Como principal conclusión del mismo, se desprende que habrá menos heladas, como consecuencia del aumento de las temperaturas mínimas medias. Esto impacta directamente sobre nuestro principal cultivo de invierno, el trigo.

Al comparar contra datos del pasado se observa una tendencia al aumento de la temperatura media mínima, que se extendería hacia los próximos 20 años, según los modelos actuales de previsión del clima.
Es probable que en el futuro tengamos temperaturas medias más moderadas y valores extremos más acotados, sobre todo en las fechas de últimas heladas.
El incremento del área inundada está disminuyendo la amplitud térmica diaria y aumentando el período libre de heladas.
En definitiva, aun con una alta variabilidad en la intensidad y las fechas de heladas, sería factible que en los próximos años las temperaturas mínimas medias sean más elevadas.

 

¿Cómo impactan las heladas sobre nuestro principal cultivo de invierno, el trigo? Las heladas (< 0 ºC) tienen un impacto muy importante en la producción de trigo. Si bien pueden causar perjuicios tanto en estadíos vegetativos como reproductivos, es en estos últimos donde se producen los mayores daños asociados principalmente a la esterilidad y al aborto de granos formados (Barlow et al. 2015). La temperatura crítica para que el daño se inicie sería de 2 horas de exposición a valores entre -4 y -6 ºC. Por cada grado de descenso de la temperatura a partir de -4 ºC podría perderse hasta el 100% de la producción. La relevancia de este fenómeno es muy importante ya que el trigo, con una producción mundial de 600 millones de toneladas aproximadamente, representa el tercer cultivo en importancia a nivel global.

¿Es posible adaptarse a estas situaciones?
Muchos intentan adaptarse cambiando la fecha de siembra o usando cultivos más resistentes a las bajas temperaturas. Sin embargo, éstas decisiones se toman analizando datos para períodos del año de enorme variabilidad y tomando como información de base series de tiempo muy reducidas.
Ambos aspectos atentan indefectiblemente sobre la precisión de las estimaciones. Inclusive, muchas veces las decisiones de manejo se basan en situaciones muy extremas que no representan el enorme gradiente de posibilidades que podrían producirse realmente a campo.

¿Cómo impacta el cambio en el uso y la cobertura del suelo sobre las heladas a escala regional? Un aspecto clave son los impactos de los cambios en el uso y la cobertura del suelo sobre la ocurrencia de heladas. Houspanossian y otros (2016) encontraron que las inundaciones ocurridas en las últimas décadas en la Región Pampeana redujeron la incidencia y la longitud del período libre de heladas en por lo menos dos meses. Estos resultados ponen en evidencia el efecto de la presencia de grandes cuerpos de agua sobre el régimen térmico de sus áreas circundantes (Figura 1).

 

¿Cómo es la tendencia actual de la temperatura mínima media analizando los datos del pasado?
Analizando las tendencias de las temperaturas mínimas del pasado (SMN 1961-2018), vemos un aumento de dicha variable en casi todo nuestro territorio, tanto en invierno como en primavera.
Al consultar la información provista por el Centro de Información agroclimática – CIAg (https://www.agro.uba.ar/heladas/), en términos de las fechas medias de primeras (FPH) y últimas heladas (FUH), nuestra región pampeana oscila entre el 1 de abril y 15 de julio en el primero de los casos (FPH) y entre 15 julio y 14 noviembre para el segundo (FUH).

¿Cuáles son las previsiones de temperatura mínima para las próximas décadas?
Al consultar las previsiones a largo plazo se observa una tendencia generalizada al aumento de la temperatura media mínima para los próximos 60 años. Asimismo, si se toma dicha información desagregada mensualmente para los próximos 20 años, la tendencia es similar: una reducción marcada en la variabilidad de la temperatura minima en las fechas medias de las últimas heladas (World Bank Group 2018).

Figura 1: Período medio libre de heladas para las localidades de Anguil (Interior no inundado), Pehuajó (Interior inundado) y Mar del Plata (Costero no inundado) para períodos con inundación (Barra gris: Años 1973, 1985–1988, 1997–2003, 2012) y períodos sin inundación (Barra negra: Resto de los años). La duración del período libre de heladas está indicado a la izquierda de las barras. Adaptado de Houspanossian y otros (2016).

 

Referencias
- Barlow, K.M., B.P. Christy, G.J. O’Leary, P.A. Riffkin, J.G. Nuttall (2015). Simulating the impact of extreme heat and frost events on wheat crop production: A review. Field Crops Research, 171, 109-119.
- CIAg (https://www.agro.uba.ar/heladas/)
- Houspanossian, J; Sylvain Kuppel,.; Marcelo Nosetto,.; Carlos Di Bella,.; Patricio Oricchio,; Mariana  Barrucand,; Matilde Rusticucci,.; Esteban Jobbágy, (2016). Long-lasting floods buffer the thermal regime of the Pampas. Theoretical and Applied Climatology DOI: 10.1007/s00704-016-1959-7
 - Servicio Meteorológico Nacional (SMN) - https://www.smn.gob.ar/clima/atlasclimatico
- World Bank Group 2018 (https://climateknowledgeportal.worldbank.org/country/argentina)


REPORTE DEL CLIMA (CARLOS DI BELLA)
En su reporte mensual del 26 de julio, el SMN informó que el Fenómeno ENOS se encuentra en fase de NIÑO DEBIL con una probabilidad del 62% de transición a Fase Neutral para el trimestre Agosto-Septiembre-Octubre del corriente año.
Teniendo en cuenta estas previsiones para la Argentina, la mayor parte de los pronósticos de lluvias para el próximo trimestre se inclinan hacia una leve tendencia a valores por encima de lo normal en la Región Mesopotámica, Centro Norte y N de la provincia de Buenos Aires (Figura 1). En Brasil, los pronósticos son menos coincidentes. Algunos pronostican una mayor probabilidad de ocurrencia de precipitaciones por encima de lo normal en el S de Brasil; y otros por debajo de lo normal en la porción Centro Sur del país (e.g. Mina Gerais, Goias).
Al asociar estas previsiones con los productos disponibles de balance de agua en el suelo (e.g. USDA- USA) se pone en evidencia una situación particular: Mayores probabilidades de ocurrencia, en un sentido u otro, acompañan a la disponibilidad de agua en el suelo (mayores lluvias donde el agua en el suelo es abundante/excesiva o menores lluvias en lugares con limitaciones hídricas).

Figura 1: Previsión climática para el trimestre A-S-O 2019 integrando e interpretando los pronósticos climáticos del SMN (Argentina), IRI (USA), NME-NOAA (USA), CPTEC (Brasil).

Figura 2: Porcentaje de agua en el suelo al 28 de julio de 2019 (Fuente USDA)