en Brasil, en función de su mejor competitividad como exportador de poroto de soja.

Hasta el momento, los exportadores han declarado compras de soja por un total acumulado de 8 millones de toneladas, mientras que su declaración de ventas al exterior llega a los 6 millones de toneladas. Es decir que los exportadores tienen una posición sobrecomprada de 2 millones de toneladas, que muy probablemente tengan como destino final su procesamiento y exportación como aceite y harina de soja.

En el caso de la industria aceitera, las compras acumuladas llegan a los 23,7 millones de toneladas y tienen pendiente de fijar 8,3 millones. El total comprado por la industria, considerado a precio y el volumen ya fijado, llega a los 15 millones de toneladas.

En el balance final entre exportadores e industriales, las compras acumuladas totales llegan a los 23 millones de toneladas. Si consideramos un volumen de producción de 55 millones, descontadas existencias finales y utilización de grano para semilla, quedan sin vender en manos de los productores un total de 26 millones de toneladas. En función de un precio FOB para la soja en los puertos argentino de 350 dólares por tonelada, se trata de un equivalente de 9100 millones de dólares.

Hasta el momento el productor ha retenido muy fuerte la venta de soja pues el precio no le resultaba atractivo ni ventajoso desde el punto de vista económico. Ahora estamos viendo que la soja tiene un piso mucho más alto, de 245 dólares por tonelada, si lo comparamos con los precios de mercado vigentes en junio y en julio. La recuperación de los precios de la soja disponible vino de la mano de la creciente necesidad de mercadería de las aceiteras, en un escenario de reducción de la oferta.

Como precios proyectados durante las próximas semanas estamos estimando un nuevo escalón en el nivel de 250 dólares por tonelada. Esto no garantiza que la oferta aparezca y puede ser un indicador de una tendencia de precios sostenidos a firmes, al menos hasta el resultado de las elecciones de fines de octubre.